Unas 140.000 hectáreas de bosque han sido arrasadas por voraces incendios en Chile, el más grande desastre natural en su historia, y se presume que pueden haber sido provocados por personas inescrupulosas.
Tras la declaratoria de estado de emergencia, más de 5.000 personas fueron evacuadas entre el lunes y martes en la región del Maule, en el centro del país, según informó la Oficina Nacional de Emergencias (ONEMI). Solo en la región de O’Higgins, un foco de incendio consumió más de 44.000 hectáreas, convirtiéndose en el peor evento de este tipo de los últimos 18 años.
“El país enfrenta el mayor desastre forestal de nuestra historia, pero superaremos la emergencia”, afirmó Bachelet, quien canceló su viaje a República Dominicana, donde participaría de la cumbre de presidentes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). En cambio, se aprestó a recorrer las zonas afectadas y llegó hasta la comuna de Empedrado, en la región del Maule para liderar una reunión con el Comité Operativo de Emergencia (COE).
Durante la cita, la mandataria fue informada sobre la situación de la comuna en la que el incendio ha destruido dos centros médicos rurales, 9 viviendas y ha consumido más de 16 mil hectáreas.
Los peores incendios en 50 años
El fuego descontrolado ha llevado al gobierno a movilizar unos 4.000 efectivos, entre militares, bomberos voluntarios y brigadistas, además de 41 aeronaves, camiones cisterna y tractores pesados para aplacar el fuego.
Unos 50 brigadistas provenientes de México se sumarán a las expediciones en los próximos días, tras el pedido de ayuda internacional emitido por el Gobierno chileno en las últimas horas.
Según el último informe del ONEMI, a las 11:30 horas del 25 de enero se registraron 85 incendios, 47 están controlados, 36 están siendo combatidos y 2 ya fueron extinguidos.
Las condiciones climáticas en varias regiones de Chile son desfavorables, pues en los próximos días se esperan temperaturas de 30°C así como fuertes vientos y poca o ninguna lluvia. En varios lugares de Chile los veranos son secos, con mucho viento y altas temperaturas. Todos estos factores facilitan que se provoquen incendios forestales y se propaguen con mucha facilidad.
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