Un hombre salió a pescar junto a su amado perro, cuando de repente una fuga de agua en el barco lo hundió. Afortunadamente él fue rescatado a tiempo… Sin embargo no se veía al perro por ninguna parte. Cuando los rescatistas fueron más tarde por el barco, se sorprendieron con lo que encontraron.
Pescar es el pasatiempo preferido de muchos australianos que viven a la orilla del mar. Es un pasatiempo tranquilo, relajante y muy placentero, que además puede practicarse todo el año. Así que cuando Alfonse Attard decidió salir en su bote en enero de 2016, ese parecía ser un día más.
Este pescador de 75 años de edad suele ir a pescar dos ó tres veces a la semana. Una mañana partió con su perrito raza terrier Jack Russell, de 18 años, Jack.
Eran alrededor de las 6:30 a.m. y la pareja había viajado un poco más de un kilómetro desde la playa de Altona en Victoria, Australia, cuando se produjo una fuga de agua y el barco comenzó a hundirse. No pasó mucho tiempo antes de que el barco se volcara.
Esto nunca le había pasado antes a Alfonse; todo lo que podía hacer era aferrarse al barco volcado para salvar su vida.
Imagen Ilustrativa. (Crédito: Tama66/Pixabay)
Afortunadamente para Alfonse, no necesitó esperar mucho para su rescate. Por suerte, Laurie Borg y su hijo Trever vieron a Alfonse, y rápidamente se subieron a un bote para recogerlo. Alfonse subió a su bote y los tres se dirigieron a la orilla. Fue entonces cuando Alfonse se dio cuenta de que Jack no estaba.
En el momento caótico del hundimiento de la embarcación, Jack se quedó atrás. Alfonse estaba devastado; su amado compañero parecía no estar más.
Los voluntarios del Club de Salvavidas de Altona y la policía marina pasaron dos horas arrastrando los restos del bote hasta la orilla. Y luego descubrieron algo en la parte frontal del bote: ¡Era Jack! El perro estaba vivo y bien.
Todos se sorprendieron de que el pequeño Jack Russell lograra mantenerse con vida todo ese tiempo.
“Debe haber habido una bolsa de aire en la parte delantera”, dijo Laurie Borg al Herald Sun.
Fue muy afortunado en encontrar esa bolsa de aire y también fue una gran fortuna el que fuera capaz de nadar sin parar desde que el barco zozobró y hasta que este fue remolcado hasta la orilla.
Nadie estaba más feliz al escuchar las noticias que Alfonse. Cuando entregaron a Jack a Alfonse, el pescador aliviado comenzó a llorar y llorar. Alfonse estaba tan feliz y agradecido de que Jack estuviera vivo. Él inmediatamente le dio un fuerte abrazo.
«Me hizo llorar, lo he tenido durante 18 años y pensé que había terminado», dijo Alfonse al mismo medio. «Donde sea que yo vaya, él va conmigo», agregó.
Si crees que este incidente pudiera asustar a Alfonse o a Jack para que no vuelvan a pescar, te equivocas. «Tal vez salga mañana, en otro bote», compartió Alfonse .
¡Ese es el espíritu! Pero tal vez un chaleco salvavidas para Alfonse y otro para Jack serviría para que no se extravíen, si es que hay una próxima vez.
Mira el video aquí:
El valor de un hombre y una cadena de solidaridad humana salvan a un perro
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