Utah ha promulgado un proyecto de ley para combatir la terrible práctica de la sustracción forzada de órganos por parte del régimen chino, convirtiéndose en el segundo estado de EE.UU. en tomar medidas legislativas contra este abuso.
A partir del 1 de mayo, será ilegal en el estado que los proveedores de seguros médicos cubran las operaciones de trasplante de órganos realizadas en China o en cualquier otro país del que se sepa que ha practicado la sustracción forzosa de órganos, así como la atención posterior a cualquier operación de este tipo. El proyecto de ley (S.B. 262) fue aprobado por unanimidad tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes del estado y fue firmado por el gobernador de Utah, Spencer Cox, el 14 de marzo.
Texas fue el primer estado de EE. UU. en abordar el tema; su ley relacionada entró en vigor el 1 de septiembre de 2023.
Durante años, China ha sido uno de los principales destinos para los turistas de trasplantes, ya que los hospitales chinos suelen ofrecer tiempos de espera extremadamente cortos para obtener órganos compatibles. Sin embargo, estos tiempos de espera tan cortos solo son posibles porque la industria china de trasplantes se abastece de un banco de órganos vivos. El Partido Comunista Chino (PCCh) ha estado extrayendo a la fuerza órganos de presos de conciencia —incluidos los seguidores de Falun Gong— a una «escala significativa» durante años, según las conclusiones publicadas por un tribunal popular independiente en Londres en 2019.
La práctica del PCCh de la sustracción de órganos fue el tema de un panel de discusión en la Facultad de Medicina de Harvard el 7 de marzo. Durante el evento, una mujer uigur lloró y preguntó si había formas de detener el abuso más rápidamente.
«Esto es una emergencia», dijo. «Siempre decimos… que tenemos que aprender de la historia. Pero está ocurriendo una y otra vez, e incluso peor».
El abogado canadiense de derechos humanos David Matas, autor del libro «Cosecha sangrienta«, respondió que Occidente necesita «aumentar el coste político».
Ahora mismo, el cálculo del PCCh es que «se benefician más de la matanza masiva de Falun Gong y uigures porque no causa mucho alboroto y ganan mucho dinero», según el Sr. Matas.
«Se aumenta el coste político fuera de China aumentando la concienciación, aumentando las protestas, aumentando la legislación», dijo Matas. «Hagámoslo más rápido. Hagámoslo pronto. Démosle prioridad. Hagamos de esto algo importante».
En enero, el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson (R-La.), denunció al PCCh por sus abusos, durante un discurso en la Cumbre Internacional de Libertad Religiosa en Washington.
«Los budistas tibetanos y los practicantes de Falun Gong son internados en campos de trabajos forzados y el Partido Comunista Chino les extrae los órganos», dijo Johnson.
Genocidio
Maya Mitalipova, directora del laboratorio de células madre humanas del Instituto Whitehead de Investigación Biomédica del MIT, vio el documental «Órganos del Estado» en una proyección organizada por el Club Falun Dafa en el campus de la Universidad de Harvard el 7 de marzo. La película documenta los crímenes del PCCh en la sustracción forzada de órganos.
«En ningún rincón del mundo debería ocurrir esto», dijo Mitalipova en NTD, medio hermano de The Epoch Times. «Es un genocidio. Es un genocidio contra el pueblo chino».
El documental de 75 minutos, producido en Canadá el año pasado, se centra en la desaparición de dos practicantes de Falun Gong en China poco después de que el PCCh lanzara su campaña de erradicación contra esta práctica en julio de 1999.
Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una práctica espiritual con ejercicios de meditación y enseñanzas morales basadas en los principios de Verdad, Compasión y Tolerancia. Justo antes del comienzo de la persecución nacional del PCCh, había aproximadamente entre 70 y 100 millones de adeptos, según estimaciones oficiales.
Desde entonces, millones han sido detenidos en prisiones, campos de trabajo y otras instalaciones, y cientos de miles han sido torturados durante su encarcelamiento, según el Centro de Información de Falun Dafa.
En 2023, se denunciaron 209 nuevos casos de practicantes de Falun Gong perseguidos hasta la muerte, según un informe de Minghui.org, un sitio web estadounidense que hace un seguimiento de la persecución en China.
Han Yu, practicante de Falun Gong que vive en Nueva York, dijo que su padre, también practicante, murió en una prisión china. Cuando vio el cuerpo de su padre, vio cicatrices y «moratones por toda la cara».
Tenía puntos desde la garganta hasta el abdomen, que estaba lleno de «hielo duro», dijo.
Tras leer informes en 2007 sobre la sustracción forzada de órganos, sospechó que las autoridades habían extraído órganos de su padre.
«Lloré durante toda una noche hasta que me quedé sin fuerzas», declaró a The Epoch Times el 7 de marzo.
La Comisión Ejecutiva del Congreso sobre China (CECC) tiene previsto celebrar una audiencia sobre la sustracción de órganos el 20 de marzo.
«En esta audiencia se evaluarán las pruebas de la sustracción de órganos de uigures, practicantes de Falun Gong y presos políticos anteriormente detenidos; se valorarán las negativas de la República Popular China de que es cómplice de abusos en los trasplantes y su afirmación de que la República Popular China ha dejado de obtener órganos de presos ejecutados, y se examinará más ampliamente la forma en que las comunidades científica y de investigación médica abordan la información acumulada sobre la sustracción de órganos», declaró la CECC en un comunicado en el que anunciaba la audiencia.
Entre los testigos que asistirán a la audiencia figuran Mitalipova y el representante del estado de Texas Tom Oliverson, principal promotor de la ley que prohíbe a las aseguradoras sanitarias del estado financiar trasplantes de órganos procedentes de China.
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