La violencia volvió a estallar en Yuen Long, en Hong Kong, la noche del 27 de julio, luego de que cientos de miles de manifestantes se reunieran por la tarde para una marcha pacífica condenando un ataque de la semana antes por parte de presuntos miembros de la tríada en una estación de metro local.
Amnistía Internacional emitió una declaración luego del ataque, diciendo que las acciones de la policía local habían sido «inaceptables».
«Las escenas violentas en Yuen Long esta noche fueron en parte porque la policía de Hong Kong optó por inflamar una situación tensa en lugar de calmarla», dijo Amnistía. «Que la policía declarara ilegal la protesta de hoy fue simplemente un error según la ley internacional».
Agregó: «Si bien la policía debe poder defenderse a sí misma, hubo repetidos casos el día de hoy en que los oficiales de policía eran los agresores; golpeando a los manifestantes que se estaban yendo, atacando a civiles en la estación de tren y atacando a periodistas. Alarmantemente, esta respuesta tan dura ahora parece ser el modus operandi de la policía de Hong Kong y les instamos a que cambien de rumbo rápidamente».
El 21 de julio, un grupo de hombres con camisetas blancas, empuñando palos de madera o metal, corrieron a la estación de metro de Yuen Long y comenzaron a golpear a los pasajeros, según las imágenes tomadas por los viajeros y periodistas en la escena. El legislador del partido demócrata Lam Cheuk-ting estuvo entre los al menos 45 heridos.
Los atacantes atacaron a cualquier pasajero vestido de negro porque probablemente habían participado en una marcha pacífica más temprano en el día contra el proyecto de ley de extradición del gobierno de Hong Kong. La marcha atrajo a 430.000 personas.
Desde entonces, varios atacantes han sido arrestados por la policía, quien observó que algunos tenían antecedentes de tríadas.
Los ataques provocaron que el gobierno del Reino Unido, el Departamento de Estado de EE.UU. y varios grupos de derecho humanos, incluido Amnistía Internacional, emitieran declaraciones que expresaban su preocupación por el ataque.
Reclamando a Yuen Long
La marcha del 27 de julio, denominada «Reclamando a Yuen Long», fue organizada por el residente Max Chung para pedir al gobierno de Hong Kong que cumpla siete demandas, incluida la retirada del proyecto de ley de extradición y una investigación independiente sobre los violentos enfrentamientos de civiles el 21 de julio.
La policía no le otorgó a Chung la aprobación para la marcha, y la Junta de Apelaciones de Hong Kong para Reuniones y Procesiones Públicas rechazó su apelación de la decisión alegando que tal marcha podría representar una amenaza para la seguridad pública, dados los acontecimientos del 21 de julio.
A pesar de la objeción de la policía, igualmente la marcha se dio a cabo, con participantes marchando desde Shui Pin Tsuen Playground hasta la estación de metro de Yuen Long.
El legislador pro democracia Eddie Chu y Leonard Cheng, presidente de la Universidad Lingnan de Hong Kong, estuvieron entre los participantes.
Alrededor de 288.000 personas participaron en la marcha, según la estimación de Chung.
Pero la marcha pacífica descendió rápidamente en choques cuando la policía comenzó a disparar gases lacrimógenos, balas de goma y granadas de esponja para dispersar a la multitud. Según informes, los manifestantes lanzaban piedras y botellas a la policía.
Los medios de comunicación de Hong Kong informaron que varios periodistas fueron alcanzados por las balas de goma de la policía. Algunos manifestantes finalmente se retiraron a la estación de metro Yuen Long. Luego, alrededor de las 10 p.m. hora local, la violencia aumentó a medida que la policía avanzaba hacia los manifestantes dentro de la estación. Según el medio de Hong Kong, HKFP, la policía usó bastones de control para acorralar a los manifestantes y algunos de ellos cayeron al suelo cuando la gente intentaba huir. Se veían manchas de sangre esparcidas en el suelo.
Alrededor de la 1 de la madrugada del 28 de julio, la Autoridad del Hospital de Hong Kong anunció que 24 personas habían resultado heridas, y 2 estaban en estado grave.
El medio de Hong Kong, The Stand News, informó que 11 hombres de entre 18 y 68 años habían sido arrestados por cargos que incluían asambleas ilegales, asaltos a oficiales de policía y posesión de armas ofensivas.
Desde entonces, el gobierno de Hong Kong ha emitido un comunicado, calificando a la marcha de Yuen Long de «ilegal» y condenando a los «manifestantes radicales» por violar la ley deliberadamente acusando a las líneas de policía y bloqueando las carreteras. También declaró que la policía tomaría medidas de seguimiento serias con los manifestantes arrestados.
La legisladora en favor de la democracia, Claudia Mo, en una conferencia de prensa al mediodía del 28 de julio, condenó a la policía nuevamente por el uso excesivo de la fuerza en los ciudadanos, trabajadores sociales y periodistas. Añadió que la prohibición policial de la marcha, en contradicción con la Ley Básica de Hong Kong que garantiza la libertad de reunión, había creado un «círculo vicioso» que provocaba que más personas salieran y protestaran.
Alrededor de las 3 p.m. hora local, el 28 de julio, el medio hongkonés HK01 informó que la policía había arrestado a Max Chung, acusado de incitar a una reunión ilegal. La policía local ya confirmó el arresto.
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