El senador Ron Johnson (R-Wis.) no se va a vacunar contra el COVID-19 por ahora porque todavía tiene altos niveles de anticuerpos contra el virus que causa la enfermedad.
Tanto Johnson como el senador Rand Paul (R-Ky.) contrajeron el año pasado COVID-19, una enfermedad causada por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino).
«En mi caso, hace poco me hice una prueba de anticuerpos y tengo el mismo nivel de anticuerpos que el médico que me recetó el test, quien acababa de recibir dos dosis de Moderna», dijo Johnson al programa American Thought Leaders de Epoch TV.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) desaconsejó este mes el uso de las pruebas de anticuerpos para determinar la inmunidad contra el virus del PCCh, denominado Sars-CoV-2.
«Las pruebas de anticuerpos pueden desempeñar un papel importante en la identificación de individuos que pueden haber estado expuestos al virus del SARS-CoV-2 y pueden haber desarrollado una respuesta inmunitaria adaptativa. Sin embargo, las pruebas de anticuerpos no deben utilizarse en este momento para determinar la inmunidad o la protección contra el COVID-19 en ningún momento y especialmente después de que una persona haya recibido una vacuna contra el COVID-19», afirmó Tim Stenzel, director de la Oficina de Diagnóstico In Vitro y Salud Radiológica del Centro de Dispositivos y Salud Radiológica de la FDA, en una declaración en la que se anuncian las nuevas directrices.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan a las personas que se recuperaron del COVID-19 que se vacunen.
«Esto se debe a que los expertos aún no saben cuánto tiempo se está protegido de volver a enfermar después de recuperarse de COVID-19», dice la agencia.
Sin embargo, cada vez hay más investigaciones que indican que las personas que tuvieron COVID-19 y se recuperaron conservan la inmunidad durante meses, si no años.
Investigadores financiados por los Institutos Nacionales de Salud (NIH), por ejemplo, encontraron que las personas que se recuperaron desarrollaron una fuerte inmunidad contra la enfermedad hasta ocho meses después de la infección. Los investigadores de Missouri recientemente descubrieron que las personas conservaban células inmunitarias que producían anticuerpos durante meses después de la recuperación.
«El otoño pasado se informó de que los anticuerpos disminuyen rápidamente tras la infección por el virus que causa el COVID-19, y los medios de comunicación interpretaron que la inmunidad no era duradera», dijo en un comunicado el autor principal, Ali Ellebedy, profesor asociado de patología e inmunología, en el área de medicina y microbiología molecular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St Louis.
«Pero eso es una interpretación errónea de los datos. Es normal que los niveles de anticuerpos disminuyan tras una infección aguda, pero no bajan a cero, sino que se estabilizan. En este caso, encontramos células productoras de anticuerpos en personas 11 meses después de los primeros síntomas. Estas células vivirán y producirán anticuerpos durante el resto de la vida de las personas. Eso es una prueba contundente de una inmunidad duradera», dijo Ellebedy.
Johnson lamentó lo que él considera una orientación oficial del gobierno que no se corresponde con la ciencia sobre el tema.
«Por alguna razón ahora la FDA salió con una guía o informe diciendo que si tiene anticuerpos, eso no es prueba de inmunidad. ¿Por qué la FDA, los CDC y los NIH dicen por defecto que aquellos que se infectaron anteriormente, probablemente no tienen inmunidad? ¿Por qué dicen eso? Simplemente no es cierto», dijo el senador.
«Casi todos los demás virus que conocemos, una vez que uno ha tenido la enfermedad, es inmune a ella y ciertamente si tiene un caso activo de la enfermedad seguro que no querrá vacunarse, y sin embargo tenemos esta gran presión para vacunar a todo el mundo, sin tener en cuenta la necesidad médica o el daño potencial que podría venir de vacunar a alguien que ha sido previamente infectado o que actualmente tiene un caso de COVID», añadió.
Paul ofreció una opinión similar, diciendo que no se vacunará hasta que vea «pruebas de que las personas que ya han tenido la infección están muriendo en gran número, o son hospitalizadas o se ponen muy enfermas».
Johnson señaló un estudio reciente de Israel. Los investigadores de ese país descubrieron que la protección contra la infección, la hospitalización, la enfermedad grave y la muerte eran similares en porcentaje entre los que recibieron la vacuna contra el COVID-19 y los que la tuvieron y se recuperaron.
«Nuestros resultados cuestionan la necesidad de vacunar a los individuos previamente infectados», escribieron los investigadores.
«Hay un estudio que se acaba de publicar en Israel que muestra que los que se infectaron previamente tienen una inmunidad tan buena, si no mejor, que la vacuna, y eso tiene mucho sentido», dijo Johnson.
«La vacuna está realmente diseñada basándose en la proteínas spike y su identificación; cuando uno tiene la enfermedad su sistema inmunitario identifica todos los coronavirus, por lo que las personas con SARS 1, 17 años después parecen ser inmunes al SARS 2, a pesar de que el SARS 2 es solo un 80 por ciento genéticamente idéntico al SARS 1. Así que el sentido común y simplemente la base de la medicina, indica que si uno ya se infectó con el virus, su sistema inmunitario va a ser bastante capaz de evitar una reinfección».
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