Capitalismo con características chinas: abandonó el marxismo en la práctica pero no en la teoría

17 de agosto de 2016 10:14 PM Actualizado: 17 de agosto de 2016 10:14 PM

Desde que Marx creó su teoría comunista, China se convirtió en el primer sistema económico capitalista bajo el gobierno del partido comunista. El Partido Comunista Chino (PCCh) comenzó su reinado al eliminar el capitalismo, transformando la propiedad privada en propiedad estatal, pero no fue capaz de crear un exitoso sistema económico socialista. Finalmente tuvo que volver al sistema capitalista para extender su dominio.

Durante la reforma a la propiedad privada, funcionarios del PCCh a todos los niveles, y sus familias, se convirtieron en empresarios, dueños de grandes propiedades, y dueños de enormes activos financieros. Su proceso para acumular riqueza ha sido uno de oscuridad y delincuencia. Ellos por lo tanto necesitan el régimen rojo para proteger sus propiedades y sus vidas, y también han necesitado monopolios gubernamentales para seguir acumulando más riqueza. Por lo tanto, estas personas son los grandes defensores del sistema actual chino, en lugar de ser los facilitadores para la democratización.

Apropiación ilegal e indebida

¿Cómo la élite roja del PCCh pasó de no tener nada a convertirse en súper ricos en un corto período de 20 a 30 años? Este es el secreto de los comunistas-capitalistas y la guía para la comprensión del sistema capitalista comunista y la futura dirección política de los grupos de interés del PCCh. Básicamente, lo lograron a través de la apropiación indebida e ilegal de bienes públicos, manteniendo monopolios de industrias importantes, y mediante la manipulación de políticas para obtener beneficios y mantener su régimen autoritario.

Cheng Xiaonong. (NTD)
Cheng Xiaonong. (NTD)

La apropiación indebida e ilegal de bienes públicos se refiere a la élite del PCCh directamente tomando el control sobre las empresas estatales (SOE) pequeñas y medianas y obteniendo acciones gratuitas en grandes empresas estatales durante el proceso de privatización.

Mantener el monopolio en las industrias se refiere a las grandes empresas estatales en los sectores financieros, de energía, electricidad, transporte, telecomunicaciones y otras industrias en las que la élite roja o su progenie de segunda generación ocupan posiciones claves. Algunas de estas empresas se encuentran entre las 500 empresas más grandes del mundo. Ellas proporcionan grandes cantidades de ingresos tributarios que apoyan al régimen y permiten a la élite roja, enriquecerse rápidamente a través de adquirir acciones, sobornos, pagos y bonificaciones.

Al influir y manipular la formulación de políticas, la élite roja y sus familiares fueron los primeros en involucrarse en muchas industrias y proyectos y a partir de allí, fácilmente ganaron enormes beneficios.

Mantener el régimen autoritario se refiere a la hostilidad extrema de la élite roja a la democratización y la esperanza de mantener eternamente al régimen rojo en el poder, a fin de que el régimen del PCCh proteja permanentemente sus privilegios y sus enormes cantidades de riqueza ilícita.

Capitalistas rojos

Cuando un gran número de empresas chinas y riqueza yace en las manos de los capitalistas rojos, el único sistema fiable de protección para ellos no es ni la economía de mercado ni el estado de derecho, sino «la dictadura de la clase proletaria», lo que significa su permanente dictadura sobre todos los otros miembros de la sociedad.

Ellos saben claramente que el sistema económico socialista tradicional no es viable; tienen acceso a la riqueza que está más fácilmente disponible que la riqueza ganada por los empresarios en los países democráticos; también tienen una excelente posición política sin competencia, y son capaces de prevenir la democratización política que podría conducir a la liquidación política y económica. Esta es la esencia del «modelo chino».

Un granjero chino se encuentra fuera de su casa. Al fondo una nueva urbanización en Hebei el 21 de noviembre de 2014. (Kevin Frayer / Getty Images)
Un granjero chino se encuentra fuera de su casa. Al fondo una nueva urbanización en Hebei el 21 de noviembre de 2014. (Kevin Frayer / Getty Images)

Obviamente, bajo el régimen del PCCh, este capitalismo rojo no se transformara de manera espontánea en un sistema democrático capitalista. Durante mucho tiempo, los estudiosos occidentales han sostenido la creencia de que después de la liberalización económica, la élite roja abrazará naturalmente la democracia y la libertad. La transformación de China ha demostrado que esta idea no sólo es ingenua, sino también equivocada.

Sin embargo, la élite roja también está muy al tanto sobre el hecho de que el modelo chino enfrenta amenazas constantes que se encuentran en la parte baja de su sociedad. Por lo tanto, han estado transfiriendo los activos personales a países occidentales mientras que organizan a sus familiares para que emigren a países occidentales en caso de necesidad. Esto indica que el futuro del «modelo chino» es en realidad muy frágil.

Revisando el marxismo

A principios de 1989, la Fundación Friedrich Ebert, una ONG alemana, dispuso para varios académicos invitados visitar la casa de Karl Marx en Trier. Alguien escribió en chino: «señor Marx, usted realmente nos hizo daño».

Ahora parece que esta declaración fue correcta solo la mitad, ya que al marxismo también se le hizo daño con el modelo chino. Si Marx pudiera hacer observaciones sobre el capitalismo comunista de hoy, podría estar irritado y satisfecho al mismo tiempo. Irritado, porque los comunistas se han casado con su enemigo para poder sobrevivir; y satisfecho de que algunos comunistas todavía estén, no importa qué tipo de teorías antimarxistas ellos emplearon. Así que Marx podría sentirse que no se ha vuelto totalmente irrelevante.

Pero Marx todavía estaría desconcertado por una enorme contradicción. De acuerdo con su marco teórico «la base económica determina la superestructura» y «las fuerzas productivas avanzadas cambian inevitablemente una superestructura retrasada». Sin embargo, el modelo de China obligaría a Marx a tumbar por completo sus conceptos básicos y por lo tanto toda la ideología marxista, porque bajo el sistema capitalista comunista actual, la superestructura de la «dictadura del proletariado» se basa de hecho, sobre la base económica del capitalismo.

Un escritorio en malas condiciones se ve en la parte superior de una cinta transportadora en una fábrica química abandonada en las afueras de Beijing el 4 de abril de 2016. (Greg Baker / AFP / Getty Images)
Un escritorio en malas condiciones se ve en la parte superior de una cinta transportadora en una fábrica química abandonada en las afueras de Beijing el 4 de abril de 2016. (Greg Baker / AFP / Getty Images)

Por lo tanto, la gran pregunta sigue siendo sobre cuál será el destino de esta superestructura residual de la antigua base económica socialista. ¿Es para ser totalmente eliminada como un montón de basura en la historia, o en verdad contiene un carácter «avanzado» que inevitablemente engendre, una nueva revolución comunista para erradicar el capitalismo comunista?

Por otra parte, con el fin de aprender del modelo de China, Marx posiblemente tenga que actualizar su teoría de «la base económica determina la superestructura» a «la superestructura determina la base económica». Esto no sólo sería una lección difícil que Marx enfrentaría, sino que también plantea una inevitable crisis ideológica para el PCCh.

Marx sigue siendo venerado por el PCCh porque proporciona legitimidad ideológica a la privilegiada burguesía roja, así como a la continuación del modelo de «dictadura del proletariado». La paradoja es que el propio modelo de China es antimarxista.

El truco para la supervivencia del PCCh es mantener la bandera del marxismo mientras construye y consolida un sistema económico capitalista que es lo contrario del marxismo. El modelo de China por lo tanto se opone al marxismo y a la democracia.

El Dr. Cheng Xiaonong es un estudioso de la política y la economía china radicado en Nueva Jersey. Es graduado de la Universidad Renmin, donde obtuvo su maestría en economía, y en la Universidad de Princeton, donde obtuvo su doctorado en sociología. En China, Cheng fue investigador de política y asesor del ex líder del Partido Zhao Ziyang, cuando Zhao era primer ministro. Cheng ha sido profesor invitado en la Universidad de Göttingen y Princeton, y se desempeñó como jefe de redacción de la revista Modern China Studies. Sus comentarios y columnas aparecen regularmente en los medios de comunicación chinos en el extranjero.

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