Corea del Norte efectuó en tierra la prueba de un nuevo propulsor de alta potencia para cohete, el cual el gobernante Kim Jon Un describió como un avance revolucionario a favor del programa espacial del país.
Kim presenció el ensayo en el sitio de lanzamientos de Sohae, según un despacho difundido el domingo por la Agencia Noticiosa Central Coreana.
La prueba tuvo como propósito probar el «nuevo tipo» de motor para cohete así como evaluar la confiabilidad de su sistema de control y su seguridad estructural, agregó la agencia.
Según la agencia, Kim describió la prueba como «un gran acontecimiento de importancia histórica» para la cohetería del país sin dependencia del exterior.
«Todo el mundo será testigo pronto de la azarosa importancia derivada de la gran victoria conseguida este día», afirmó Kim.
El gobernante señaló que la prueba marca lo que será conocida como la «revolución del 18 de marzo» en el desarrollo de la cohetería de Corea del Norte.
Por disposición de Naciones Unidas, Corea del Norte tiene prohibido efectuar pruebas con misiles de largo alcance.
Sin embargo, Pyongyang firma que sus cohetes corresponden a su programa de satélites que tiene fines pacíficos, aseveración puesta en duda por Estados Unidos y otras naciones.
Las autoridades norcoreanas han dicho que su plan quinquenal prevé el lanzamiento de más satélites de observación de la Tierra y de lo que podría convertirse en el primer satélite geoestacionario de telecomunicaciones del país, lo que sería un importante avance tecnológico.
Para colocar un satélite de ese tipo en órbita es necesario un impulsor de mayor potencia en comparación con los utilizados en cohetes anteriores.
Pyongyang también afirma que intenta estructurar un programa espacial viable que incluya el lanzamiento de una nave hacia la Luna en los próximos 10 años.
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