El gobernador de Texas, Greg Abbott, ordenó el 21 de noviembre a todas las agencias estatales que realicen evaluaciones de riesgo y procedan a desinvertir fondos estatales de China.
«Ordeno a las entidades inversoras de Texas que tengan prohibido realizar nuevas inversiones de fondos estatales en China», escribió Abbott en una carta a las agencias. «En la medida en que tengan inversiones actuales en China, están obligados a desinvertir en la primera oportunidad disponible».
«A medida que la agresión china contra Estados Unidos y sus aliados parece probable que continúe, el riesgo financiero asociado con la tenencia de inversiones en China también aumentará», continuó el gobernador, reiterando una advertencia que emitió en 2023.
El año pasado, el gobernador pidió a las universidades estatales que procedan a desinvertir de China, y él y otros gobernadores pidieron a la empresa de gestión de inversiones Vanguard que invirtiera el dinero estatal en fondos que no invirtieran en China.
Abbott afirmó que el Partido Comunista Chino (PCCh) es un adversario exterior para Estados Unidos y señaló sus «acciones beligerantes» en la región del Indo-Pacífico como un factor desestabilizador que aumenta el riesgo financiero.
La economía china bajo el control del PCCh no es una economía de libre mercado, ya que las industrias operan para cumplir los objetivos del Partido y no la demanda del mercado. También es notoriamente opaca, ya que solo permite a los inversores extranjeros un acceso limitado a los datos.
Los expertos han advertido de que las inversiones chinas son intrínsecamente arriesgadas porque suelen realizarse a través de entidades de interés variable (VIE). Esto significa que los inversionistas no tienen la propiedad legal de los activos en los que han invertido, lo que los hace potencialmente vulnerables a cambios regulatorios o disputas legales en China. En su lugar, los inversionistas tienen un acuerdo con una entidad extraterritorial, que tiene un acuerdo de participación en los beneficios con la empresa en la que los inversores tratan de tener acciones.
Además, el riesgo asociado a las VIE es alto porque son técnicamente ilegales en China. Si Beijing decide tomar medidas enérgicas contra el uso de esta estructura, los inversores occidentales podrían perder inmediatamente billones.
En una audiencia en el Congreso celebrada en septiembre del año pasado, varios expertos compartieron ejemplos de valores cotizados en Estados Unidos a través de VIEs, y cómo han fallado anteriormente a los inversores.
Por ejemplo, aunque Alibaba y Baidu cotizan actualmente en la Bolsa de Nueva York, cuando los inversores compran sus acciones, en realidad están adquiriendo la propiedad de una sociedad instrumental extraterritorial. Esta sociedad instrumental recibe una parte de los beneficios de Alibaba o Baidu, pero los inversionistas no tienen ningún derecho legal sobre los activos reales de ninguna de las dos empresas.
El escándalo de 2021 de Archegos Capital Management implicó el uso de VIEs. El 20 de noviembre, un juez de distrito de Manhattan condenó al fundador del fondo, Sung Kook «Bill» Hwang, a 18 años de prisión por un fraude que costó a los inversores más de 10,000 millones de dólares. Archegos había comprado varios valores chinos que cotizaban en EE. UU., entre ellos GSX Techedu, cuando el régimen chino decidió apuntar al sector de la educación en línea, reduciendo masivamente la empresa.
La directiva de desinversión de Abbott es la última de una serie de órdenes que emitió esta semana para proteger a los tejanos de la influencia del PCCh.
El 20 de noviembre, Abbott emitió una orden ejecutiva en la que ordenaba a todas las agencias y universidades estatales que reforzaran sus sistemas para salvaguardar «las infraestructuras críticas, la propiedad intelectual y la información personal del acceso de naciones extranjeras hostiles que intentan infiltrarse en Texas», destacando la amenaza a la ciberseguridad del PCCh.
El 19 de noviembre, el gobernador firmó una orden ejecutiva para proteger a los tejanos de las operaciones de espionaje del PCCh.
El 18 de noviembre, emitió una orden ejecutiva que permitiría al Departamento de Seguridad de Texas perseguir y detener a personas que trabajen bajo la dirección del PCCh para intentar repatriar por la fuerza a disidentes a China. Según el gobernador, en Texas viven más de 250,000 personas de ascendencia china, y los disidentes son uno de los principales objetivos del PCCh.
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