La visita del líder de la dictadura cubana Miguel Díaz-Canel a México es un «espaldarazo económico» de López Obrador al régimen castrista para su supervivencia, según analistas. Sin embargo, esto ha mandado un mensaje muy negativo a la región latinoamericana.
Díaz-Canel fue invitado por el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador para los festejos del 211° aniversario de la independencia del país, generando un fuerte rechazo por diferentes personalidades y funcionarios.
El director para América Latina de la Fundación Víctimas del Comunismo, Carlos Ponce, dijo que esta invitación sería un apoyo del gobierno mexicano ante la imagen debilitada del régimen castrista tras las protestas masivas del 11 de julio en la isla.
«Este es un viaje no solamente para darle un espaldarazo político al régimen cubano, sino también un espaldarazo económico para la sobrevivencia de la dictadura», dijo Ponce.
«El régimen cubano se ve necesitado de apoyos internacionales, y esto es parte del teatro que montan en México para dar espacio a Díaz-Canel en un acto que debió ser muy serio para respetar la independencia e institucionalidad mexicana», agregó.
El experto señaló que no es de extrañar que AMLO trate de ayudar a Díaz-Canel. Durante la pandemia, el gobierno AMLO contrató a médicos cubanos–las misiones médicas que se documentó como una forma de tráfico de personas.
«Esto queda muy mal ante los ojos internacionales. Queda muy mal por el mensaje que ha dado México–que hubiese podido ser la balanza en la región», dijo. «México pudo convertirse en un factor de presión para Cuba, pero AMLO puso por delante su ideología y amistad con el régimen cubano antes que la responsabilidad de ser un presidente de un país tan importante como México», agregó.
De acuerdo con Ponce, la decisión de AMLO fue «muy grave» dado la actual «debilidad democrática, institucional, y la gran impunidad» que experimenta la región en los países autoritarios.
Sin embargo, el presidente mexicano defendió su decisión diciendo que México «tiene las puertas abiertas a todos los gobernantes, somos amigos de todos los pueblos del mundo» y que su gobierno aplica una política de no intervención.
«Si realmente fuera la ‘no intervención’ y ‘no injerencia’ en los asuntos de otros países, México no debería haber contratando a los médicos cubanos, no debería haber enviado alimentos y ayuda al régimen cubano inmediatamente después de las manifestaciones», manifestó. «No hubiera invitado a Díaz-Canel a México–eso ya está mostrando una preferencia ideológica y de relaciones internacionales», dijo.
«Eso es una ‘no intervención’ a lo que le conviene», agregó.
Asimismo, dijo el experto, la dictadura cubana ha sido uno de los regímenes que más ha intervenido en diferentes naciones. «No le veo sentido a esa excusa [de AMLO]. Es traer a tu amigo y andar ocultándolo bajo una falsa narrativa que no tiene sustento histórico ni sustento práctico», señaló.
El comunismo sigue fortaleciéndose en Latinoamérica
Ponce dijo que el comunismo y autoritarismo–bajo el llamado progresismo–sigue amenazando la región, ya que aún existe una «conciencia equivocada» de preferir elegir a personajes populistas que traen un «buen mensaje», pero que eventualmente lleva a los países a perder la libertad.
«El comunismo lamentablemente sigue fortaleciéndose. Veo con mucha preocupación cómo la gente sigue adorando modelos comunitarios que reducen la capacidad del individuo de producir, que reducen la capacidad inventiva de la innovación, que reduce la posibilidad de sectores privados de surgir, y de contratar y generar posibilidades», dijo.
«Pero se ha demostrado que ése no es el modelo. Cualquier modelo que restrinja las libertades, cualquier modelo que persiga, cualquier modelo que aniquile al individuo; es un modelo que no sirve», continuó.
Además, el analista cubano criticó la «gran hipocresía» de la comunidad internacional, que no se pronunció de manera contundente luego de la grave represión en la isla tras las manifestaciones de julio.
Dijo que el tema de los derechos humanos no debería estar sujeto a negociaciones «detrás de bambalinas» por parte del régimen cubano.
«Un cubano para los ojos de la comunidad internacional parece valer menos que cualquier persona en el mundo, y yo creo que eso hay que atacarlo, porque quienes sufren son los derechos humanos, los principios universales», señaló.
«Tenemos un impacto regional de todos estos tiranos autoritarios, y es un tema que la gente debería empezar a reflexionar», agregó.
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