China, Rusia, Corea del Norte e Irán forman alianza antiamericana
En lo que probablemente sea el mayor desafío estratégico de Estados Unidos en el futuro, ha surgido en el escenario mundial un nuevo “Eje del Mal”, tomando prestada la terminología del presidente George W. Bush. China, Rusia, Corea del Norte e Irán están trabajando juntos para debilitar el orden mundial liderado por Estados Unidos.
Esta reciente alineación de naciones rebeldes plantea una amenaza directa a todas las bases estratégicas, comerciales, económicas y culturales que han anclado la estabilidad y el desarrollo del mundo desde el final de la Segunda Guerra Mundial. En consecuencia, el desafío que enfrentan las instituciones diplomáticas y estratégicas estadounidenses, así como los planes militares, se ha vuelto colosal.
Esto se debe en gran medida a que, a diferencia de otras naciones que pueden no compartir los valores, la moral y los objetivos democráticos estadounidenses u occidentales, estas cuatro naciones son agresivas y participan activamente en guerras de expansión, o aprovechan la amenaza de guerra para hacerlo. Este nuevo eje fascista se ha hecho mucho más evidente tras el ataque con un dron de Estados Unidos que abatió al general terrorista Qassem Soleimani de Irán. Para contrarrestar la mayor respuesta estadounidense en la región, las autoridades de defensa chinas anunciaron que tanto China como Rusia participarán en los próximos ejercicios militares navales con la marina iraní en el océano Índico y el golfo de Omán.
Esto no es un acontecimiento particularmente sorprendente, sin embargo es crucial, incluso amenazante. Las autoridades de defensa de Estados Unidos han estado al tanto del surgimiento de la colaboración chino-rusa por lo menos durante un par de años, como lo reconoce el Resumen de la Defensa Nacional de 2018:
“El desafío central para la prosperidad y la seguridad de Estados Unidos es el resurgimiento de la competencia estratégica a largo plazo por lo que la Estrategia de Seguridad Nacional clasifica como potencias revisionistas. Cada vez está más claro que China y Rusia quieren dar forma a un mundo coherente con su modelo autoritario —ganando autoridad de veto sobre las decisiones económicas, diplomáticas y de seguridad de otras naciones”.
China y Rusia especialmente se están acercando mucho más, participando en ejercicios militares altamente coordinados, armonizando las estructuras de mando e incluso las transferencias de tecnología. Corea del Norte e Irán también forman parte de esta desafortunada y peligrosa colaboración. Sin embargo, hay motivos racionales para hacerlo.
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