El Senado del estado de Texas aprobó el domingo por la mañana un amplio proyecto de ley de reforma electoral que fue criticado por prominentes demócratas.
El proyecto de ley se aprobó en gran medida de forma partidista tras un debate durante la noche que se prolongó hasta el domingo por la mañana antes de que se aprobara alrededor de las 6 de la mañana, hora local, en una sesión a puerta cerrada, según los medios de comunicación locales. La Cámara debe aprobar el proyecto antes de la medianoche del domingo.
Anteriormente, el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, señaló que apoya las medidas electorales del Partido Republicano.
El proyecto de ley otorgaría más poder a los observadores electorales, dándoles más acceso dentro de las áreas de votación, y también crearía nuevas sanciones penales contra los funcionarios electorales que restringen el movimiento de los observadores electorales. El proyecto de ley también permitiría a un juez anular el resultado de una elección si el número de votos fraudulentos pudiera cambiar el resultado de una elección.
Los funcionarios que envíen papeletas de voto por correo a personas que no las hayan solicitado también podrían enfrentarse a sanciones penales, según el proyecto de ley.
Según un tuit de la Asociación de Fiscales de Distrito y de Condado de Texas, se incluyeron en el proyecto de ley al menos 16 delitos nuevos o agravados relacionados con las elecciones.
El senador estatal Bryan Hughes, un republicano, dijo que la medida mantendrá las elecciones de Texas justas y honestas.
«Queremos que las elecciones sean seguras y accesibles», dijo Hughes, autor del proyecto de ley, según el Dallas Morning News.
Durante la sesión del Senado, Hughes dijo que su proyecto de ley tiene mandatos de «sentido común» contra el fraude, reportó el Texas Tribune. «Las disposiciones de este proyecto de ley se aplican por igual en todos los ámbitos», dijo Hughes en respuesta a las acusaciones de los demócratas de que el proyecto de ley restringiría a los votantes de las minorías.
Durante el fin de semana, el presidente Joe Biden opinó sobre el proyecto de ley, alegando en un comunicado que «ataca el sagrado derecho al voto», y añadió: «Es parte de un ataque a la democracia [algo] que hemos visto con demasiada frecuencia este año, y que a menudo se dirige de forma desproporcionada a los estadounidenses negros y morenos».
«La ley de Texas es vergonzosa y los republicanos claramente, en Texas y en todo el país, quieren dificultar el voto y facilitar el robo de una elección», dijo el domingo a CBS News el representante Hakeem Jeffries (D-N.Y.), miembro del liderazgo de los demócratas en la Cámara de Representantes. «Esa es la única manera en que puedo interpretar la epidemia de supresión de votantes que vemos abrirse camino desde un estado, Georgia, hasta Arizona, Texas y todo el país».
Marc Elias, un abogado que ha presentado varias demandas relacionadas con las elecciones en nombre de los demócratas, señaló que presentará una demanda en los próximos días.
«Estados a los que hay que prestar atención para los NUEVOS litigios sobre el derecho al voto (por orden de probabilidad) 1. Texas», escribió en Twitter el domingo. Elias también presentó una demanda para impugnar un proyecto de ley sobre la integridad de las elecciones que fue aprobado y convertido en ley en Florida hace varias semanas.
Además de Florida y Texas, varios estados liderados por el Partido Republicano han impulsado o han aprobado leyes destinadas a añadir nuevas medidas de protección a las elecciones, lo que ha provocado una considerable condena por parte de los demócratas, que han afirmado que los republicanos están tratando de manipular el voto a su favor.
A mediados de mayo, el gobernador de Arizona, el republicano Doug Ducey, firmó un proyecto de ley que actualizaba los requisitos de elegibilidad para permanecer en la lista de votación anticipada del estado, en un intento de hacer más seguras las elecciones.
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