En medio del desierto del Valle Imperial, en California, EE.UU., están los restos de cientos de inmigrantes que murieron en su intento por cruzar la frontera.
Muchos no logran ser identificados. Queda en la parte posterior del panteón Terrace Park de Holtville, ubicado a unos 30 kilómetros al norte de la frontera con México.
Amplio terreno en el que se ven hileras de ladrillos, algunos de ellos junto a una flor o una cruz de madera, debajo yacen unos 500 cuerpos de indocumentados.
«Aquí es donde terminan muchos de los sueños de los inmigrantes, ellos nunca esperaron morir cuando cruzaron la frontera y ahora sus familias nunca van a saber qué pasó», dijo a Efe Enrique Morones, fundador y director del grupo Ángeles de la Frontera.
La mayoría de estas anónimas lápidas llevan inscrita la denominación «John Doe» o «Jane Doe», tal como se indica en EEUU que la identidad del cuerpo es desconocida, si bien se puede observar que apenas un pequeño grupo lleva un apellido.
Se estima que de los 500 indocumentados que alberga este cementerio apenas un 10 o 15 % han logrado ser identificados por algún familiar.
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