Durante 11 años, Chang Xiaobing lideró dos empresas estatales de telecomunicaciones que generaban enormes ganancias. Pero después de apenas cuatro meses como presidente de China Telecom, la agencia de disciplina del Partido Comunista Chino comenzó a investigarlo formalmente.
El 27 de diciembre, el Comité Central de Inspección de Disciplina (CCID) anunció que Chang, de 58 años, estaba siendo investigado por graves violaciones a la disciplina del Partido. Dicha acusación generalmente implica grandes sobornos y actividades ilícitas, y pareciera que desde que el cabecilla del Partido, Xi Jinping, dio inicio a la campaña anticorrupción a comienzos de 2013, ha sido utilizada casi todos los días.
Chang Xiaobing es el último ejecutivo, y el de más alto rango, en ser investigado en el sector de las telecomunicaciones estatales. Los analistas dicen que la investigación del sector, que comenzó en diciembre del año pasado, apunta en definitiva al hijo del ex cabecilla del Partido y líder de una de sus facciones, Jiang Zemin.
Los funcionarios anticorrupción habrían arrestado a Chang el 26 de diciembre. Ese día, Chang no respondió varias llamadas de un periodista de Caixin, y un empleado de mediano rango en China Telecom le contó a la revista económica que se había cancelado una importante reunión anual a la que Chang iba a asistir el 28 de diciembre.
Chang Xiaobing dirigió China Unicom desde 2004 hasta el pasado agosto. China Telecom y China Unicom son la segunda y tercera empresa estatal de telecomunicaciones del país, respectivamente, según Forbes. Antes de ingresar al lucrativo sector estatal de las telecomunicaciones, Chang tuvo varios cargos en el Ministerio de la Industria de la Información del régimen chino, llegando a convertirse en su director.
La caza en el sector de las telecomunicaciones
Las investigaciones oficiales sobre los gigantes de la telecomunicación de China comenzaron hace un año con la anterior empresa de Chang Xiaobing, China Unicom. Dos gerentes generales de China Unicom, Zong Xinhua y Zhang Zhijiang, fueron removidos. Chang vendió todas sus acciones en la empresa, y se les confiscaron los pasaportes a altos funcionarios en la compañía.
Miembros de la junta directiva tuvieron que reconocer sus errores y repetir la panacea anticorrupción, y los investigadores organizaron una sesión de “comentarios” en un auditorio, en la cual los empleados expusieron lo que se hizo mal en la empresa. Algunas de estas quejas sobre la cultura de corrupción en la compañía luego se difundieron en la prensa y en Internet.
En febrero, la agencia anticorrupción del Partido ya había recogido suficiente evidencia de las actividades ilícitas en China Unicom como para presentar un informe incriminatorio a Chang Xiaobing: altos ejecutivos eran culpables de aceptar sobornos y favores sexuales, practicar el nepotismo y demás comportamientos corruptos.
El siguiente en la lista fue China Mobile, la mayor operadora telefónica por suscripción, y China Telecom.
En abril, el ex vice gerente general de China Telecom, Leng Rongquan, se convirtió en uno de los primeros ejecutivos de alto rango del sector telecomunicaciones en ser removido de su cargo. A mediados de junio, Dong Hong, director del 12° equipo de inspección de la CCID, acusó a la cúpula de China Mobile y de China Telecom de haber “formado una familia parasitaria que cazaba y se hacía festines con los bienes del Estado”. Poco después de la denuncia contra Dong, el jefe anticorrupción Wang Qishan abrió formalmente la investigación sobre 26 empresas estatales, incluyendo China Mobile y China Telecom.
En agosto ya había signos de que Chang Xiaobing iba a ser el próximo en caer: a pesar de haber estado más de una década en China Unicom, de repente tuvo que intercambiar de empresa con el director de China Telecom, Wang Xiaochu. Poco más de cuatro meses después, Chang está siendo formalmente investigado.
Rodeando al ‘Rey de las Telecomunicaciones’
La purga de Chang Xiaobing, al tope de la jerarquía de las telecomunicaciones, probablemente no sea el objetivo final de la investigación de la industria. Los analistas dicen que esta purga es un paso clave para luego investigar a la figura que domina el sector desde las sombras desde hace mucho tiempo.
Periódicos chinos en el extranjero se han referido a Jiang Mianheng como el “Rey de las Telecomunicaciones” de China porque desde mediados de los ’90 adquirió una gran tajada de la industria mediante una empresa de inversiones que presuntamente pertenecía a la ciudad de Shanghai. Se cree que Jiang consiguió su posición en el sector por presentarse como el hijo de Jiang Zemin, que durante más de una década fue cabecilla del Partido Comunista y el hombre más poderoso de China.
Un buen ejemplo de la enorme influencia que tenía Jiang Mianheng a pesar de no tener un cargo formal fue la venta de China Netcom por parte de Changhai Alliance Investment Ltd.; China Netcom era una empresa en problemas cuyas acciones de repente se elevaron en 2002 luego de que el régimen chino le entregara la mitad de la infraestructura de China Telecom. Edward Tian, en ese entonces presidente China Netcom, deslizó que Jiang era “el verdadero jefe de la empresa”, según el investigador Bo Zhiyue.
Estar o haber estado asociado a Jiang Zemin se ha convertido en algo riesgoso desde que Xi Jinping comenzara su campaña anticorrupción en 2013. En los últimos dos años, los principales asociados a Jiang –el ex jefe de Chongqing Bo Xilai, el ex zar de la seguridad Zhou Yongkang, y el magnate de la industria petrolera Jiang Jiemin (que no es familiar de Jiang Zemin)– han sido acusados de corrupción, expulsados del Partido, y actualmente están cumpliendo largas sentencias en prisión.
El ex jefe de China Telecom, Chang Xiaobing, es conocido por sus lazos con los colaboradores de Jiang: Wang Xudong, ex ministro de la industria de la información y persona de confianza de Jiang, y Lu Yimin, actual presidente de China Unicom y ex secretario de Zeng Qinghong, poderoso auxiliar político de Jiang.
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