Este viernes, 25 años después de la muerte de Pablo Escobar, el edificio Mónaco en Medellín, Colombia, uno de los últimos símbolos del narcotraficante colombiano más famoso del siglo pasado, fue demolido con unos 375 kilos de dinamita y 180 detonadores.
En apenas cuatro segundos se desplomó.
En la filmación de la explosión, algunos se preguntan si lo que se mueve en una de las ventanas antes de reducirse a escombros es un fantasma.
¿Fantasma en el edificio Mónaco? preguntan a voces en las redes sociales.
Si es un fantasma o no, o si es un truco, no se sabe, pero sobre estos escombros reales que dejó la explosión controlada se construirá, según informó la Alcaldía, un parque «dedicado a las víctimas y héroes de la época», informó La Semana. Al menos de esta manera simbólica Escobar estará enfrentando a sus víctimas.
El alcalde Federico Gutiérrez dijo que se esperaba que con el derribo del edificio, la ciudad comience a dejar de ser asociada con el exjefe del famoso cartel de droga.
«No es un secreto que en muchos lugares nos siguen asociando con drogas, narcotráfico y violencia, y lo que es peor, personajes como Pablo Escobar siguen siendo referentes para los niños aquí y en el mundo entero», afirmó, según La Semana.
Como el memorial a las víctimas no estaba en el plan de gobierno actual, según el informe “desató una polémica entre sectores de opinión de la ciudad”. Para muchos la desaparición del edificio Mónaco no significa que el crimen que reina en México desaparezca con él, pero al menos Medellín quiere mostrar una mejor cara y decirle a sus ciudadanos que elijan el camino del bien.
El edificio de doce apartamentos, 34 parqueaderos en el sótano y tres ascensores, en uno de los cuales vivía la familia, desapareció. Lo que queda en el recuerdo es el fantasma de Escobar enfrentando a los fantasmas de sus víctimas.
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