Senadores estadounidenses presentan legislación para monitorear inversiones mineras de China

Por Frank Fang
06 de marzo de 2020 12:14 PM Actualizado: 06 de marzo de 2020 12:14 PM

El 5 de marzo, dos senadores de Estados Unidos presentaron una legislación llamando la atención sobre los planes de China de dominar los suministros de tierras raras en otros países a través de su iniciativa de política exterior de «La Franja y la Ruta».

Las tierras raras son un grupo de minerales que se utilizan para fabricar una serie de productos de consumo y tecnologías militares, incluidos teléfonos inteligentes, vehículos eléctricos, satélites, misiles y chips semiconductores que alimentan todos los productos electrónicos.

Los senadores Mitt Romney (R-Utah) y Catherine Cortez Masto (D-Nev.) propusieron la legislación que requeriría que el director de inteligencia nacional presentara un informe del Congreso, al menos una vez al año, en el que se evaluara el alcance de las inversiones en minerales de China mediante su iniciativa de «La Franja y la Ruta» (también conocida como OBOR).

«Estados Unidos debe monitorear las inversiones mineras de China para evitar que los activos minerales en los países en desarrollo se conviertan en una deuda con el gobierno chino y para frustrar cualquier esfuerzo de armar esas inversiones minerales contra nosotros», señaló Romney, según un comunicado de prensa.

Beijing puso en marcha OBOR en 2013, con el objetivo de aumentar la influencia geopolítica mediante la construcción de rutas comerciales que unan a China, el sudeste asiático, África y Europa.

A través de OBOR, el régimen chino ha sido acusado por los críticos de poner a los países en desarrollo en una «trampa de la deuda» al ofrecerles préstamos insostenibles, mientras explotan sus recursos naturales como la madera, el petróleo crudo y los minerales para impulsar la economía china.

Una parte del informe incluiría una evaluación de si los esfuerzos de China por adquirir minerales a través de OBOR «contrarrestan o interfieren con los objetivos de la Iniciativa de Gobernabilidad del Recurso Energético» del Departamento de Estado de Estados Unidos.

La iniciativa del Departamento de Estado tiene por objeto «promover la buena gestión del sector minero» y, al mismo tiempo, colaborar con otros países.

La legislación propuesta es una enmienda a la Ley de Innovación Energética Americana (AEIA), un proyecto de ley bipartidista del Senado presentado por los senadores Lisa Murkowski (R-Ala.) y Joe Manchin (D-W.Va.) la semana pasada, con la intención de modernizar las leyes energéticas de Estados Unidos.

«Esta legislación no solo reforzará la seguridad nacional de EE.UU. asegurando que la Administración está monitoreando las inversiones chinas en recursos vitales y manteniendo informado al Congreso, sino que también protegerá las industrias americanas y ayudará a las crecientes operaciones mineras críticas de Nevada a acceder a la información relevante para la competencia del mercado de la industria», dijo Cortez Masto en el comunicado de prensa.

Tierras raras

China produce más del 70 por ciento de las tierras raras del mundo, como resultado de su mano de obra barata, sus laxas regulaciones ambientales y sus ricos depósitos: alrededor del 35 por ciento de los depósitos de tierras raras del mundo se encuentran en China.

Estados Unidos depende en gran medida de China para sus necesidades de tierras raras, comprando alrededor del 80 por ciento de sus importaciones de minerales de China entre 2014 y 2017.

A pesar de sus propios yacimientos de tierras raras, China carece de tres minerales clave dentro de su frontera: cobalto, litio y metales del grupo del platino, según un informe de 2019 de Foreign Policy.

El litio es un elemento crítico utilizado para fabricar baterías para alimentar teléfonos inteligentes y vehículos eléctricos. Según Foreign Policy, en 2017 China tenía participaciones en el 61 por ciento de la producción de litio en Australia, el 67 por ciento en Chile, así como proyectos mineros en Argentina y Bolivia.

En cuanto al cobalto, que se utiliza para fabricar productos como vehículos eléctricos y satélites, China, a partir de 2017, influyó en más del 52 por ciento de la producción de cobalto en la República Democrática del Congo, según el informe. En 2017, Amnistía Internacional expresó su preocupación por la explotación de niños congoleños en la extracción de cobalto, que terminó en una empresa procesadora china.

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