Una de las principales promesas de campaña del presidente Donald Trump fue deportar a los inmigrantes indocumentados con antecedentes criminales.
Al parecer, no solo está cumpliendo con lo prometido sino que está ejecutando medidas de seguridad fronteras afuera y adentro de los EE.UU.
Según datos de la Patrulla Fronteriza, inmigrantes previamente deportados con antecedentes criminales continúan intentando cruzar por la frontera de Arizona.
La Patrulla Fronteriza afirma que tiene enfocada su labor arrestando a personas que considera peligrosas y cruzan la frontera después de haber sido deportados por la Oficina de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), de acuerdo a Univisión.
Algunos de los arrestados han sido acusados de crímenes sexuales, violencia con armas y homicidios, entre otros delitos.
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Cifras de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) a nivel nacional, señalan que entre el 1 de octubre de 2016 y el 31 de enero de 2017, la Patrulla Fronteriza arrestó a 3.552 inmigrantes con antecedentes criminales en la frontera, mientras los oficiales en los puertos de entrada detuvieron a 3.742 inmigrantes, principalmente de origen mexicano.
Por su parte, el fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions dijo este lunes en una conferencia de prensa de la Casa Blanca, que aquellas ciudades y jurisdicciones que se resistan a cumplir con lo que estipula la ley (ciudades santuario) en cuanto a la protección de inmigrantes indocumentados que han cometido crímenes, podrían ver afectado su acceso y elegibilidad para fondos federales del departamento de Justicia.
“No deportar a los extranjeros que han sido condenados por delitos pone a las comunidades enteras en peligro, especialmente a las comunidades de inmigrantes en las mismas jurisdicciones que tratan de proteger a los perpetradores” subrayó Sessions.
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