Un alto funcionario chino declaró el sábado que Beijing sigue hablando con el régimen norcoreano, a pesar de haber impuesto hasta el momento fuertes sanciones a su vecino comunista.
China es un salvavidas vital para Pyongyang, que depende del gigante asiático para el 90 por ciento de su comercio. Pero bajo la presión del presidente estadounidense Donald Trump, que pretende desnuclearizar Corea del Norte, el líder chino Xi Jinping aceptó aumentar la presión sobre el régimen rebelde.
Beijing fue más allá de las sanciones aprobadas el mes pasado por el Consejo de Seguridad de la ONU, que limitan las importaciones de textiles y otros productos de Corea del Norte, y limitan la cantidad de petróleo que se le puede vender.
El Banco Central de China también dio instrucciones a los bancos chinos para que cesaran de proporcionar servicios financieros al régimen de Kim Jong-un. Además, las autoridades chinas otorgaron a las empresas norcoreanas que operan en el país un ultimátum para cerrar en 120 días.
Sin embargo, Guo Yezhou, subdirector del departamento internacional del Partido Comunista Chino, señaló que las dos naciones comunistas todavía siguen hablando.
“China y Corea del Norte son vecinos y ambos tienen una relación de cooperación amistosa tradicional”, dijo Guo.
El departamento internacional de China está a cargo de las relaciones del partido con los partidos políticos extranjeros, y tradicionalmente sirvieron como conducto para la diplomacia china con Corea del Norte.
El presidente Trump visitará Asia el próximo mes, incluyendo Corea del Sur y China.
Se espera que Trump aumente la presión sobre China para que coaccione con aún más fuerza contra Corea del Norte.
El mandatario está buscando una solución diplomática a la crisis nuclear norcoreana, confiando en parte en que China incremente las sanciones económicas a Corea del Norte.
Simultáneamente, Trump ordenó a sus oficiales militares de mayor rango que elaboren opciones militares detalladas para un conflicto armado con el régimen de Kim Jong-un.
El presidente aclaró que aunque Estados Unidos tiene paciencia, si se ve obligado a defenderse o a defender a sus aliados contra Pyongyang, podría destruir completamente al país asiático.
La amenaza de la fuerza militar también sirve para presionar a Corea del Norte a la mesa de negociaciones.
Jack Keane, un general retirado de cuatro estrellas y ex vice Jefe de Estado Mayor del Ejército de Estados Unidos, enfatizó que estas opciones militares del gobierno de Trump están haciendo que la solución diplomática sea más realista.
“El equipo de Trump entiende que la amenaza de la fuerza militar fortalece la opción diplomática. El principal esfuerzo es la diplomacia y las sanciones económicas”, expresó Keane en Fox Business.
China está celebrando actualmente su 19.º Congreso Nacional del Partido, donde se puso de manifiesto que Xi seguirá dirigiendo al Partido Comunista Chino durante los próximos cinco años.
Un funcionario le transmitió a Reuters que el presidente Trump cree que Xi debería tener aún más influencia para trabajar en el problema de Corea del Norte.
“La opinión del presidente es que ahora tienes menos excusas”, declaró el funcionario. “No va a caminar a la ligera”.
Desde que Xi se convirtió en líder del partido en 2013, las relaciones con Corea del Norte se enfriaron. Xi no viajó a Corea del Norte, pero sí visitó al enemigo jurado del Norte, Corea del Sur.
Las relaciones entre China y Corea del Norte florecieron bajo el liderazgo del ex líder del Partido Comunista Chino, Jiang Zemin. Aunque Jiang estuvo oficialmente fuera del poder desde 2003, desde entonces estuvo influenciando las políticas nacionales e internacionales de China a través de sus leales partidarios en los más altos niveles de gobierno.
Esto hizo más difícil para Xi tomar una acción más fuerte contra Corea del Norte y resolver algunos de los peores males sociales de China, como la persecución continua de 100 millones de ciudadanos chinos que practican Falun Dafa, una disciplina espiritual tradicional china. La persecución fue iniciada personalmente por Jiang en 1999 y continúa hasta el día de hoy.
Trump quiere obtener una cooperación seria de China para persuadir a Pyongyang de que cambie de opinión o ayude a privarlo de tantos recursos y que no tenga más remedio que modificar su comportamiento, añadió el funcionario.
En una entrevista con María Bartiromo de Fox Business Network, Trump manifestó que quiere “mantener las cosas muy, muy discretas” con Xi hasta que el líder chino emerja del Congreso del Partido.
“Creo que tiene el poder de hacer algo muy significativo con respecto a Corea del Norte. Veremos qué pasa. Ahora, con eso dicho, estamos preparados para cualquier cosa. Estamos tan preparados, como no lo creerías”, remarcó Trump en la entrevista del domingo.
Reuters contribuyó con este informe.
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