El presidente Donald Trump dijo que los fallidos esfuerzos del impeachment en su contra eran una continuación de los intentos que comenzaron en el momento en que declaró su candidatura a la presidencia en 2015.
Trump, de 73 años, habló en la Casa Blanca un día después de que fuera absuelto por el Senado de los cargos de obstrucción al Congreso y abuso del cargo que le impuso la Cámara de Representantes.
«Empezó el día que bajamos del ascensor (…) y nunca se detuvo. Hemos estado pasando por esto durante más de tres años», dijo.
«Era malvado, era corrupto, eran policías corruptos. Eran filtradores, eran mentirosos. No debería volver a pasarle a otro presidente, nunca más».
El momento no fue una conferencia de prensa o un discurso, dijo Trump. «Es una celebración», dijo. «Pasamos por un infierno, injustamente. No hicimos nada malo».
Levantó un periódico con un titular de primera página: «Trump absuelto», provocando otra larga ronda de aplausos.
Estuvieron presentes varios miembros del gabinete, otros funcionarios de la administración y legisladores, entre ellos el secretario del Tesoro Steven Mnuchin, de 57 años, el fiscal general William Barr, de 69 años, y el líder de la mayoría del Senado Mitch McConnell (R-Ky.), de 77 años. Trump entró en la sala con una ovación del público en pie tras la entrada del abogado de la Casa Blanca Pat Cipollone y de su abogado personal Jay Sekulow.
El último presidente en ser impugnado, el presidente Bill Clinton, también fue absuelto. Clinton habló tras ser absuelto en el césped de la Casa Blanca, diciendo a la nación que estaba «profundamente arrepentido» por lo que dijo e hizo, hechos que desencadenaron los esfuerzos de impeachment en su contra «y la gran carga que han impuesto al Congreso y al pueblo americano».
El jueves pasado, Trump habló en el Desayuno Nacional de Oración en Washington. Levantó los periódicos con artículos de primera plana sobre la absolución ante una audiencia que incluía a legisladores de ambos lados, incluyendo a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (D-Calif.).
Trump, que habló de «crear una cultura que proteja la libertad», incluyendo la libertad religiosa, también dijo que estaba tratando de aprender de la gente que no le gusta.
«Estamos agradecidos a la gente de esta sala por el amor que muestran a la religión. No una religión, sino muchas religiones. Son valientes, son brillantes, son luchadores, les gusta la gente, y a veces odian a la gente», dijo.
«Lo siento, me disculpo. Estoy tratando de aprender. No es fácil. No es fácil. Cuando te impugnan por nada y se supone que te gustan, no es fácil, amigos. Hago lo mejor que puedo».
Trump también dijo que no cree a algunas personas que dicen rezar por él, en un aparente golpe a Pelosi.
«Hace semanas, y de nuevo ayer, valientes políticos y líderes republicanos tuvieron la sabiduría, la fortaleza y la fuerza para hacer lo que todo el mundo sabe que es correcto», dijo Trump. «No me gusta la gente que usa su fe como justificación para hacer lo que saben que está mal. Tampoco me gusta la gente que dice ‘Rezo por ti’ cuando saben que no es así».
Pelosi, de 79 años, dio su conferencia de prensa semanal entre el desayuno y los comentarios de Trump a la nación. Ella destacó al senador Mitt Romney (R-Utah), de 72 años, el único republicano que rompió con su partido y votó para condenar a Trump por uno de los artículos de impeachment.
«Ayer el Senado actuó: La primera vez en la historia que un senador ha votado contra su propio presidente en una decisión de destitución. Dios le bendiga por su valor», dijo Pelosi.
Pelosi dijo que algunos de los comentarios de Trump en el desayuno no eran apropiados.
«Rezamos por los Estados Unidos de América. Rezo por él, por el presidente Bush, por el presidente Obama. Es una gran responsabilidad», dijo Pelosi. «Rezo mucho por él porque está muy fuera de la pista [que es] nuestra Constitución, de nuestros valores, nuestro país, del aire que respiran nuestros hijos, del agua que bebemos y del resto. Necesita nuestras oraciones».
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