El expresidente Donald Trump defendió sus comentarios sobre la inmigración, mientras que sus críticos lo acusaron de utilizar un lenguaje hitleriano por decir que los inmigrantes ilegales están «envenenando la sangre de nuestro país» durante su reciente mitin de campaña.
En una entrevista con el presentador de radio conservador Hugh Hewitt el 22 de diciembre, se le preguntó al presidente Trump si era consciente de que Hitler utilizó la frase para significar que «la sangre judía no puede ser parte de la sangre alemana».
«No, yo tampoco sabía que Hitler lo había dicho», dijo. «Nunca leí Mein Kampf. Dicen que leí Mein Kampf. Es gente que desinforma, gente horrible con la que estamos tratando».
Mein Kampf fue escrito por Adolf Hitler durante su encarcelamiento en la década de 1920 y traducido al español como «Mi lucha». El libro sirvió como un manifiesto para la Alemania nazi, expresando las opiniones antisemitas de Hitler, sus teorías raciales, sus aspiraciones políticas y su visión para el futuro de Alemania que condujo a actos de genocidio contra el pueblo judío.
El Sr. Hewitt preguntó si el presidente Trump pretendía algún sentimiento racista con el término. Él lo negó, diciendo: «No, señor».
«No sé nada sobre Hitler. No soy un estudioso de Hitler. Nunca leí sus obras. Dicen que dijo algo sobre la sangre. Tampoco lo dijo como yo lo dije», dijo el 45º presidente. «Es una declaración muy diferente. Lo que digo cuando hablo de la gente que entra en nuestro país es que están destruyendo nuestro país».
Durante su mitin de campaña la semana pasada en Durham, New Hampshire, el presidente Trump dijo a sus partidarios que los inmigrantes ilegales estaban «envenenando la sangre de nuestro país», mientras «llegaban a» Estados Unidos desde «todo el mundo».
En la entrevista, el presidente Trump siguió planteando la preocupación de la inmigración ilegal: «Este país —tenemos prisioneros entrando. Tenemos enfermos mentales entrando por miles. Realmente, por millones, porque si echas un vistazo, creo que ese número será de 15 millones de personas. Tal vez más que eso» para cuando el presidente Joe Biden deje el cargo.
Además, el expresidente dijo a Hewitt que había prometido «abandonar pacíficamente» el poder al final de su segundo mandato si era reelegido.
«Lo hice esta vez», dijo el presidente Trump, refiriéndose a las elecciones de 2020.
Durante la entrevista, el presidente Trump también dijo que no gobernaría como un dictador, sino que «gobernaría como alguien que es muy popular entre la gente».
A principios de este mes, el presidente Trump bromeó con el presentador de Fox News Sean Hannity que no sería un dictador «Excepto el primer día» para abordar la seguridad fronteriza y los problemas de perforación.
Reacciones
El comentario de la semana pasada del expresidente de «envenenar la sangre» provocó reacciones tanto de republicanos como de demócratas.
El senador Lindsey Graham (R-S.C.) dijo que no le importaba mucho la elección del idioma, sino centrarse en la solución adecuada para la seguridad fronteriza. «¿Estamos hablando de lenguaje? Me importa un bledo el lenguaje que se utilice, siempre y cuando lo hagamos bien», dijo Graham al programa «Meet the Press» de la NBC.
Pero la vicepresidenta Kamala Harris condenó al 45º presidente durante su entrevista con MSNBC, diciendo: «Es un lenguaje que pretende dividirnos. Es un lenguaje que creo que la gente ha encontrado, con razón, similar al lenguaje de Hitler».
El senador Thom Tillis (R-N.C.) dijo que «es una retórica inútil», mientras que el exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie, contrario a Trump, lo calificó de «repugnante».
La inmigración es uno de los temas clave en la contienda hacia la Casa Blanca de 2024, y es un área en la que los candidatos republicanos están obteniendo mejores resultados que sus homólogos demócratas. Según una encuesta de la Universidad de Monmouth publicada el 18 de diciembre, una cifra récord del 69 por ciento de los estadounidenses desaprueba la gestión del presidente Biden en materia de inmigración, mientras que sólo el 26 por ciento la aprueba.
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