Los agentes del FBI que ejecutaron una orden de registro en la casa del expresidente Donald Trump en 2022 se prepararon para la posibilidad de que miembros del Servicio Secreto de EE.UU. se resistieran a los agentes, según documentos judiciales recientemente desvelados.
Un plan de operaciones para el allanamiento de Mar-a-Lago, en el sur de Florida, establecía que si el presidente Trump llegaba a Mar-a-Lago durante el periodo en que los agentes estuvieran allí, los agentes del FBI estarían preparados para «enfrentarse» a él y a los miembros del Servicio Secreto de Estados Unidos (USSS) que lo protegen.
Si los agentes del Servicio Secreto «ofrecen resistencia o interfieren con el cronograma o los accesos del FBI», entonces los funcionarios del FBI se pondrían en contacto con ciertas personas —sus nombres y cargos fueron censurados—, indicaban los documentos.
Los documentos también afirmaban que si los empleados de Mar-a-Lago se negaban a proporcionar una lista de las habitaciones de huéspedes ocupadas, los agentes del FBI «llamarían a la puerta de cada habitación de huéspedes para determinar el estado de ocupación». Ellos solicitarían un mapa, una lista de habitaciones y una llave maestra para todas las habitaciones, y se estaban preparando para llevar consigo equipos de apertura de cerraduras.
Los documentos, presentados al presidente Trump a través de la presentación de pruebas en la causa penal contra él, se incluyeron en el sumario el 21 de mayo.
Los abogados del presidente Trump adjuntaron los documentos como pruebas a una moción en la que pedían la supresión de las pruebas incautadas por los agentes, argumentando que la redada era inconstitucional.
La orden fue autorizada por un juez magistrado de EE.UU. después de que los agentes dijeron que había causa probable para creer que se guardaban materiales sensibles en lugares no autorizados en el complejo turístico. Los funcionarios dijeron que la redada probablemente descubriría pruebas de obstrucción a la justicia.
Los agentes llegaron a Mar-a-Lago a las 8.59 horas del 8 de agosto de 2022 e iniciaron el registro a las 10.33 horas. En un resumen de lo ocurrido se afirmaba que los responsables del FBI se coordinaron con los responsables locales del Servicio Secreto y que los miembros de este servicio «facilitaron la entrada en las instalaciones, proporcionaron escolta y acceso a varios lugares del interior y apostaron personal del USSS en los lugares donde el equipo del FBI llevó a cabo los registros».
Además de 25 empleados del FBI de la oficina del buró en Miami, el grupo de personal del DOJ incluyó a cinco funcionarios de Washington y dos abogados del DOJ.
El grupo tomó numerosas fotografías, incluidas imágenes en el dormitorio de la ex primera dama Melania Trump y una «suite de dormitorio infantil», según los registros de imágenes que se publicaron el martes.
Los abogados del presidente Trump dijeron en la moción que la búsqueda fue «itinerante y altamente inapropiada», citando cómo cubrió un gimnasio, una cocina y los dormitorios donde se tomaron las fotos. Dijeron que la orden era demasiado amplia y autorizaba a los agentes a incautar prácticamente cualquier documento de Mar-a-Lago.
Los funcionarios del Gobierno han reconocido que se incautaron indebidamente de pasaportes y algunos otros materiales.
Los agentes permanecieron en el lugar hasta las 6:39 p.m. Al día siguiente trasladaron por avión a Washington las pruebas incautadas.
El presidente Trump tras la ejecución de la orden fue acusado de manejo indebido de información de defensa nacional, ocultamiento de documentos y declaraciones falsas.
La fuerza letal, una opción
Los documentos incluían una declaración sobre el uso de la fuerza letal, que citaba la política del gobierno al afirmar que «los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley del Departamento de Justicia (DOJ) pueden usar la fuerza letal solo cuando sea necesario, es decir, cuando el oficial tenga una creencia razonable de que el sujeto de dicha fuerza representa un peligro inminente de muerte o lesión física grave para el oficial u otra persona».
El FBI también llevó un médico y un paramédico a la redada, según los documentos, e indicó el centro de traumatología más cercano por si alguien resultaba herido durante la ejecución de la orden.
Los agentes iban equipados con armas de serie, munición, esposas e insignias, y llevaban cizallas medianas y grandes.
No había base para que el FBI llevara armas a Mar-a-Lago, según los abogados del presidente Trump.
«No había amenazas ni riesgo para la seguridad de los agentes derivado de sus alegaciones relacionadas con la posesión de documentos en un local ya vigilado por el Servicio Secreto», dijeron los abogados.
Los abogados también argumentaron que un agente del FBI omitió información relevante en la declaración jurada presentada al juez como parte de la solicitud para autorizar la orden.
El agente, por ejemplo, «no reveló que los presidentes no están obligados a obtener autorizaciones y que se habían proporcionado sesiones informativas sensibles que incluían información clasificada al presidente Trump en Mar-a-Lago y otras residencias antes y durante su presidencia», dijeron los abogados.
En una presentación del DOJ en respuesta a la moción, los abogados del gobierno rebatieron los argumentos.
«Independientemente de la autoridad de Trump durante su presidencia, carecía de autoridad para poseer documentos clasificados en Mar-a-Lago después de que terminó y se convirtió en un ciudadano privado. La autoridad de Trump para acceder o poseer documentos clasificados durante su presidencia era obvia e irrelevante para la determinación de causa probable en relación con la retención de los documentos después de su presidencia», escribieron en parte.
Los abogados también dijeron que, si bien algunos funcionarios del FBI sugirieron solicitar el consentimiento del expresidente Trump para registrar Mar-a-Lago antes de solicitar una orden judicial, su «ofuscación y engaño previos hasta ese momento» significaban que había «una amplia razón para evitar solicitar el consentimiento de Trump, lo que simplemente invitaría a más engaños».
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