Un cese el fuego definitivo en Colombia que entró en efecto desde las cero horas de este lunes puso fin a 52 años de guerra entre los diferentes gobiernos y las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
El fin de la guerra fue producto de un acuerdo sellado el miércoles en La Habana, que fue seguido el jueves por la orden del presidente, Juan Manuel Santos, de parar todas las acciones militares, y de una similar del máximo jefe guerrillero, Rodrigo Londoño (a) Timochenko, el domingo por la noche.
«En mi condición de comandante de las FARC-EP ordeno a todos nuestros mandos, a nuestras unidades, a todos y cada uno de nuestros combatientes a cesar el fuego de hostilidades de manera definitiva contra el Estado colombiano», dijo Timochenko en un breve pronunciamiento.
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«Las rivalidades y rencores deben quedar en el pasado. Hoy más que nunca lamentamos tanta muerte y dolor por la guerra», agregó el jefe de las FARC.
Por su parte, el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, indicó que este cese del fuego significa “poder pensar en un país donde se puede construir la paz y la prosperidad” y es “tal vez la mejor noticia que ha recibido nuestra Nación en los últimos 100 años”.
El destino del acuerdo de paz queda ahora en manos de los votantes, que todavía deben ratificarlo en un referéndum programado para el 2 de ocubre.
La comandancia de las FARC también se reunirá una última vez en septiembre para ratificar el acuerdo.
Los guerrilleros deben entregar sus armas dentro de los próximos seis meses después de la firma formal del acuerdo. A cambio, se les otorgará 10 puestos en el Congreso colombiano —cinco en el Senado y otros cinco en la cámara baja.
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