La vacuna COVID-19 de Pfizer y BioNTech puede ser eficaz contra la variante del virus del PCCh más transmisible encontrada en Reino Unido y que se ha extendido por todo el mundo, según un estudio preliminar que no ha sido revisado de forma independiente.
El descubrimiento de diferentes variantes del virus del PCCh (Partido Comunista Chino) desde que comenzó la pandemia ha suscitado preocupación por la eficacia de las vacunas COVID-19, lo que ha llevado a Pfizer y BioNTech a realizar su propia investigación, publicada en bioRxiv el 19 de enero.
El estudio evaluó si los sueros de 16 participantes que habían sido vacunados en un ensayo de fase 1/2 podían neutralizar los pseudovirus no replicantes del SARS-CoV-2 (proteína «spike») que contienen la mutación encontrada en la variante B.1.1.7 de Reino Unido o la cepa de referencia de Wuhan.
SARS-CoV-2 es el nombre científico del virus del PCCh que causa la enfermedad COVID-19.
Un pseudovirus es un virus fabricado artificialmente en un laboratorio que se utiliza en lugar del virus vivo, más patógeno, con fines de investigación.
Los autores del estudio descubrieron que no había «ninguna diferencia biológicamente significativa en la actividad de neutralización contra los dos pseudovirus».
Si bien los resultados son alentadores con las pequeñas muestras del estudio, los autores advierten que «la evolución en curso del SARS-CoV-2 requiere un seguimiento continuo de la importancia de los cambios para mantener la protección mediante las vacunas actualmente autorizadas».
Los científicos aún tienen que establecer, para las vacunas contra el COVID-19, qué reducción de la neutralización requeriría un cambio en la cepa de la vacuna, como en el caso de la vacuna contra la gripe.
Public Health England informó (pdf) en diciembre de 2020 que «no encontraron diferencias estadísticamente significativas en la hospitalización y la letalidad a los 28 días» entre la variante de Reino Unido y la cepa original del virus del PCCh. «Tampoco hubo diferencias significativas en la probabilidad de reinfección entre los casos de la variante y el grupo de comparación».
Reacciones adversas
Desde la puesta en marcha del programa de vacunas, han surgido informes de personas que han experimentado eventos adversos, incluyendo la muerte después de recibir la vacuna de Pfizer-BioNTech.
Esta misma semana, las autoridades noruegas están investigando la muerte de 23 pacientes delicados y ancianos después de haber sido vacunados. Todos tenían 80 años o más y muchos tenían enfermedades subyacentes. Alrededor de 40,000 personas viven en residencias de ancianos en Noruega.
La Agencia Noruega de Medicamentos actualizó sus orientaciones sobre la vacunación contra la COVID-19, según las cuales las personas «muy delicadas», incluidas las que padecen una enfermedad terminal, no deben recibir la vacuna.
Tras las muertes, Pfizer y BioNTech dijeron que están «trabajando con la Agencia Noruega de Medicamentos para reunir toda la información pertinente».
Más de 42,000 noruegos han recibido la vacuna COVID-19 hasta el 14 de enero.
Mientras que en Estados Unidos, 55 personas han muerto tras ser inoculadas con la vacuna COVID-19 de Pfizer-BioNTech o Moderna, según los reportes realizados a la base de datos federal, el Sistema para Reportar Reacciones Adversas a las Vacunas (VAERS).
Los reportes realizados al VAERS no prueban que una reacción adversa se deba a una vacuna, ya que no es necesario demostrar una lesión causada por la vacuna para que la notificación sea aceptada en el sistema.
Las personas también reportaron más de 1300 visitas a urgencias, 225 hospitalizaciones y 24 discapacidades permanentes después de recibir la vacuna COVID.
Un portavoz de Pfizer escribió en un correo electrónico a The Epoch Times que la empresa «vigila de cerca todos los informes posteriores a la vacunación», mientras que Moderna no respondió a las solicitudes de comentarios.
Más de 16 millones de personas se han vacunado contra la COVID-19 en Estados Unidos, aunque hasta el 20 de enero se habían distribuido más de 35 millones de dosis de la vacuna.
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