El coronavirus sigue los vínculos con la China comunista
En las últimas semanas de 2019, se produjo un brote de un nuevo coronavirus en la ciudad de Wuhan, en el centro de China. Mientras el mundo daba la bienvenida a una nueva década, el Partido Comunista Chino (PCCh) optó por suprimir la información sobre la crisis emergente hasta que ya no pudo mantenerla oculta.
Casi dos meses después de que las autoridades de China continental reconocieran el brote y la existencia del virus contagioso, la crisis se ha expandido por todo el mundo, alcanzando proporciones epidémicas en múltiples regiones. El número de infectados fuera de las fronteras de China es ahora de decenas de miles, y más de mil han sucumbido al virus. El mercado de valores se ha desplomado y los expertos advierten sobre una posible recesión económica.
Una variedad de factores ha facilitado la rápida propagación del coronavirus, oficialmente denominado SARS-CoV-2, y de la enfermedad que causa, la COVID-19. La globalización ha causado que la gente del mundo esté en mayor contacto, aumentando los riesgos de una pandemia mundial.
Sin embargo, las regiones más afectadas fuera de China comparten un hilo común: relaciones cercanas o lucrativas con el régimen comunista de China.
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