Antidepresivos como Prozac y Sarafem pueden afectar el desarrollo cerebral fetal durante el embarazo

Un estudio encontró que una sustancia química utilizada en estos antidepresivos no solo atraviesa la placenta, sino que también pasa a la leche materna.

Por Naveen Athrappully
19 de febrero de 2024 10:53 AM Actualizado: 19 de febrero de 2024 10:53 AM

Según un estudio reciente, el uso de antidepresivos durante el embarazo podría afectar el desarrollo cerebral del feto y potencialmente provocar trastornos de salud mental en etapas posteriores de la vida

El estudio revisado por expertos, publicado en la revista Nature Communications el 16 de febrero, analizó los efectos de la fluoxetina, un antidepresivo, en el feto cuando lo toman mujeres embarazadas. La fluoxetina se usa comúnmente en medicamentos como Sarafem y Prozac para tratar la depresión perinatal, un trastorno del estado de ánimo que ocurre durante el embarazo y después del parto. La fluoxetina aumenta los niveles de serotonina en el cerebro, una sustancia química producida por las células nerviosas, y se considera un estabilizador natural del estado de ánimo.

Los investigadores analizaron cómo afecta la serotonina al desarrollo de la corteza prefrontal en el feto, una región del cerebro que modula los procesos cognitivos de orden superior. Para ello, observaron cómo una deficiencia o un exceso de serotonina afecta el desarrollo del cerebro en ratones.

El estudio descubrió que la serotonina influye en el modo en que las conexiones individuales entre neuronas se adaptan y cambian, desempeñando un efecto en la capacidad del cerebro para aprender y adaptarse.

La serotonina tiene una influencia directa sobre algunas de las conexiones entre el extremo de una neurona y otra célula en la corteza prefrontal. Según el estudio, cuando esta se interrumpe o desregula durante el desarrollo temprano de un feto, puede conducir a diversos trastornos de salud mental, encontró el estudio.

«Si bien se sabe que la serotonina desempeña una función en el desarrollo del cerebro, los mecanismos responsables de esta influencia, específicamente en el córtex prefrontal, no quedaron claros. El córtex prefrontal, es la región cerebral más evolucionada y desempeña una función central en la cognición del orden superior, por lo que centramos nuestro estudio en encontrar la respuesta a partir de esta zona cerebral», dijo el autor principal, Won Chan Oh.

El Sr. Won señaló que eran los primeros en aportar «pruebas experimentales» de que la serotonina tiene un impacto directo en el desarrollo del córtex prefrontal cuando se toma fluoxetina durante el embarazo. «La fluoxetina no solo atraviesa la placenta, sino que también pasa a la leche materna», dijo.

«Comprender esta correlación tiene el potencial de ayudar a una intervención temprana y al desarrollo de nuevas terapias para los trastornos del desarrollo neurológico que implican una desregulación de la serotonina», afirmó.

Los investigadores propusieron que los profesionales de la salud deberían participar en la toma de decisiones cuando se trata de mujeres embarazadas, discutiendo los beneficios y efectos secundarios de los antidepresivos, así como las posibles intervenciones no farmacológicas para tratar la depresión.

La investigación fue financiada por múltiples fuentes, entre ellas la Brain and Behavior Research Foundation, la Brain Research Foundation, el CSU/CU-Pilot Collaboration Award y el Ludeman Family Center Research Award. Los autores declararon no tener intereses contrapuestos en el estudio.

Serotonina y depresión

El uso de serotonina para tratar la depresión está impulsado por la teoría de que el padecimiento es causado por un desequilibrio químico, específicamente por un déficit de serotonina cerebral la cual es responsable de la enfermedad.

Sin embargo, un artículo de julio de 2022 cuestionó esta suposición. En él se revisaron múltiples estudios sobre la serotonina y se concluía que «no existen pruebas convincentes de que la depresión esté asociada o causada por una menor concentración o actividad de la serotonina».

«La mayoría de los estudios no encontraron evidencia de una actividad reducida de serotonina en personas con depresión en comparación con las que no la padecen», dijo.

El artículo señalaba que la teoría del desequilibrio químico de la depresión sigue siendo defendido por los profesionales. En la actualidad, el público «cree ampliamente» que la depresión es el resultado de la serotonina o de otras anomalías químicas.

«Esta creencia moldea la forma en que las personas entienden su estado de ánimo, lo que conduce a una perspectiva pesimista sobre el resultado de la depresión y a expectativas negativas sobre la posibilidad de autorregulación del estado de ánimo», señala el artículo.

«La idea de que la depresión es el resultado de un desequilibrio químico también influye en las decisiones sobre si tomar o continuar con medicamentos antidepresivos y puede disuadir a las personas de suspender el tratamiento, lo que podría conducir a una dependencia de por vida de estos fármacos», advirtió.

En una publicación de agosto de 2022 en el Brownstone Institute, Joanna Moncrieff, autora del artículo, reveló que la investigación había desencadenado diversas contestaciones de expertos en psiquiatría que «trataban desaforadamente de colocar de nuevo al genio en la lámpara».

Algunos expertos afirman que hay muchos ensayos que demuestran que estos antidepresivos funcionan. Sin embargo, la señora Moncrieff señala que tales afirmaciones se basaron en ensayos aleatorios que mostraban que «los antidepresivos son marginalmente mejores que un placebo a la hora de reducir la depresión en un lapso largo de unas semanas».

«La diferencia es tan pequeña que no está claro que sea siquiera perceptible, y hay evidencias de que puede explicarse por el planteamiento de los estudios más que por los resultados de los fármacos», escribió.

Algunos argumentan que el mecanismo de funcionamiento de los antidepresivos es irrelevante. Insisten en que, no se sabe exactamente cómo funciona cada medicamento y el funcionamiento de los antidepresivos tampoco debería ser un problema.

La Sra. Moncrieff dijo que tales argumentos se basan en «una suposición muy arraigada» sobre la depresión y la acción de los antidepresivos.

«Estos psiquiatras asumen que la depresión debe ser el resultado de algunos procesos biológicos específicos que eventualmente seremos capaces de identificar y que los antidepresivos deben funcionar al atacar a éstos», escribió. «Estas suposiciones no se sostienen ni son útiles».

En lugar de recurrir a los antidepresivos químicos, existen soluciones naturales disponibles para la depresión. Por ejemplo, se ha descubierto que una dieta nutritiva, especialmente alimentos integrales, contribuye al buen estado de ánimo. Algunos investigadores también han descubierto que ciertas combinaciones de bacterias en el intestino pueden afectar el estado de ánimo.

Se demostró que pasar algún tiempo bajo el sol y la naturaleza alivia la depresión. Las personas que mantienen relaciones significativas y se dedican a ayudar a los demás también pueden ver cómo disminuye su depresión.


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