Unión Europea lanza nuevo programa para combatir «diplomacia de la trampa de la deuda» de China

Por Emel Akan
16 de septiembre de 2021 10:27 AM Actualizado: 16 de septiembre de 2021 11:32 PM

La Unión Europea anunció el 15 de septiembre que está introduciendo un nuevo programa de inversión llamado «Pasarela Mundial» para rivalizar con el controvertido programa de desarrollo de China, la Iniciativa de la Franja y la Ruta, también llamado BRI por sus siglas en inglés, que ha dejado a muchas naciones empobrecidas y con grandes cargas de deuda.

En su discurso sobre el estado de la Unión, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo que el nuevo programa sería «un modelo» para las futuras inversiones y proyectos de Europa en todo el mundo.

«Sabemos muy bien cómo se financian las obras públicas, pero nos hacemos un flaco favor construyendo carreteras impecables entre, pongamos, una mina de cobre y un puerto, ambos de titularidad china», dijo a los legisladores del Parlamento Europeo.

«Tenemos que ser más inteligentes cuando se trata de este tipo de inversiones», agregó Leyen.

China ha sido gobernada como un estado de partido único desde que el Partido Comunista Chino (PCCh) llegó al poder en 1949. Hasta que el gobierno de Donald Trump comenzó a desafiarlo por desobedecer el derecho internacional y por sus abusos generalizados de los derechos humanos, durante más de 40 años Occidente se había comprometido con China con la esperanza de que el régimen comunista liberalice el país, pero consiguió lo contrario.

Con el cambio de las corrientes mundiales, von der Leyen dijo que la Unión Europea afinó su objetivo y quiere hacer inversiones en «infraestructuras de calidad» donde «nuestro enfoque se basará en los valores, con la transparencia y buena gobernanza» a los otros países.

«No es la dependencia lo que queremos promover, sino generar lazos», añadió.

Su anuncio se produjo después de que los líderes del Grupo de los Siete (G-7) se comprometieran en junio a ofrecer una «alternativa democrática» a la BRI de China para hacer frente al déficit de infraestructuras en los países pobres, que se han visto agravados por la pandemia.

Las necesidades totales de infraestructuras en los países en desarrollo superarán los 40 billones de dólares en 2035, según una hoja informativa de la Casa Blanca.

Para reducir esta brecha de infraestructuras y contrarrestar la creciente influencia de Beijing en todo el mundo, los líderes de las siete naciones más ricas del mundo lanzaron una nueva iniciativa, llamada Build Back Better World (Construyamos un mundo mejor o B3W), que ayuda a financiar puentes, puertos, carreteras y otros proyectos de infraestructura en los países en desarrollo.

Desde su lanzamiento en 2013, la Iniciativa de La Franja y La Ruta de China, ha invertido miles de millones de dólares en proyectos de infraestructura en África, América Latina, Europa del Este y Asia. Sin embargo, en los últimos años han estado acusando a Beijing de utilizar la «diplomacia de la trampa de la deuda» para atraer a muchas naciones a su órbita.

Manifestantes con pancartas gritan consignas contra China durante una manifestación cerca del palacio de Malacanang en Manila el 9 de julio de 2019. (Ted Aljibe/AFP vía Getty Images)

Washington ha criticado en repetidas ocasiones al régimen chino por ampliar su influencia geopolítica a través de las prácticas crediticias depredadoras. Los proyectos del BRI aumentaron el riesgo de dificultades económicas en muchos países que recibieron préstamos, como Sri Lanka, Montenegro, Pakistán y Tayikistán, debido a los niveles insostenibles de los préstamos y a la poca transparencia de los contratos.

«Queremos convertir la Pasarela Mundial en una marca de fiabilidad en todo el mundo», dijo Von der Leyen.

«Si Europa ha de mostrarse más activa en el escenario mundial, tendrá que orientar su atención a la próxima generación de asociaciones», dijo, alabando la nueva estrategia UE-Indo-Pacífico, que pretende aumentar la influencia de Europa en Asia. Como parte de la estrategia, el bloque establecerá relaciones comerciales y de inversión más estrechas con Taiwán, en respuesta a la creciente amenaza que supone una China comunista en la región.

Von der Leyen también criticó las prácticas de trabajo forzado y los abusos de los derechos humanos de Beijing, sin nombrar directamente a China.

«Hay 25 millones de personas que están amenazadas o coaccionadas para realizar trabajos forzados. No podemos aceptar que se les obligue a fabricar productos y que estos productos acaben vendiéndose en las tiendas de Europa», dijo en el discurso.

China se considera el punto neurálgico mundial de los productos fabricados con trabajo forzado. Funcionarios de Estados Unidos y de la Unión Europea han planteado en repetidas ocasiones su preocupación por el uso del trabajo forzado en China, especialmente en la región de Xinjiang.

«Razón por la que propondremos que en nuestro mercado se prohíba la comercialización de bienes o mercancías que sean fruto del trabajo forzado, porque bajo ningún concepto se puede mercadear con los derechos humanos», dijo Von der Leyen.


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