Una enfermera veterinaria neozelandesa que se pasa el día ayudando a salvar vidas de animales ganó un concurso de fotografía con una divertida imagen de sus perros imitándola.
Rosie McCarthy, de 28 años, organizó la foto ganadora en su clínica de Hamilton, en la Isla Norte de Nueva Zelanda, con la ayuda de sus compañeros de trabajo y la colaboración de sus cachorros, Kaeli y Shiloh. En la foto, una «paciente» humana yace en la mesa de operaciones mientras los dos perros la atienden, vestidos con batas, uno con mascarilla y el otro con un estetoscopio.
«Mi colega, Emma, se acercó y me comentó un par de ideas que tenía para el concurso», explicó Rosie a The Epoch Times. «Le sugerí que llevara mis perros al trabajo un día, y como estamos en una clínica, nos proporcionaría el «entorno de trabajo» perfecto».
«Tenía fe en que Kaeli y Shiloh cooperarían», continuó. «Son perros que se portan muy bien y son excepcionalmente tolerantes con mis diversas travesuras».
El concurso fotográfico «Perros trabajando» fue organizado por un proveedor veterinario llamado Norbrook que quería fotos de mascotas en el trabajo para un calendario, y la propuesta de Rosie los convenció.
Después de ganar el primer puesto en octubre, Rosie compartió la foto en su página de Facebook y la reacción fue impresionante.
«Ha sido extraordinario. Mi teléfono estuvo repleto de notificaciones durante días», dijo la orgullosa dueña del perro, y añadió: «Agradezco la oportunidad de compartir a mis perritas con el mundo y espero que la foto haya alegrado a la gente, especialmente en estos tiempos de incertidumbre».
Rosie, que vive en una pequeña comunidad de Waikato, a las afueras de Hamilton, con su esposo, dos perros y dos caballos, sabía que quería trabajar en la medicina veterinaria desde la niñez.
Después de graduarse como enfermera veterinaria, Rosie trabajó en una clínica de urgencias durante más de tres años y luego asumió su función actual en una clínica de medicina general en 2017. Se interesa mucho por el comportamiento de los animales y le encanta crear interacciones positivas con todos sus pacientes cuando los visitan. Lo que más le gusta, dice, es «estar involucrada con un caso de principio a fin».
Puede ser un reto hacer varias cosas a la vez, dice Rosie, y es difícil averiguar qué les pasa a los animales que llevan a consulta, con los que no puede hablar, pero la enfermería le da un propósito. «Me anima a esforzarme», explicó, «a luchar por conseguir lo mejor para mis pacientes y a ser la mejor defensora que pueda».
Según la enfermera veterinaria, su perrita Kaeli, un cruce de huntaway neozelandés de casi 10 años, es «obstinada, intuitiva, inteligente y leal (…) el primer perro perfecto». La enfermera veterinaria era voluntaria en su SPCA local cuando la conoció. El cachorro, que entonces tenía 12 semanas, se arrastró hasta el regazo de Rosie, se quedó dormido y se ganó su corazón. Rosie se la llevó inmediatamente a casa.
Por su parte, Shiloh, una hembra de casi 7 años de edad, es la «superdetective» de Rosie, siempre es la primera en investigar cualquier situación nueva. Una vez, mientras Rosie estaba buscando información sobre razas de perros, encontró a los elkhounds noruegos y le encantó. Un criador la puso en lista de espera y, un año después, Shiloh se unió a la familia con dos días de edad.
«Smiloh» siempre está sonriendo y es una perra muy orientada a la gente», dice Rosie al describir su personalidad. «La aterrorizan las bolsas de plástico y la aspiradora, y está obsesionada con la lechuga y la zanahoria. Es la más propensa de las dos a acurrucarse con uno en el sofá».
Ambas perritas han aprendido muchos trucos desde el primer día con Rosie. Son «muy unidas», ya que han pasado su vida juntas.
«Tengo un fuerte vínculo con las dos y aportan mucha alegría a mi vida», dice Rosie.
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