La tragedia sigue invariablemente a los antiguos asesinos chinos, incluso, en caso de tener éxito, estos guerreros intrépidos esperaron no menos que la muerte al intentar sus misiones.
Algunos de los más famosos asesinos chinos no fueron, de hecho, exitosos. Sin embargo, su coraje y sacrificio les consiguió un lugar en los anales de la historia de todos modos.
En esta segunda parte de los asesinos de la dinastía Zhou del Este (770 a. C.-221 a. C.) de la antigua China, nos enteramos de la historia de un guerrero que busca venganza por su señor asesinado, y la tragedia de un hombre-carnicero lo convirtió en asesino y de su leal hermana.
La lealtad de Yu Rang conmueve a su adversario
Yu Rang era un ministro que le servía a Earl Zhi Yao, quien encabezó una de las cuatro familias que competían por el poder en el desintegrado estado de Jin en China central. Su historia es la tercera de las cinco registradas en las «Crónicas de Asesinos» de Sima Qian, compilada durante la Dinastía Han, como parte de su más grande obra histórica.
Aunque el clan de Zhi Yao era el más poderoso, calculó mal y fue derrotado por la fuerza combinada de las otras tres familias. Tal era el odio de Wuxu del clan Zhao que convirtió el cráneo de Zhi Yao en una copa de vino después de matarlo. Otros dicen que lo utilizó como un inodoro.
Esto no le cayó bien al servidor de la persona fallecida, Yu Rang. De todos a los que sirvió, sólo el difunto Zhi Yao realmente lo entendió y apreció sus habilidades. En lo que concierne a Yu Rang, la muerte y la humillación de Zhi necesitaban ser vengadas a toda costa.
Con la esperanza de acercarse a su objetivo, Yu Rang cambió de nombre y tomó un trabajo como sirviente en el lavatorio de su adversario. Tenía la intención de permanecer a la espera con una daga hasta que Zhao llegara a utilizar las instalaciones, pero medidas preventivas frustraron este primer intento.
Reteniendo a Yu Rang con la punta de una espada, Zhao Wuxu le preguntó por qué quería matarlo.
«Debo vengar a mi señor Zhi Yao», fue la respuesta.
Zhi Yao no dejó descendientes, por lo que el deber de Yu Rang a su maestro debería haber llegado a su fin. Al ver que la devoción de este ex sirviente no había disminuido, Zhao Wuxu estaba conmovido y liberó a Yu Rang.
Después de este fracaso inicial, Yu Rang redobló sus esfuerzos. Ya que Zhao Wuxu lo reconocía, necesitaba un nuevo disfraz. En primer lugar, se desfiguró su rostro, pero eso no fue suficiente. Su esposa podría fácilmente decir que era él por su voz, por lo que Yu Rang se tragó un bloque de carbón, cicatrizando sus cuerdas vocales y alterando su habla.
Terminado su disfraz, Yu Rang preparó una emboscada a Zhao Wuxu escondiéndose debajo de un puente. Por desgracia, este intento también salió mal, Los caballos de Zhao presintieron el peligro y se negaron a avanzar más, motivando la búsqueda de la zona. Los hombres de Zhao capturaron a Yu Rang.
«Usted una vez sirvió a las familias de Fan y Zhonghang», dijo Zhao Wuxu a su cautivo. «Ellos fueron eliminados por Zhi Yao, pero usted no movió un dedo para vengarse de ellos. ¿Cuál es la razón de su lealtad excepcional hacia Zhi Yao?».
Yu Rang de hecho había servido a esas dos familias. «Ellos me consideraron como un indigno», dijo, «así que sólo podía corresponder de esa manera. Pero Zhi Yao me trató como un verdadero estadista, así que como un verdadero estadista debo de retribuirle».
Estas palabras trajeron lágrimas a los ojos de Zhao Wuxu.
Pero él no soltaría a Yu Rang por segunda vez. En su lugar, se quitó su manto y se lo entrego a su posible asesino, permitiéndole a Yu acuchillarlo en la tela en lugar de la carne. De este modo, Yu completaba su misión en gesto, pero no en los hechos.
Rodeado por los soldados de Zhao, Yu Rang luego se quitó la vida.
Hoy en día, cuando se refieren al relato de Yu, la gente a menudo cita el mensaje del asesino:
«Una mujer se engalana para su amado, y así mismo un hombre da su vida por alguien que entiende su espíritu».
El carnicero Nie Zheng
El siguiente que viene en las crónicas de Sima Qian es Nie Zheng, que vivió en el estado Han, un territorio que se separó del una vez poderoso estado de Jin.
La historia de Nie Zheng habría sido olvidada en la historia si las cosas hubieran salido acorde a sus planes. Buscado por asesinato, se vio obligado a esconderse con su madre y su hermana mayor. Durante algún tiempo vivió la vida como un carnicero común.
Sin embargo, su buen amigo y funcionario del gobierno, Yan Zhongzi, necesitó los servicios de Nie. Él había acabado de informar que Xia Lei, el consejero de Han, señor del estado, había tenido comportamiento traicionero, y Yan temía represalias. Era matar o morir.
Sabiendo que Nie Zheng era un luchador capaz y entusiasta, Yan hizo esfuerzos extravagantes para reclutarlo, ofreciéndole todo tipo de riquezas.
Pero por muy buen amigo que Yan Zhongzi fuera o cuánto dinero le ofreciera para matar a Xia Lei, Nie Zheng no podía aceptar. Tenía que cuidar de su anciana madre hasta el final de sus días.
Pasó el tiempo, y, finalmente, la madre de Nie Zheng falleció. Este se presentó ante Yan Zhongzi, expresando su gratitud por el respeto con el que éste lo había tratado y a su familia durante los anteriores encuentros. Ahora que su deber filial a sus padres había terminado, Nie Zheng podría servir a Yan sin escrúpulos.
El enfoque de Nie Zheng a su misión no podría ser más simple. Cuchillo en mano, simplemente irrumpió en la residencia de Xia Lei, matando al estadista y a los que le rodeaban terminando su trabajo. Después Nie Zheng se suicidó, teniendo cuidado de mutilar su rostro para dejarlo irreconocible antes de apuñalarse a sí mismo en el intestino. Unos cuantos hábiles golpes de su cuchillo fue todo lo que Nie Zheng necesitó para destruir su vida.
Las autoridades se sorprendieron e inmediatamente exigieron saber la identidad de este asesino espontáneo. El cuerpo fue exhibido en el mercado de la ciudad: cualquiera que pudiera identificarlo con precisión sería recompensado con una gran cantidad de oro.
Al oír la noticia del asesinato, la hermana mayor de Nie Zheng, Nie Rong, supo de inmediato que su hermano era el autor. También sabía que había dejado de lado sus propias aspiraciones para protegerla.
Mientras que en la superficie Nie Zheng aceptó la petición de Yan Zhongzi por lealtad a un amigo, realmente hubiese querido convertirse en un héroe, sin embargo, por el amor a su hermana, optó por no dejar su nombre en la historia.
Nie Rong no tendría nada de eso. En su dolor, llegó al mercado y afirmó firmemente que el cadáver era de su hermano menor. Luego reveló toda la historia de Nie Zheng, de su negativa inicial para llevar a cabo el acto por su deber filial, para su eventual decisión por lealtad a Yan Zhongzi.
Vencida por la conmoción y el dolor, Nie Rong dejó escapar tres gritos ensordecedores, y cayó sin vida al suelo, donde su hermano yacía.
La integridad con la que los miembros de la familia de Nie se trataron entre sí se hizo famosa entre los territorios fragmentados de la dinastía Zhou del Este, abriéndose, finalmente, paso en la historia registrada.
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