Una Corte de apelaciones de Estados Unidos dictaminó el jueves que la prohibición del aborto en Texas seguirá en vigor mientras se desarrolla el proceso del recurso legal contra su aplicación.
La ley del latido del corazón de Texas, también conocida como Proyecto de Ley del Senado 8 o SB8, fue promulgada por el gobernador republicano Greg Abbott en mayo. Esta legislatura prohíbe los abortos después de que se detecten los latidos del corazón del bebé, que suele ser alrededor de las seis semanas, a menos que exista una emergencia médica.
El 9 de septiembre, el Departamento de Justicia impugnó la prohibición del aborto en Texas ante un tribunal federal, cerca de una semana después de la entrada en vigor de la ley, y solicitó una medida cautelar contra la misma. El 6 de octubre, el juez de distrito, Robert Pitman, nombrado por el expresidente Barack Obama, aceptó la petición del gobierno de Joe Biden. Texas apeló de inmediato la sentencia ante la Corte de Apelaciones del 5º Circuito de EE.UU.
El 5º Circuito suspendió administrativamente la sentencia de Pitman emitida el 8 de octubre. Su último fallo del jueves significa que la ley del latido del corazón de Texas sigue en vigor mientras el litigio se mantiene en curso.
Los dos votos a favor de mantener la prohibición fueron emitidos por el juez James C. Ho, designado por Trump, y la jueza Catharina Haynes, nominada por el expresidente George W. Bush. El juez Carl E. Stewart, nominado por el expresidente Bill Clinton, disintió.
Se espera que el Departamento de Justicia apele la decisión del 5º Circuito ante la Corte Suprema.
El fiscal general de Texas, Ken Paxton, instó el jueves (pdf) a la Corte de Apelaciones, compuesto por tres miembros, a dejar que la ley del latido del corazón de Texas siga en vigor. Tras el fallo, Paxton elogió la decisión en Twitter.
El grupo provida Texas Right to Life aplaudió la decisión.
«Estamos entusiasmados por seguir salvando cientos de vidas a través de la ley del latido del corazón de Texas», dijo la directora de medios y comunicación del grupo, Kimberlyn Schwartz, en una declaración.
«Sin embargo, la batalla no ha terminado», añadió. «Esperamos que el gobierno de Biden apele a la Corte Suprema de EE.UU., y confiamos en que Texas acabará derrotando estos ataques a nuestros esfuerzos por salvar vidas».
El gobierno del estado de Texas no puede hacer cumplir la ley del latido del corazón de Texas. En su lugar, la legislación prevé que los ciudadanos particulares —excepto el individuo que dejó embarazada a la mujer por violación o incesto— presenten demandas contra los proveedores de abortos.
Si tienen éxito, los ciudadanos privados tienen derecho a cobrar al menos 10,000 dólares por daños y perjuicios por cada aborto. La ley también prevé demandas retroactivas si la ley es anulada por un tribunal, pero posteriormente restaurada por otro.
En septiembre, antes del dictamen de Pitman, tanto la Corte Suprema como la Corte de Apelaciones del 5º Circuito se negaron a detener la ley.
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