5 prácticas educativas para que sus hijos se destaquen

Estados Unidos ha dependido de una ciudadanía bien preparada desde su fundación.

Por ANNIE HOLMQUIST
22 de abril de 2023 9:23 PM Actualizado: 22 de abril de 2023 9:26 PM

En los últimos años se ha convertido en algo habitual ver enojados a los padres que asisten a las reuniones de la junta escolar, debido al material sexualmente explícito o al fomento de la transición de género que se presenta en las aulas.

Pero en una reciente reunión de la junta escolar en California, los padres se mostraron molestos por algo más que cuestiones de género y sexualidad. Esta vez, estaban preocupados por las clases de honor de la escuela secundaria, eliminadas en nombre de la equidad.

La escuela ya es demasiado fácil para los estudiantes, dijeron los padres a la junta, uno de los padres señaló que quería que su hijo se enfrentara a retos.

«Mi hija, que está en segundo año, dice que no está funcionando», dijo otro padre. «Ella  siempre se destacó con honores  y ahora  dice que no tiene retos».

Tal vez esa falta de retos sea el objetivo real. La excusa de la equidad funciona como una bonita tapadera políticamente correcta, pero tal vez lo que el poder realmente quiere es una sociedad atontada que no tenga suficiente cerebro para luchar contra la invasión de los poderes gubernamentales de la élite.

Desde su fundación, el gobierno estadounidense dependió de una ciudadanía bien preparada. Individuos como Thomas Jefferson, explica Neil Postman en su libro «Construyendo un puente hacia el siglo XVIII«, creían que «la mejor manera de que los ciudadanos protejan su libertad es que se los anime a ser escépticos, suspicaces con la autoridad y a estar preparados (y sin miedo) para resistirse a la propaganda». Esto se consigue formando a los ciudadanos para que tengan «mentes críticas».

Está claro que en las aulas de hoy —con honores o sin ellos— no los están formando de esa manera. Entonces, ¿Cómo podemos, nosotros como padres y adultos, dar a los alumnos de hoy una educación sólida y desafiante? Postman expone cinco ideas que son tristemente ajenas al sistema educativo actual.

1. Enseñar a los estudiantes a hacer preguntas

Hacer preguntas «no se enseña en la escuela», escribe Postman, un hecho sorprendente porque se trata de «la habilidad intelectual más importante de que dispone el ser humano». Hay varias razones posibles para esta falta de instrucción, entre ellas que los profesores no saben cómo enseñar tal materia, ni ellos ni otros dirigentes quieren que los estudiantes comprendan el arte de hacer preguntas, pues «quieren que los alumnos sean dadores de respuestas, no formuladores de preguntas».

Esa incapacidad para plantear preguntas obstaculiza la curiosidad. Acepta al mundo tal como es y convierte al alumno en un recipiente pasivo a la espera de ser llenado, en lugar de un recipiente activo dispuesto a verter en los demás, conjurar posibilidades y establecer conexiones. Es hora de enseñar a los alumnos a hacer preguntas y convertirlos en recipientes activos, no pasivos.

2. Ir más allá de la etapa de gramática

Mucha gente está familiarizada con la «escuela de gramática», un término sinónimo de escuela primaria. Pero lo que muchos no saben es que la escuela de gramática es solo una de las tres fases educativas, las otras dos son la lógica y la retórica. Hoy en día hemos olvidado en gran medida estas dos últimas fases, pero Postman recomienda que las recuperemos.

«Estas asignaturas», escribe, «tratan sobre la relación entre el lenguaje y la realidad; tratan de las diferencias entre los tipos de enunciados, sobre la naturaleza de la propaganda, sobre las formas en que buscamos las verdades». Dado que el lenguaje y el significado de las palabras cambian continuamente y se utilizan para adaptarse a cualquier agenda que la gente tenga en estos días, parece el momento oportuno para un resurgimiento de la lógica y la retórica.

«Intentar seriamente estudiar el lenguaje» es lo que Postman cree que es la clave para ayudar a «los jóvenes a defenderse de la propaganda en todas sus seductoras variedades».

3.Exponga a los estudiantes a múltiples teorías científicas

La enseñanza científica actual, explica Postman, es de naturaleza muy dogmática y autoritaria y, como tal, «es exactamente lo contrario de la creencia científica». Debido a esto, Postman cree que las teorías científicas que compiten entre sí deberían enseñarse una al lado de la otra —la evolución y la creación, por ejemplo, o las teorías de Ptolomeo y Copérnico— haciendo que los estudiantes sopesen las evidencias de cada una «y luego expliquen por qué creen que una es preferible a la otra».

«La buena ciencia no tiene nada que temer de la mala ciencia», escribe Postman, «y si pusiéramos una al lado de la otra, la educación de nuestros jóvenes saldría muy beneficiada». Habiendo vivido la pandemia del COVID-19, experimentando de primera mano los resultados de diversas teorías científicas y médicas sobre la propagación y el comportamiento de las enfermedades infecciosas, parece que a muchos de nosotros nos habría ido mejor si nuestras propias generaciones hubieran aprendido ese enfoque de la ciencia.

4. Una educación tecnológica diferente

En los últimos treinta años, más o menos, la demanda de los equipos de última tecnología siempre parece encabezar las listas de los educadores. Primero, las computadoras eran absolutamente necesarias; después, una tableta para cada alumno; y hace un tiempo, fueron las pizarras inteligentes (¿esas aún existen?). Como alguien me comentó recientemente, es probable que las escuelas impulsen la enseñanza tecnológica para que parezca que están haciendo algo.

Sea cierto o no, Postman nos anima a buscar un tipo diferente de educación tecnológica, que no se centre en cómo utilizar las computadoras, sino en los «efectos psicológicos, sociales y políticos de las nuevas tecnologías».

«Si vamos a hacer que la educación tecnológica forme parte del plan de estudios», escribe Postman, «su objetivo debe ser enseñar a los estudiantes a utilizar la tecnología en lugar de ser utilizados por ella. Y eso significa que deben saber cómo afecta el uso de una tecnología a la sociedad en la que viven, así como a sus propias vidas personales».

5. Incorporar la enseñanza religiosa

Postman reconoce que este es un tema delicado debido a la separación entre Iglesia y Estado. Sin embargo, hay dos razones por las que cree que una buena educación proporciona instrucción religiosa.

La primera es que sin un conocimiento de la religión, los estudiantes experimentan una gran falta de alfabetización cultural, perdiéndose el significado de muchas obras de teatro, obras de arte y otras referencias sociales. La segunda es que todo el mundo necesita enfrentarse a las grandes preguntas de la vida, a saber: «¿quién soy?» y «¿por qué estoy aquí?». Postman pregunta retóricamente: «¿es posible plantearse estas preguntas ignorando las respuestas que da la religión?».

Las escuelas públicas actuales se centran en promover la equidad, la inclusión y los programas políticamente correctos. Independientemente de si sus hijos o nietos asisten a las escuelas públicas, ¿por qué no marchar al ritmo de un tambor diferente y comenzar a inculcarles estas cinco formas alternativas de educación? Una acción así probablemente establecerá la diferencia entre la multitud y los colocará en el camino para convertirse en los líderes del mañana.


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