Costa Rica anunció este viernes que abandona su participación política en el Sistema de Integración Centroamericano (SICA) ante la negativa de varios países de ese organismo a resolver el problema de más de 5.000 cubanos varados en su territorio.
En conferencia de prensa, el presidente Luis Guillermo Solís anunció además el cierre de las fronteras a la migración irregular y advirtió a los cubanos que ingresen ilegalmente que serán deportados inmediatamente a su país de origen.
Tras regresar de la capital salvadoreña donde tuvo lugar la cumbre del SICA, Solís dijo que «lo menos que esperaba era la solidaridad» de los demás países ante un problema «que no es geopolítico ni ideológico sino simplemente humanitario».
Solís presentó este viernes una propuesta a sus colegas de la región para facilitar a los cubanos varados en este país en su camino a Estados Unidos, su destino final.
«Nos sentimos defraudados por la respuesta del sistema (regional)» a un plan que buscaba facilitar a los cubanos el paso hacia el norte «respetando la soberanía y las leyes de cada país, en un proceso ordenado, seguro y gradual», expresó el gobernante.
Solís explicó que el rechazo a esa iniciativa provino de tres países: Guatemala, Belice y Nicaragua, cuyo gobierno desató la crisis al cerrar la frontera a los cubanos en noviembre pasado.
No obstante, Solís dijo que Costa Rica no abandona completamente el SICA, pues continuará participando en todos los organismos de integración económica y comercial de la región.
Suspensión de visas de tránsito
El mandatario costarricense prometió a los migrantes cubanos que su gobierno seguirá trabajando en la búsqueda de una solución al problema y garantizó que quienes hayan recibido la visa de tránsito -cerca de 7.000 según las estimaciones oficiales- seguirán siendo atendidos adecuadamente en el país.
Sin embargo, advirtió que a partir del 19 de diciembre se suspenderá la entrega de tales visas, debido a que el país ha agotado su capacidad para recibir nuevos migrantes.
«El gobierno de Costa Rica reitera a las personas que no han llegado hasta la frontera costarricense, que no lo hagan» porque «no seran admitidos y quienes sean aprehendidos en el territorio nacional sin visa serán deportados a su país de origen», puntualizó.
Manifestó además su confianza en que el próximo presidente de Guatemala, Jimmy Morales, quien asumirá el 14 de enero, tenga mayor disponibilidad a cooperar en la busqueda de una solución regional al problema.
La directora general de Migración Kattia Rodríguez, afirmó en la misma conferencia de prensa que en la frontera entre Costa Rica y Panamá hay 2.013 cubanos que ingresaron en los últimos días y que estos serán los últimos en ser documentados.
Según estimaciones previas, en la zona fronteriza norte (con Nicaragua) permanecen varados otros 5.000, por lo que la cifra estaría superando los 7.000 migrantes.
El problema es de EEUU
Por su parte, el vicecanciller de Nicaragua, Denis Moncada, declaró a la prensa en San Salvador que la cumbre no llegó a un acuerdo sobre el tema porque los países tienen posiciones distintas.
«Nicaragua ya ha dado su postura al respecto, la situación la debe resolver no Centroamérica sino los Estados Unidos, pues son ellos los que están generando que muchos cubanos quieran ir a su territorio», apuntó el funcionario nicaragüense.
Managua «exige a los Estados Unidos soluciones para el traslado inmediato y seguro hacia su territorio de los miles de ciudadanos cubanos entrampados en esa peligrosa ruta de tránsito», señaló el gobierno de Daniel Ortega en un comunicado distribuido a la prensa al término de la cumbre.
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