Apple se encontró en una situación extraña cuando, ante un requerimiento del FBI, se rehusó a desbloquear el iPhone de uno de los tiradores de San Bernardino. Al tiempo ha estado montando un espectáculo en Estados Unidos sobre el respeto de la privacidad de los usuarios, dicha empresa cooperó de cerca con las autoridades chinas en asuntos similares y se estima que la negativa a cooperar con el FBI puede inclusive estar relacionada con tener un ojo puesto en el mercado chino.
El 29 de febrero, un juez de Nueva York dictaminó en favor de Apple que no es obligatorio para la compañía ayudar a los investigadores por medio del desbloqueo del iPhone 5S del tirador de San Bernardino, Syed Rizwan Farrok quien, junto con su esposa, asesinó 14 personas el 2 de diciembre de 2015 en un ataque terrorista.
Sin embargo, el debate no termina allí puesto que Apple continúa su lucha contra una orden de un juez de California, la cual manda a crear un software especializado que ayude al FBI a romper el cifrado del teléfono.
Puede que el caso no sea tan simple como parece en la superficie. Sin importar cómo se ha conducido Apple en China, en Estados Unidos puede ser obligado a crear un sistema que socave aún más la privacidad de los usuarios en otros lugares.
Steven Mosher, presidente del Instituto de Investigaciones Demográficas y duro detractor de los abusos del régimen chino a los derechos humanos, dijo en una entrevista telefónica que está del lado de Apple en este asunto.
Lo que más inquieta a Mosher no es la controversia misma, sino más bien las implicaciones que traería a los consumidores la creación por parte de Apple de un software para romper su propio cifrado.
Si Apple produjera tal tecnología, dijo, “dos minutos luego de ser producida sería robada por China y ningún iPhone sería seguro luego de eso”.
No es tan simple como que Apple cree una puerta trasera para sus teléfonos y que la tecnología sea utilizada sólo una vez, dijo y se preguntó “¿Qué pasa cuando el analista que creó la puerta trasera sea reclutado por China por un millón de dólares al año?”.
Privacidad de los usuarios
Según el sitio web de Apple, la empresa recibió entre 750 y 999 requerimientos relacionados con seguridad nacional en los primeros seis meses de 2015. Observó que “menos de 0.00673% de los clientes han sido afectados por requerimientos de información realizados por el gobierno”.
Sin embargo, su política de privacidad cambia cuando se trata de los dispositivos con iOS 8 o versiones posteriores. De acuerdo con Apple, esto tiene que ver con el diseño del software mismo.
“En dispositivos con iOS 8 y versiones posteriores tu información personal es puesta bajo la protección de tu código de acceso”, manifiesta, haciendo notar que en dispositivos con iOS 8 y posteriores “Apple no realizará extracciones de datos en respuesta a órdenes de cateo del gobierno”.
La razón que manifiesta es que en estos dispositivos, los archivos son protegidos por una clave de cifrado que está vinculada a la clave de acceso del usuario, “que Apple no posee”.
El teléfono del tirador de San Bernardino tiene iOS 9, según lo indican documentos de la corte. Sin embargo, el documento de 16 de febrero manifiesta que, “Apple aún retiene la capacidad de proveer la asistencia necesaria para habilitar al gobierno a acceder al dispositivo en cuestión, de conformidad con la orden de cateo”. Algunos expertos han especulado que los verdaderos intereses de Apple no residen en los derechos de los usuarios, sino en los negocios –y todas las señales apuntan a China.
“Lo que motiva ésto es el deseo de Apple de persuadir al mercado global, y en particular al mercado chino, de que el FBI no puede aparecer y pedir información”, dijo James Lewis, investigador principal del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington, a Los Angeles Times.
Lewis agregó que si las cosas fueran al revés, aún así, “No creo que los chinos toleren el cifrado íntegro o una negativa a cooperar con la policía, particularmente cuando se trate de casos de terrorismo”.
Apple en China
Como la mayoría de las otras empresas de tecnología, Apple fue duramente criticada en China y en el extranjero a fines de 2013, luego de que el ex consultor de la NSA, Edward Snowden, revelara información sobre los programas espías estadounidenses.
El régimen chino utilizó la controversia desatada por Snowden para ajustar las tiendas de las empresas de tecnología estadounidenses y para empujar políticas propias más profundas que sirvan al espionaje de la información de los usuarios. Apple ha estado entre las compañías más dispuestas a cooperar con las autoridades chinas.
Poco después, en agosto de 2014, Apple comenzó a almacenar información de sus usuarios chinos en centros de información de China Telecom, empresa manejada por el Estado, la cual se convirtió en el único proveedor de servicios de computación en nube de China.
Apple afirmó que la información de los usuarios aún estaría encriptada, pero expertos señalaron en ese momento que China Telecom aún tendría acceso a toda la información que pasara por los servidores y que podía trabajar para decodificar la información por sí sola.
Medidas aparentemente benignas como ésta no son poco comunes cuando se trata de países extranjeros demandando acceso a información encriptada.
Research In Motion (RIM), el elaborador de teléfonos BlackBerry, afrontó similares controversias entre 2008 y 2012, cuando varios países extranjeros se disgustaron al no ser capaces de romper con su cifrado de correos electrónicos.
RIM finalmente se rindió en febrero de 2012 e instaló un servidor de BlackBerry en Mumbai. En ese tiempo, el sitio web CrackBerry reportó que “Abrir estos servidores permite a los funcionarios indios interceptar legalmente sus servicios de mensajería”.
Un mes después de que en 2014 Apple trasladara la información de los usuarios en China a servidores controlados por China Telecom, ésta llevó medidas similares a RIM. Reuters reportó el 18 de septiembre de 2014 que Apple publicó una oferta de trabajo de “jefe de aplicación de la ley en Beijing para tratar con los requerimientos del gobierno chino de información de los usuarios.
La cooperación de Apple con las autoridades chinas tampoco terminó allí. En enero de 2015, El jefe ejecutivo de Apple, Tim Cook, se reunió con Lu Wei, director de la Oficina de Información del Internet –la que se encarga de censurar el internet chino.
Cook supuestamente había dicho a Wu que Apple nunca proveería de puertas traseras a terceros o de acceso a información.
Wu respondió, manifestando: “Lo que dijiste no cuenta. Tus nuevos productos deben pasar por nuestras inspecciones de seguridad. Debemos extraer nuestras propias conclusiones, de manera que los usuarios se puedan sentir seguros utilizando estos productos”.
No está claro qué fue lo que pasó desde entonces, pero como reportó The Times, en enero de 2015 las autoridades chinas dijeron que Apple se convirtió en la primera empresa extranjera en aceptar las reglas de la Administración del Ciberespacio de China. También entregaron a Apple el sello de aprobación del régimen por su iPhone 6, por ajustarse a los estándares de seguridad nacional de China.
A Apple le dieron otra vez el mismo sello de aprobación recientemente, el 22 de febrero, según reportó LA Times.
Correción: Una anterior versión de este artículo establecía que el teléfono del tirador de San Bernardino tenía iOS 7. Los documentos de la Corte establecen que tenía iOS 9.
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