Análisis
El líder chino Xi Jinping, cuya autoridad se ha visto gravemente afectada debido al mal manejo del brote del virus del PCCh por su régimen, ha instado a los funcionarios del Partido Comunista Chino (PCCh) a permanecer leales a su liderazgo.
Durante un viaje de cuatro días a la provincia de Shaanxi, al noroeste de China, Xi pidió el resurgimiento de la obediencia absoluta al PCCh al estilo maoísta, y advirtió a los funcionarios contra el incumplimiento de las órdenes de Beijing.
El viaje tuvo lugar en medio de una ofensiva continua contra los críticos de Xi y los sospechosos de ser opositores dentro del partido, incluidos altos funcionarios del sistema de seguridad.
El manejo desastroso del brote del virus del PCCh por el régimen ha debilitado la posición de Xi dentro del partido y puede haber alentado a sus potenciales rivales.
‘Seguir al Partido’
El 20 de abril, Xi visitó una reserva nacional en las montañas de Qinling para enfatizar la importancia de la preservación ecológica, pero su verdadera intención fue claramente política.
La zona estaba en el centro de un escándalo de corrupción que rodeó a los líderes de la provincia de Shaanxi en 2018, cuando varios altos funcionarios fueron disciplinados por ignorar repetidamente las directivas de Xi que exigían una investigación completa de cientos de residencias vacacionales construidas ilegalmente en lugares de bellos paisajes.
Shaanxi debe aprender de las lecciones en este caso, dijo Xi el lunes, instando a los funcionarios a «tomar nota de lo que preocupa al liderazgo central del Partido y lo que enfatiza».
Claramente no impresionado con la actual cosecha de burócratas comunistas del PCCh, Xi reservó sus elogios para la generación anterior.
Al visitar el campus de la Universidad Jiaotong de Xi’an (XJTU) el 22 de abril, elogió al personal de la universidad que siguió la orden del Partido en la década de 1950 y se mudó del área metropolitana de Shanghai al remoto noroeste.
La Universidad Jiaotong tenía su sede en Shanghai, pero el régimen de Mao trasladó la mayor parte de su personal y equipamiento a Xi’an para apoyar los proyectos industriales patrocinados por los soviéticos en la región.
La esencia del «espíritu de reubicación hacia el oeste», según Xi, es «escuchar las instrucciones del Partido y seguir al Partido».
Lo que no mencionó fue el hecho de que muchos empleados de la Universidad Jiaotong que se opusieron a la reubicación fueron etiquetados como «derechistas» y como resultado sufrieron más de dos décadas de persecución.
En parte debido a su disposición a escuchar la disidencia sobre la mudanza, el primer presidente de la XJTU, Peng Kang, fue purgado como un «elemento anti-partido» y golpeado hasta la muerte durante la Revolución Cultural.
El virus profundiza la grieta
En un momento en que Xi se encuentra bajo una intensa presión dentro del Partido por su manejo del brote del virus del PCCh, su demanda de lealtad no solo se emite verbalmente, sino que también se impone con mano de hierro.
El magnate de propiedades Ren Zhiqiang, un «principito» del PCCh sin pelos en la lengua, fue puesto bajo investigación el 7 de abril después de criticar a Xi por el mal manejo de la crisis.
El 19 de abril, justo un día antes de que Xi comenzara su gira por Shaanxi, Sun Lijun, viceministro del Ministerio de Seguridad Pública, fue puesto oficialmente bajo investigación. Según el ministerio, el destino de Sun fue un «resultado inevitable» no solo de su desprecio por las reglas del partido, sino también de su «falta de respeto y sobrecogimiento», un eufemismo de deslealtad hacia Xi.
Un día después, se informó que Fu Zhenghua, el ministro de justicia de China, había renunciado como subjefe del partido de su ministerio, una clara indicación de que enfrenta un inminente despido o incluso una investigación.
Tanto Sun como Fu fueron previamente líderes de la «Oficina 610», una agencia al estilo Gestapo creado por el excabecilla del PCCh Jiang Zemin para perseguir al movimiento espiritual Falun Gong.
Los últimos desarrollos, dicen los analistas, pueden indicar otra ronda de purga en el sistema de seguridad del PCCh, que tiene estrechos vínculos con la facción de Jiang, ampliamente conocida como la «pandilla de Shanghai».
Han circulado rumores en Beijing con especulaciones de que Meng Jianzhu, exjefe de seguridad del PCCh y miembro del Politburó que se retiró en 2017, también podría estar implicado. Sun anteriormente se desempeñó como secretario de Meng.
Beijing ha estado afirmando que la pandemia llama a la solidaridad internacional. Pero como sugiere el llamado de lealtad de Xi y su purga de presuntos opositores, la crisis de la COVID-19 podría haber dividido a su partido aún más.
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