China es conocida por producir atletas en masa para las Olimpíadas y otros eventos deportivos internacionales, como por ejemplo el medallista de oro en vallas Liu Xiang, la gimnasta tricampeona y medallista de oro Cheng Fei, el medallista de oro en badminton Lin Dan, y muchos, muchos otros.
Otros países pueden tener envidia de los atletas chinos, pero probablemente, la cantidad de sacrificios que tienen que hacer para ganar las medallas de oro no vale la pena por esos singulares momentos de gloria.
El Partido Comunista Chino (PCCh) estableció un exigente sistema de entrenamiento deportivo que incluye numerosas escuelas de atletismo en todo el país. En estas escuelas se hace una cuidadosa selección y se reclutan a los niños con cualidades aptas para el entrenamiento deportivo.
Estos niños –algunos de tan solo 4 años de edad– son entrenados durante muchas horas por día en sus respectivos deportes, y generalmente no viven con sus familias.
Los niños que muestran un talento excepcional son seleccionados para el equipo provincial, y los mejores entre ellos avanzan hacia el equipo nacional, con el que participan en campeonatos mundiales y luego en las Olimpiadas, donde se espera que lleven medallas de oro a casa.
Sin embargo, la victoria no es tan celebrada como parece.
Privación
Impulsados a enfocarse únicamente en el deporte, muchos atletas chinos son privados, desde una corta edad, de su niñez, educación y vida familiar. De acuerdo con un artículo de la revista Time en 2008, cuando a la corredora de 15 años de edad Wang Ting se le preguntó qué hacía en su tiempo libre, respondió, “Corro y duermo… ese es mi día”.
Time también contó una entrevista con la atleta de 15 años Chen Yun, que entrena en levantamiento de pesas en la Escuela Deportiva de la ciudad de Weifang, provincia de Shandong.
Cuando le preguntaron a Chen sobre su deporte favorito y sus hobbies, respondió: “Levantamiento de pesas”. Cuando le preguntaron qué le gustaba además de levantamiento de pesas, nuevamente respondió: “Levantamiento de pesas”, y miró nerviosamente a dos hombres que escuchaban de cerca, de acuerdo con el artículo de Time.
“Una vez me gustó correr por los campos cerca de mi pueblo”, comenzó a contar en voz baja, pero luego un funcionario de propaganda interrumpió. “Pero ahora, prefiere levantar pesas”, dijo, terminando la oración por ella. “Su objetivo es convertirse en una atleta estelar y ser el orgullo de China”.
Visiblemente nerviosa, ella dijo, “Ahora prefiero levantar pesas. Quiero ser una estrella estelar y ser el orgullo de China”.
Wu Minxia, ganadora de cuatro medallas de oro en clavados de 3 metros, se enteró hace poco que su madre lucha contra el cáncer de mama hace ocho años y que sus abuelos murieron hace más de un año. Sus padres le ocultaron las noticias hasta después de su participación en las Olimpiadas de Londres para que pudiera concentrarse en su entrenamiento.
Yahoo Deportes citó al padre de Wu diciendo que el éxito de su hija le costó su vida familiar. “Hace ya largo tiempo que aceptamos que ella no es completamente nuestra”, dijo. “No me atrevo a pensar en cosas como disfrutar de una familia feliz”.
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Desechados
Sin educación ni experiencia laboral, a muchos atletas retirados se les hace casi imposible ganarse la vida después del deporte. La revista Time citó a Xinhua, portavoz oficial del régimen chino, y a la publicación China Sports Daily, diciendo que casi la mitad de los 6.000 atletas que se retiran cada año quedan desempleados. Casi el 80% de los 300.000 atletas retirados en China está sin trabajo, en la pobreza, lesionados e incluso lisiados por el exceso de ejercicio.
Incluso para los campeones mundiales y los ganadores de medallas de oro, la vida después del deporte es una lucha por sobrevivir. Ai Dongmei, campeona en 1999 de la Maratón Internacional de Beijing, tuvo que vender sus medallas para poder alimentar a su familia. Cai Li, campeón en levantamiento de pesas, no pudo costear su tratamiento médico y murió de neumonía a los 33 años de edad, informó Time.
La ex campeona nacional de levantamiento de pesas Zou Chunlan tuvo que hacer trabajos mal pagos durante varios años y luego trabajó en un sauna como masajista.
Zhang Shangwu, gimnasta ganador de la medalla de oro en los Juegos Universitarios Mundiales 2001 en Beijing, también quedó en la miseria después de que su carrera atlética terminara abruptamente. Luego de una lesión en el talón de Aquiles en 2002, se retiró del deporte en 2005 con una pensión que apenas le alcanzaba para vivir.
Zhang también tuvo que vender dos de sus medallas de oro por la módica suma de menos de 20 dólares, informóABC News en 2011. En 2007, Zhang fue sentenciado a cuatro años de prisión por robar computadoras portátiles y teléfonos celulares de una escuela deportiva de Beijing. Después de su liberación en 2011, Zhang tuvo que mendigar y hacer trucos en la calle para conseguir dinero para cuidar a su abuelo enfermo.
El trágico destino del jugador de básquet retirado Huang Chengyi también captó la atención internacional. Huang, que mide 2,15 metros y en su momento compitió con el ex centro de los Houston Rockets Yao Ming en el campo de entrenamiento de China, actualmente está paralítico. Vive en una choza abandonada en un sitio en construcción y depende completamente de su madre, que se dedica a recolectar basura, de acuerdo con el blog Asia Health Care.
Los intereses del Partido
El régimen chino ha recibido duras críticas por su sistema deportivo de adoctrinar atletas con el único objetivo de conseguir medallas doradas en los Juegos Olímpicos, al tiempo que priva a los atletas de su vida personal y educación y no les facilita una forma para ganarse la vida después de que se retiran de los deportes.
Huang Jiangxiang, uno de los comentaristas deportivos más conocidos en China, contó a NTD Televisión: “Me opongo a esta retorcida cadena de producción de medallas de oro, este sistema que priva a la gente de sus derechos básicos. Solo los medallistas de oro se benefician; todos los demás son carne de cañón para el sistema, peor que los cientos de millones de personas que son privados de sus derechos deportivos”.
De acuerdo con el comentarista de La Gran Época, Xia Xiaoqiang, los atletas existen para el sistema.
“En este tipo de sistema cruel, estos atletas talentosos prácticamente son esclavos de la organización estatal”, escribió Xia. “Tienen que agradecer al Partido y al país”.
Chen Kai, ex jugador del equipo nacional de básquet de China, contó a la Radio Sonido de Esperanza, “En China, los deportes se usan para satisfacer las necesidades del poder. Es una herramienta para glorificar al PCCh. No es la verdadera elección de un atleta individual. Por lo tanto, el deporte en China está distorsionado”.
Mientras, los internautas del microblog chino Sina Weibo han comenzado un movimiento llamado “Si no ganas la medalla de oro, aun eres un héroe”, que apunta a que todos los atletas reciban el mismo trato y que se deje de presionarlos para ganar medallas doradas.
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