El presidente Joe Biden anunció el martes por la noche que el gobierno federal comprará 200 millones de dosis más de vacunas en un intento por frenar la pandemia del virus del PCCh.
«Ahora tenemos una estrategia nacional para vencer al COVID-19. Es exhaustiva. Está basada en la ciencia, no en la política. Está basada en la verdad, no en la negación, y es detallada», dijo Biden.
«Vamos a hacer todo lo posible para conseguirlo, pero muchas cosas pueden salir mal en el camino», dijo Biden a los periodistas el martes, señalando que Estados Unidos tendría suficiente material como para vacunar a unos 300 millones de estadounidenses para final del verano o «principios de otoño».
Las declaraciones del presidente se produjeron cuando la cifra de muertos en Estados Unidos por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino) superó los 420,000, según cifras federales.
Bajo el mandato del presidente Donald Trump, el gobierno federal ya había acordado comprar 200 millones de dosis a Pfizer y 200 millones a Moderna, que se entregarían en julio.
Como cada vacuna requiere dos inyecciones, esas 400 millones de dosis ya compradas a Pfizer y Moderna serían suficientes para vacunar a unos 200 millones de adultos estadounidenses. Pero habrá que inmunizar a decenas de millones de personas más para alcanzar la «inmunidad de rebaño».
Pfizer está autorizada en personas de hasta 16 años, mientras que Moderna es para mayores de 18 años.
Hasta ahora se han distribuido al menos 41 millones de vacunas en Estados Unidos, de las cuales casi la mitad aún no se han administrado, según datos facilitados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Tanto Moderna como Pfizer han declarado que sus vacunas son eficaces contra la nueva cepa del virus identificada el año pasado en el Reino Unido, que se cree que se propaga más rápidamente que la variante original y que se ha encontrado en al menos 12 estados de Estados Unidos.
Por otra parte, Moderna dijo que su vacuna es eficaz contra la variante del virus descubierta recientemente en Sudáfrica, que también se cree que es más contagiosa que la variante original que se dice que se originó en Wuhan, China, en 2019.
El día anterior, la Administración Biden volvió a imponer una prohibición a la mayoría de los ciudadanos no estadounidenses que entran en el país desde el Reino Unido, la mayoría de los demás países europeos y Brasil, según la secretaria de Prensa Jen Psaki.
La medida está diseñada para «reducir la propagación de la COVID-19 a través de los viajes, especialmente a medida que vemos que surgen variantes de propagación más rápida en todo el mundo», dijo Psaki el lunes, y señaló que Sudáfrica se añadirá a la lista de países bajo la prohibición de viajar.
Con información de Associated Press.
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