Corea del Norte indicó el viernes que pronto podría probar una bomba de hidrógeno en el Océano Pacífico luego que su líder, Kim Jong-un, advirtiera que respondería las advertencias y nuevas sanciones del presidente Donald Trump con acciones igualmente provocativas.
Kim llamó “irracional” al mandatario estadounidense luego que este se refiriera a él como “Rocket Man” (Hombre Cohete) en misión suicida y amenazara con “destruir totalmente a Corea del Norte” si es obligado a defenderse o defender a sus aliados.
El jueves, Trump firmó una orden ejecutiva que permitiría a Estados Unidos sancionar a compañías e instituciones individuales que financian el comercio con Corea del Norte.
Y el viernes por la mañana el presidente reiteró sus ataques contra Kim, diciendo en su cuenta de Twitter que el mandatario norcoreano “obviamente es un loco a quien no le importa matar de hambre a su pueblo”.
En un comunicado que fue atribuido a Kim el viernes por la agencia oficial de noticias norcoreana, el líder comunista dijo que Trump “es inapto para tener la prerrogativa del mando supremo de un país”, y describió al mandatario estadounidense como “un canalla y un mafioso al que le gusta jugar con fuego”.
“Yo haré que el hombre que tiene la prerrogativa del mando supremo en Estados Unidos pague caro su discurso en el que se pronunció por la destrucción total de la RPDC”, dijo Kim, según el despacho noticioso.
La RPDC es la abreviatura de la República Popular Democrática de Corea, el nombre formal del país comunista.
El canciller norcoreano Ri Yong Ho, quien el viernes hablará ante la Asamblea General de la ONU en Nueva York, dijo a reporteros que la respuesta de su país “podría ser la detonación más poderosa de una bomba H en el Pacífico”, de acuerdo con la agencia de noticias surcoreana Yonhap.
Una prueba de ese tipo sería considerada por Washington y sus aliados como una fuerte provocación. Intentar conducir una prueba nuclear a cielo abierto en aguas internacionales sería un acto altamente peligroso y agresivo, que a lo menos, expondría muchas islas en el Pacífico a peligrosos niveles de radiación y podría dañar los sistemas eléctricos en la región debido al fuerte pulso electromagnético (EMP por sus siglas en inglés) generado por la explosión.
También podría obligar a Estados Unidos a tomar medidas militares preventivas.
“Eso podría generar la respuesta más fuerte que no sea un ataque militar pienso yo”, dijo Daniel Pinkston, un analista de seguridad de la Universidad Troy en Seúl.
Pyongyang realizó su sexta y más potente prueba nuclear a principios de septiembre, pero hasta ahora todas sus bombas atómicas han sido detonadas bajo tierra. La última prueba nuclear a cielo abierto fue realizada por China en 1980.
Estados Unidos y Rusia detonaron numerosas bombas atómicas en el océano y la atmósfera superior antes de firmar el tratado nuclear de 1963 que las prohíbe.
La postura de Kim intensificará aún más la guerra de palabras entre Pyongyang y Washington a medida que Corea del Norte avanza en el perfeccionamiento de un misil capaz de transportar una ojiva nuclear y llegar a Estados Unidos.
En los últimos meses, Corea del Norte ha disparado un par de misiles intercontinentales que se presume pueden llegar a territorio continental de Estados Unidos y un par más que sobrevolaron territorio de Japón.
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