Debido a las estrictas leyes de residencia, los trabajadores migrantes de China, que suman cientos de millones de personas, a menudo no tienen otra opción que dejar a sus padres y niños al irse a vivir a las ciudades con escasos salarios.
Mientras los recientes suicidios de cuatro hijos «dejados atrás» en la provincia rural de Guangxi este mes de julio conmocionaron al público chino, la desesperación de las personas de edad que sufren enfermedad, hambre y depresión, no es una tragedia menor.
El demógrafo Liu Yanwu estudia suicidios entre las personas mayores, un fenómeno que dice «llegó a un punto aterrador» en los últimos seis años. El medio estatal China Youth Daily publicó un artículo con sus hallazgos.
Botellas de pesticidas
Antes de ingerir el pesticida de una botella, Lin Muwen, un aldeano de 69 años de edad, quemó el tradicional «dinero de otra vida», temiendo que sus hijos no pudieran hacerlo para él como es costumbre, contaron sus vecinos a la publicación juvenil estatal. «De esta manera se dio un poco de dignidad», dijo uno de los aldeanos.
Muchos aldeanos dijeron al demógrafo Liu que en su comunidad «ningún anciano muere de causas naturales».
Eso fue en 2008, cuando Liu y un equipo de investigación realizaron trabajo de campo en el condado de Jingshan, provincia de Hubei, donde el 30 por ciento de los adultos mayores se suicida, según «estimación conservadora».
Liu Yanwu, profesor del departamento de sociología de la Universidad de Wuhan, investigó más de 40 aldeas en 11 provincias durante un período de 400 días. Los ancianos se suicidaron a un ritmo sostenido de crecimiento desde 1990, le dijo Liu al China Youth Daily.
Liu dijo que el suicidio se convirtió en la forma normal en que los ancianos de las zonas rurales empobrecidas ponen fin a sus vidas, especialmente de aquellos que padecen enfermedades.
Citando un informe de investigación de la Universidad de Hong Kong, el artículo del China Youth Daily menciona que la tasa de suicidios en China se redujo a la mitad desde el inicio de la década. Pero Liu no se muestra optimista al respecto.
«La tasa general de suicidios en China está disminuyendo», dijo Liu a un reportero del China Youth Daily, pero en las zonas rurales el suicidio de personas de edad avanzada todavía está en aumento como «una manera única de lidiar con el dolor del envejecimiento en una sociedad moderna».
Sombría realidad económica
Los hallazgos de Liu contrastan fuertemente con el objetivo del régimen chino para reactivar la enseñanza tradicional de la piedad filial, o respeto a los mayores. En 2013 los legisladores chinos aprobaron una ley de 9 puntos que ordena a los hijos visitar a sus padres ancianos.
Desde la década de 1990 el programa «Los diez hijos e hijas más virtuosos» selecciona a los descendientes más filiales entre las provincias de toda China en un concurso nacional.
Pero no sólo la pérdida de las tradiciones está impulsando a tantos ancianos chinos a una muerte auto-infligida. También muestra el lado oscuro cada vez más importante del rápido desarrollo económico de China, de una sociedad donde cientos de millones de trabajadores migrantes dejan el campo para buscar trabajo en las fábricas de las ciudades chinas en crecimiento.
En muchos casos, estos trabajadores difícilmente consiguen trabajo para alimentarse y vestirse, sin poder mantener a sus familiares jóvenes y mayores que dejaron atrás. Además, una ordenanza residencial draconiana, el infame sistema «hukou», confina a las familias rurales a sus tierras, que son cada vez menos productivas. Los niños rurales llevados a las ciudades tienen prohibido estudiar en escuelas públicas; los padres ancianos de los trabajadores migrantes no pueden acceder a los servicios de salud.
Lui dijo que según los aldeanos, la decisión de quitarse la vida es el resultado de frías consideraciones económicas. Si un anciano afectado por una enfermedad no puede atenderse con sus propios ingresos, lo más probable es que elegirá la prosperidad de su familia sobre su propia vida.
Incluso los médicos de la aldea suelen estar de acuerdo y ven el suicidio como una reacción normal a una enfermedad grave.
Cuándo es tiempo de morir
Quienes hacen este cálculo desesperado normalmente esperan un período de calma en la familia para cometer el acto. No se suicidan después de una discusión y tampoco lo hacen en su casa. Para las parejas que se suicidan al mismo tiempo esto se consideraría inapropiado.
El equipo de investigación entrevistó a una anciana que terminó con su vida tres días después. Los investigadores encontraron que los miembros de su familia reían y bromeaban durante el servicio funerario. Un anciano de apellido Cai alegremente enlista los medios más fiables para matarse: herbicidas, soga y agua.
Al mismo tiempo, realmente son pocos los que quieren acabar con sus vidas.
Según la investigación de Liu, la mayoría de los suicidios de ancianos en zonas rurales son causados por la fatiga de la vida cotidiana o por una enfermedad dolorosa; la crisis emocional es el resultado, no la causa.
En un caso extremo, un trabajador tomó un permiso de siete días para visitar a su padre moribundo. Unos días más tarde, la condición del anciano mejoró. En lugar de celebrarlo, el hijo sin embargo, se preocupó por el tiempo que aún le tomaría el entierro y le preguntó: «¿No te vas a morir? Sólo puedo pasar siete días aquí».
El padre se suicidó a tiempo para que su hijo completara su entierro y pudiese regresar a su trabajo dentro de los días de permiso.
En algunos casos, el acto no es realmente voluntario. En el invierno de 2011, mientras viajaba en el pueblo de Yincheng, provincia de Hubei, Liu Yanwu se encontró con un anciano paralítico. Los hijos del anciano, discutían cuándo dejar de servirle comida y agua a su padre, con la esperanza de que moriría mucho antes del Año Nuevo chino, con el fin de no dejar un mal olor en el hogar durante el período de vacaciones.
Al oír la conversación, el anciano obstinadamente «luchó por su vida». Lo hizo a través de incesantes maldiciones y quejas, hasta su último aliento en el nuevo año lunar.
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