Un gigantesco terremoto podría devastar California, colapsando hasta 900 edificios, provocando incendios que podrían quemar cientos de cuadras de la ciudad, cortando el suministro eléctrico por días y destruyendo las principales arterias de transporte, dicen los científicos.
Varios temblores sacudieron a México la semana pasada, durante el terremoto más poderoso que el país había visto en un siglo. California es similar a México en términos de actividad sísmica, por lo que el terremoto de México es un alarmante recordatorio de que pueden ocurrir temblores más grandes, informó Los Angeles Times .
El terremoto de la semana pasada en México, fue valorado como un sismo de magnitud 8,1 por el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). Eso es cuatro veces la energía de un terremoto de 1906 en San Francisco, que mató a 3.000 personas y provocó un incendio que dejó la ciudad calcinada.
Un terremoto en la escala de lo que México experimentó la semana pasada podría causar enormes estragos en el estado de California. La magnitud de la destrucción sería peor de lo que se vivió en México, dicen los científicos, desde el sismo de la semana pasada ocurrido lejos de las zonas pobladas; ya que un terremoto en el sur de California correría a lo largo de la línea de una falla geológica ubicada directamente debajo de barrios residenciales como Palm Springs, San Bernardino Valley, y Montañas de San Gabriel al norte de los Ángeles.
El sismo que mató al menos a 90 personas en México la semana pasada se produjo en el océano a más de 700 kilómetros de la Ciudad de México y a casi 70 kilómetros bajo la superficie. Un temblor de la misma magnitud en el sur de California sería menos profundo y mucho más cercano a las zonas residenciales, un doble golpe sísmico que podría significar la destrucción masiva.
La mayor parte de la población de México estaba “de alguna forma bastante lejos del terremoto”, dijo la sismóloga Lucy Jones a Los Angeles Times. Mientras que en California, “tendríamos un montón de gente justo encima de él. Sería superficial y se extendería atravesando nuestro patio trasero», añadió Jones.
Como resultado, un sismo de magnitud 8.2 a lo largo de la falla de San Andrés dañaría todas las ciudades al sur de California, según Jones.
Tal terremoto podría ser extremadamente mortal, matando a unas 1.800 personas, similar al número de personas que murieron como resultado del huracán Katrina, según un informe del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés).
Bajo el título “ShakeOut” (sacudida), el informe ofrece estimaciones de mortalidad y destrucción de un temblor de magnitud 7,8, que puede ser utilizado para pronosticar el daño de un mega-terremoto de 8,2 grados.
Los incendios podrían cobrar más de 900 vidas, según el informe. Por su parte más de 400 personas podrían morir al colapsar los edificios con estructuras de acero vulnerables. Se estima que 250 podrían morir a causa de otros daños de construcción y otras 150 podrían perecer por accidentes de transporte.
Las autopistas principales serían destruidas por el temblor, algunas de ellas serían separadas por la mitad, y las partes resultantes se moverían hasta 5 metros de distancia, una de otra.
“Esas autopistas cruzan la falla, y cuando la falla se mueva, serán destruidas, punto”, dijo Jones. “De ocurrir ese terremoto, tiene que mover esa falla, y tiene que romper esas carreteras.”
De manera similar, los acueductos que llevan la mayor parte del agua potable a Los Ángeles serían destruidos también.
En total, hasta un millón de personas serían desplazadas de sus hogares.
Sacudida extrema
No hay palabras bonitas para nombrar la sacudida que la gente siente cuando se produce un terremoto, los sismólogos llaman simplemente así: agitación; y se mide en una escala de 1 a 10.
El temblor 8,2 en México produjo nivel 9 de agitación en zonas aisladas. Un sismo de la misma magnitud en el sur de California produciría una agitación de nivel 10, lo que la gente percibe como “extrema”.
Nadie que viva en la costa occidental actualmente ha experimentado alguna vez el nivel 10 de agitación. Esta sacudida extrema afectaría a grandes sectores del estado de California, a diferencia de las regiones aisladas afectadas en México la semana pasada.
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