Surgen dudas sobre el cierre de un vecindario judío en la ciudad de Nueva York

Por Petr Svab
25 de octubre de 2020 11:49 AM Actualizado: 25 de octubre de 2020 11:49 AM

CIUDAD DE NUEVA YORK—El barrio de Forest Hills en Queens, hogar de la mayor comunidad judía bujariana fuera de Israel, fue recientemente blanco de las autoridades locales, que han impuesto un estricto bloqueo cerrando escuelas, reuniones y todos los negocios considerados «no esenciales».

De acuerdo con el estado, el vecindario era el centro de un «brote» de virus del PCCh (Partido Comunista Chino). Pero los datos indican que el área no era particularmente problemática, comparada con algunos otros códigos postales que no tenían restricciones. Varios vecinos han dado una diversidad de opiniones sobre el cierre. Algunos apoyaron la decisión o incluso sugirieron ir más allá. Otros estaban consternados.

El gobernador de Nueva York Andrew Cuomo anunció el cierre de Forest Hills el 6 de octubre junto con otras áreas que enfrentaban restricciones.

En las áreas centrales «rojas» del cierre, todos los negocios no esenciales, como tiendas de ropa y bares, fueron cerrados. A los restaurantes solo se les permitió proveer servicio de comida para llevar. Se cerraron las escuelas y se prohibieron las reuniones. En las zonas «naranjas» circundantes, los locales como gimnasios y salones de belleza permanecen cerrados, pero se permitió que se abrieran los comercios y los restaurantes podían usar sus terrazas al aire libre. Las reuniones fueron limitadas a 10 personas.

«Cuando se ve el brote, hay que detenerlo en ese punto», dijo Cuomo. «¿Cuál es nuestra estrategia? Aplastar el brote y detener la propagación».

Pero la zona roja de Forest Hills solo se extendía por varias cuadras, lo que llevó a una situación en la que la gente que buscaba comprar ropa o comer fuera podía caminar unos minutos más por la calle o tomar una o dos paradas de metro para escapar de la zona. Si el estado se preocupaba por la gente que propagaba involuntariamente el virus, dicha política parecía alentarlo.

En un momento dado, se ordenó a los negocios de un lado de Queens Boulevard que cerraran, pero no al otro, según varias personas de la zona con las que habló The Epoch Times.

«Fue ridículo», comentó Sara, una maestra local. Ella estaba preocupada de que el estado cerrara su escuela, ya que estaba en el borde de la zona de cierre.

Otra residente local, Ivana, apoyó el cierre.

«Absolutamente. Estoy de acuerdo. Creo que todas las escuelas deben ser cerradas. Creo que todo debe estar cerrado hasta enero, febrero», dijo. «Al menos estamos a salvo. ¿Qué hay de nuestras abuelas y madres y cosas así? Tenemos que mantener a todos a salvo».

No obstante, Ivana dijo que recientemente fue a un restaurante en Nueva Jersey, esquivando el cierre.

Sara (no es su nombre real) compartía la impresión de que el estado estaba apuntando a la zona porque es muy judía y por la noción de que los judíos ortodoxos desprecian el distanciamiento social y las reglas de usar mascarilla. Reconoció que, por su experiencia, los judíos ortodoxos locales tienden a usar menos las mascarillas.

Después de dos semanas, el estado suavizó las restricciones, declarando a Forest Hills una zona «amarilla», donde las escuelas y los negocios pueden abrir, pero las reuniones siguen estando limitadas a 25 personas.

No está claro qué impacto tuvo el cierre.

Cuomo dijo que las cifras de infección han mejorado, pero también reconoció que eran pequeñas.

«Son áreas geográficas tan pequeñas y los números son tan pequeños que literalmente pueden ser generados por solo un par de eventos que violaron las reglas», dijo en una conferencia de prensa el 22 de octubre. «Así que los [números los] verán subir y los verán bajar y así será el mundo tal como lo conocemos en el futuro inmediato hasta que consigamos las vacunas».

En el vecindario adyacente de Kew Gardens Hills, que también fue incluido en el cierre, las nuevas infecciones detectadas bajaron de 34 a 8 según los datos semanales por código postal publicados por la ciudad el 22 de octubre.

Pero en Forest Hills, las infecciones semanales aumentaron de 28 a 38.

Los datos muestran que los índices de infección fluctúan arriba y abajo todo el tiempo, vecindario por vecindario.

El estado estableció criterios para mover los vecindarios dentro y fuera de las zonas roja, naranja y amarilla, pero también señaló que las autoridades pueden declarar las zonas independientemente de los criterios. Los datos indican que varios vecindarios reunirían los requisitos para las designaciones amarillas o incluso naranjas, pero no han sido declarados como tales.

El criterio se basa principalmente en la tasa de positividad, es decir, el porcentaje de pruebas que dan positivo. Cuomo dijo que las zonas no se basan en códigos postales, censos o «ninguna métrica política». Eso dificulta la comprobación de las decisiones, ya que las autoridades pueden hacer que la tasa de positividad suba o baje cambiando el tamaño del área sobre la que se calcula.

Las preguntas sobre la validez del cierre enviadas a la Oficina de Cuomo fueron respondidas por el Departamento de Salud del Estado (DOH). Su portavoz, Jill Montag, remitió a The Epoch Times a los recientes discursos y comunicados de prensa de Cuomo.

«También, por favor, tenga en cuenta que el DOH no ha impuesto ninguna restricción de movimiento a las personas que viven en las zonas rojas», añadió Montag en un correo electrónico. «Toda la gente debe continuar siguiendo las medidas de prevención contra la COVID, incluyendo el uso de mascarilla y el distanciamiento social».

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