PARÍS—La gimnasta estadounidense Simone Biles no tuvo la despedida dorada que buscaba.
Biles ganó la medalla de plata en la final de suelo el lunes (su undécima medalla olímpica) después de una rutina que incluyó un par de costosos pasos por fuera de los límites.
La brasileña Rebeca Andrade se convirtió en la primera gimnasta en vencer a Biles en una final de suelo en una gran competición internacional, con una puntuación de 14,166 que terminó justo por delante de Biles, con 14,133.
Jordan Chiles, una vieja amiga y compañera de equipo de Biles, se hizo con el bronce.
Biles, de 27 años, considerada la mejor de la historia de este deporte, no estuvo en su mejor momento durante una rutina al ritmo de la música de los iconos del pop Taylor Swift y Beyonce.
Aun así, aumentó su medallero en París a cuatro oros en las finales por equipos, concurso completo y salto, y una plata que fue una sorpresa en su prueba estrella.
“No puedo estar más orgullosa de cómo lo he hecho”, dijo Biles. “Tengo 27 años y me voy de estos Juegos con cuatro medallas que añadir a mi colección. No estoy enfadada por ello”.
El total de medallas de Biles (siete de oro, dos de plata y dos de bronce) iguala a la checoslovaca Vera Caslavska como la segunda gimnasta femenina con más medallas en la historia de los Juegos Olímpicos. Biles perdió la oportunidad de sumar su quinta medalla olímpica en París el lunes, cuando se cayó en la final de viga y terminó quinta.
Aunque a veces parece fácil, no lo es. Se golpeó contra la colchoneta durante el calentamiento de suelo y antes de competir le vendaron la pantorrilla izquierda que se había dañado en la fase de clasificación de la semana pasada.
Sus volteretas no fueron perfectas (se salió de los límites dos veces), pero su dificultad suele estar tan encima de la de los demás que apenas importa.
Esta vez no. Recibió una puntuación de ejecución de 7,833, que incluía 0,6 de deducción por salirse de los límites, lo que le permitió a Andrade ganar su segundo oro olímpico.
Aun así, con un maillot rojo, blanco y azul con miles de cristales, Biles puso fin a nueve días de competición en París silenciando de una vez por todas a los críticos que durante tanto tiempo se han burlado de ella por retirarse de varias pruebas en los Juegos de Tokio de hace tres años.
Ganó cuatro medallas en total, sólo una menos que hace ocho años en Río de Janeiro.
Chiles, la última competidora del día, recibió inicialmente una puntuación de 13,666 de los jueces. Tras un cierto retraso, su puntuación total se incrementó en 0,1 al presentar una consulta sobre el componente de dificultad de su puntuación. Chiles superó así a las rumanas Ana Barbosu y Sabrina Maneca-Voinea y se colocó tercera.
Biles dijo tras ganar la final de salto el sábado que notó que sus haters estaban “muy callados ahora, así que es extraño”.
El ejercicio de suelo es la prueba más característica de Biles, que le permite combinar las volteretas más difíciles de su deporte con una coreografía carismática que se combinan para producir quizá los 75 segundos más emocionantes de su deporte.
La emoción, sin embargo, se vio un poco empañada por un inusual fallo en la ejecución.
La rutina termina con un beso de Biles, un pequeño guiño que lleva años incorporando a su programa de diversas formas.
Nadie sabe si sirvió como beso de despedida.
Biles se ha mantenido relativamente callada sobre lo que le espera más allá de los Juegos de París, aunque dejó entrever la posibilidad de volver cuando los Juegos Olímpicos se celebren en Los Ángeles en 2028.
“Nunca digas nunca”, dijo Biles tras conquistar su segundo título olímpico de salto. “Los próximos Juegos Olímpicos serán en casa. Así que nunca se sabe. Me estoy haciendo muy mayor”.
Entonces tendrá 31 años, una edad en la que la mayoría de las gimnastas hace tiempo que se han retirado. Sin embargo, Biles está redefiniendo ese adagio en tiempo real, y teniendo en cuenta la brecha que todavía existe entre ella y casi todos los demás en el deporte (salvo Andrade) cualquier cosa es posible.
Su medalla de plata en suelo llegó una hora después de la final de viga, en la que la mitad de las ocho competidoras se cayeron en mitad de su rutina tras perder el equilibrio.
Biles perdió el equilibrio al final de su serie de acrobacias y obtuvo una puntuación de 13,100 para terminar quinta, empatada con su compañera de equipo Sunisa Lee.
Sunisa Lee también perdió sus esperanzas de ganar el oro cuando se cayó durante la misma parte de su rutina que Biles.
Al igual que Biles, Lee vio cómo sus esperanzas de oro terminaban en mitad de su rutina al caerse durante la misma parte de su rutina que Biles.
Después, las dos campeonas olímpicas y amigas desde hace mucho tiempo, que suman 17 medallas olímpicas entre las dos, se compadecieron por el extraño ambiente que se respiraba en un estadio extrañamente silencioso que suele estar lleno de música en todo momento.
“Aumenta el estrés, porque es como si fueras la única ahí arriba”, dijo Lee, que se tomará un tiempo antes de tomar una decisión sobre su futuro. “Así que sentía la presión”.
Alice D’Amato, de Italia, se llevó el oro en viga con una puntuación de 14,366. La china Zhou Yaqin ganó la plata con 14,100, justo por delante de la medallista de bronce, la italiana Manila Esposito. Italia, que ganó la medalla de plata por detrás de Estados Unidos en la competición por equipos, nunca había conseguido medalla en viga.
El podio de los premios fue durante mucho tiempo el segundo hogar de Biles en una carrera que incluye 41 medallas en grandes competiciones internacionales. Una cifra que quizá nunca se supere y, quién sabe, incluso podría aumentar en Los Ángeles.
Por Will Graves
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