Una joven hispana residente del norte de Texas fue arrestada este martes, acusada de amenazar con propagar «deliberadamente» a otras personas el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), comúnmente conocido como nuevo coronavirus, que supuestamente ella padece.
Lorraine Maradiaga, de 18 años, fue arrestada la madrugada del martes después que el Departamento de Policía de Carrollton, norte de Texas, hubiera lanzado un llamado al público para dar con su paradero.
Los problemas de Maradiaga comenzaron el domingo pasado cuando colocó en su cuenta de Snapchat un vídeo en que aseguraba que había dado positivo alCOVID-19 y que iría a un Walmart a esparcir la enfermedad.
En un mensaje en Twitter y Facebook la policía informó que se dio a la búsqueda de la joven, que se ve en el vídeo manejando y con unas gafas oscuras.
Maradiaga, que luego de saber que estaba siendo buscada arregló su entrega, fue acusada de un delito grave por amenaza terrorista.
En un comunicado, la policía de Carrollton dijo que Maradiaga hizo una serie de vídeos en los que dijo que pretendía propagar intencionalmente el coronavirus.
Tras su arresto, la joven dijo ser negativa por COVID-19, asegura el comunicado.
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La policía aún no ha podido comprobar si la joven se hizo la prueba, y si así fue cuál fue el resultado.
Una corte fijó a la latina una fianza de 20.000 dólares para salir en libertad condicional. Maradiaga recibió la orden de ponerse en cuarentena durante 21 días después de su liberación, una vez que cubra la fianza.
En marzo pasado, al menos dos hombres habían sido acusados de «amenaza terrorista» en Estados Unidos, en incidentes separados, por toser a propósito sobre otras personas diciéndoles después que estaban infectados con el virus que causa el COVID-19.
En Carlisle, Pensilvania, Daniel Tabussi, de 57 años, deliberadamente hizo ruidos como si estuviera tosiendo cerca del un hombre que se recuperaba de una pulmonía y que llevaba guantes y tenía cubiertas su boca y nariz, mientras hacía compras en una tienda de alimentos.
El sospechoso se burló del paciente porque tenía una mascarilla y le dijo que él estaba infectado con el virus del PCCh.
Días después, George Falcone, de 59 años, tosió sobre una empleada del supermercado Wegmans en Manalapan, Nueva Jersey, y le dijo que tenía el COVID -19.
Ambos sospechosos encaran cargos de amenaza terrorista. De ser encontrados culpables enfrentarían una sentencia de 3 a 5 años de prisión.
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