El 3 de marzo, el Senado de los Estados Unidos aprobó una medida que pondría fin a la emergencia nacional en relación con el COVID-19.
El proyecto de ley se aprobó por un estrecho margen de 48 a 47 en una votación partidista.
Todos los republicanos votaron a favor de la S.J.Res. 38, que pondría fin a la emergencia nacional declarada por el presidente Donald Trump el 13 de marzo de 2020.
Todos los demócratas votaron en contra de la declaración, que ha sido prorrogada dos veces por el presidente Joe Biden.
Cinco senadores faltaron a la votación, entre ellos tres demócratas.
«Después de casi dos años de vivir bajo este estado de emergencia, el pueblo estadounidense está cansado y anhela respirar libre; anhela las libertades que Dios le ha dado, y que los líderes se pongan de su lado. No cabe duda de que ha llegado el momento de que nuestra nación aprenda a vivir con el COVID», dijo en un comunicado tras la votación el senador Roger Marshall (R-Kan.), que presentó la medida. «Estoy orgulloso de que mis colegas se hayan unido para derogar esta declaración de emergencia y hayan dado una victoria simbólica a nuestros ciudadanos de que la normalidad está a la vuelta de la esquina y que el gobierno limitado y nuestros derechos constitucionales siguen predominando. Ya es hora de dejar de hablar de restricciones y de lo desconocido. Hoy debemos trazar un nuevo rumbo hacia la victoria que respete el virus y nuestras libertades».
Antes de que se empezaran a contar los votos en el pleno del Senado en Washington, el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer (D-N.Y.), instó a los senadores a votar en contra.
Schumer argumentó que no es el momento adecuado para poner fin a la declaración de emergencia, que permite al presidente tomar ciertas medidas, porque pueden surgir nuevas variantes del virus que causa el COVID-19.
La propuesta «perjudicaría precisamente la capacidad de la Administración Biden para luchar contra la pandemia y aumentaría el peligro de que todo nuestro progreso se deshaga repentinamente en el futuro», afirmando que la declaración «ha sido una de las herramientas más poderosas y mejores para movilizar al gobierno federal para combatir la pandemia».
El senador Mike Braun (R-Ind.) no estuvo de acuerdo y dijo al organismo que el número de personas que han sido vacunadas, junto con las que gozan de inmunidad natural, significa que «una gran mayoría de la nación ya está protegida» y que el virus se ha convertido en endémico.
«Cuando se declaró esta emergencia por primera vez hace dos años, esta semana, era necesaria», dijo Braun, pero «ya es hora de que el presidente y los gobernadores de todo el país renuncien a los poderes adicionales que se les conceden en virtud de las declaraciones de emergencia por el COVID».
«Si vamos a convivir con este virus y avanzar como país, debemos poner fin a la autorización de emergencia nacional y luego otros gobernadores de todo el país deberían hacer lo mismo», añadió.
La medida se dirige ahora a la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas.
Una portavoz de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (D-Calif.), no respondió a una solicitud de comentarios.
En general, los demócratas han estado más a favor de las restricciones durante la pandemia que los republicanos.
Incluso si la Cámara de Representantes aprueba la medida, la Casa Blanca dijo el jueves que Biden la vetaría.
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