El gobierno del presidente de Estados Unidos Donald Trump puso fin este lunes al Estatus de Protección Temporal de aproximadamente 200.000 salvadoreños, según un reporte de Washington Post, que cita un anuncio del Departamento de Seguridad Nacional enviado a los legisladores.
Los salvadoreños tendrán hasta el 9 de septiembre de 2019, es decir aproximadamente 600 días, para poner en orden sus asuntos e irse del país. Se espera que el gobierno envíe el anuncio directamente a los involucrados.
Los salvadoreños son el grupo más grande de extranjeros ilegales que reciben un Estatus de Protección Temporal (TPS) a través de un programa humanitario iniciado por George Bush en 1990, informó The New York Times.
El segundo grupo más grande estaba compuesto por 45.000 haitianos, antes de que perdieran su estado temporal en noviembre del año pasado.
El programa TPS otorga un estatus legal temporal y autorización de trabajo a extranjeros ilegales que se encuentran en Estados Unidos, siempre que provengan de países afectados por desastres naturales, conflictos u otras adversidades extremas.
Los salvadoreños recibieron su estatus TPS en 2001 después de una serie de terremotos que causaron la muerte de 1.000 personas y destruyeron cientos de miles de hogares.
Mientras estaba en la campaña electoral, el presidente Donald Trump prometió reformar las políticas de inmigración, especialmente reprimiendo la inmigración ilegal. La decisión de poner fin al TPS para los salvadoreños es la última de una serie medidas destinada a cumplir esa promesa. También se conecta con la promesa de Trump de erradicar la brutal pandilla MS-13.
El Salvador se convirtió en el nuevo hogar de la banda MS-13, cuando las autoridades federales deportaron a miles de pandilleros al país en un período de más de 10 años, a partir de la década de 1990.
Foto: Miembros de las pandillas MS-13 y Barrio 18 encarcelados en El Salvador el 9 de agosto de 2017. (MARVIN RECINOS / AFP / Getty Images)
El permeable borde fronterizo de Estados Unidos, y las políticas de inmigración, permitieron a los miembros de la MS-13 regresar a Norteamérica luego de establecer sus núcleos en El Salvador.
Hoy en día, se estima que unos 10.000 miembros de estas pandillas viven en Estados Unidos.
La administración Trump se ha enfrentado a una serie de fechas límites durante el año pasado, y ha tenido que decidir si pone fin al estado de protección de los inmigrantes, cuyos países de origen se han visto afectados por desastres.
Los analistas y los funcionarios de gobierno han dicho que se supone que el TPS proporciona un refugio temporal para las víctimas, no un estado permanente.
«Necesitamos volver a poner la ‘T’ en TPS«, dijo al medio New York Times Mark Krikorian, director ejecutivo del Centro de Estudios de Inmigración. «Tiene que ser temporal. Esto ha pasado demasiado tiempo «.
En conjunto, las decisiones del gobierno de Trump significan que aproximadamente 250.000 personas que anteriormente tenían permiso para vivir y trabajar en los Estados Unidos, perderán esas protecciones en el transcurso de los próximos dos años. Además estarán expuestas a la deportación si eligen permanecer.
Los haitianos y nicaragüenses perderán su estado de protección en 2019 y los hondureños podrían perder el suyo a fines de este año. El estado de protección de los inmigrantes de Sudán del Sur se extendió en cambio hasta mayo de 2019.
Los salvadoreños son, con mucho, el grupo más grande con un estado de protección temporal. Se estima que 200.000 inmigrantes provenientes de esta nación están en esta situación, según un informe de noviembre del Servicio de Investigación del Congreso. Eso es más de tres veces el número de personas en el siguiente grupo más grande, los hondureños.
Los analistas se han quejado de que el programa TPS les permite extender repetidamente sus estadías en incrementos de seis a 18 meses, en caso de un desastre natural, conflicto civil u otras emergencias en sus países de origen.
Reuters contribuyó a este informe
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