La Gran Época: ¿Qué es este nuevo informe? ¿Qué novedades presenta y qué tiene de significativo?
David Matas: Es una actualización del trabajo realizado por Ethan Gutmann y yo. Lo que me ha motivado, y supongo que a todos nosotros, ha sido que, históricamente, han estado ocurriendo más cosas, y constantemente hay nueva información que va emergiendo acerca de este tema que hemos estado trabajando.
Necesitábamos hacer una actualización para poder estar al tanto de los cambios actuales y seguir abordando los temas que hemos tratado anteriormente.
Estamos haciendo algo novedoso en esta actualización que ninguno de nosotros había realizado en las anteriores investigaciones. Antes tomamos literalmente las estadísticas de trasplantes publicadas por el gobierno chino y tratamos de averiguar de dónde venían esos volúmenes; dado que las cifras eran tan grandes, generaban interrogantes por sí mismas.
Esta vez nos enfocamos en los hospitales de trasplantes de China de forma individual –hay cerca de mil– y tratamos de inferir en base a sus publicaciones, boletines, sitios web, informes de investigación y demás, cuántos trasplantes estaba realizando cada hospital. Y lo que logramos obtener, si bien no es una cifra exacta, es un volumen de trasplantes mucho mayor que las estadísticas oficiales. Esa es una nueva forma de investigación, además de haber actualizado todas las cosas en las cuales habíamos trabajado.
«Lo que logramos obtener, si bien no es una cifra exacta, es un volumen de trasplantes mucho mayor que las estadísticas oficiales».
LGE: ¿Qué conclusiones se pueden sacar de estos descubrimientos?
DM: Nuestra posición original era que había muchas cosas de las cuales el gobierno chino debe rendir cuentas, un montón de fuentes de órganos sin explicación que nosotros atribuimos a Falun Gong y a prisioneros de conciencia.
El hecho de tener cifras mucho más grandes aumenta la obligación y la necesidad de rendir cuentas por parte del gobierno chino. Yo diría que hay algo principal –y obviamente, ese tipo de volumen, un volumen tan sistemático en tantos hospitales, plantea interrogantes no sólo respecto a la fuente sino también a la complicidad del Estado y del Partido Comunista en un plan nacional para asesinar a los prisioneros de conciencia por sus órganos. Y por lo tanto levanta la sombra de una culpabilidad aún más oscura, o incluso más alta.
LGE: El núcleo de los hallazgos es la tabulación del volumen de los hospitales, pero esto no está basado en un conocimiento concreto respecto al volumen real en esos hospitales, sino en estimaciones del volumen en base a casos muestrales, a los requisitos mínimos exigidos por el Estado, la ocupación de camas, etc. En otras palabras, estas estimaciones de volúmenes enormes se basan en deducciones. Algunas personas tal vez no queden satisfechas respecto al hecho de depender de deducciones, tratándose de un tema tan importante como este. ¿Qué dice al respecto?
DM: Por supuesto que hay dificultades cuando estás trabajando con datos de China, pero los datos están ahí, podemos verlos, y no tengo ninguna duda de que lo que han informado nuestros investigadores es preciso.
La pregunta es: ¿es todo lo que hemos producido real? Resulta que, por ejemplo, las estadísticas del gobierno chino sobre los 10.000 trasplantes por año no eran reales. ¿Entonces qué hay respecto de todas las cifras de los hospitales que produjeron volúmenes totales mucho más grandes? Estoy más confiado de que las cifras de los hospitales son reales, a que los agregados totales sean reales, en parte debido a que hay muchas más coincidencias y comprobación cruzada.
No conseguimos –como hicimos con el gobierno chino– sólo una cifra de una sola fuente. Estamos recibiendo muchas cifras mediante diferentes fuentes, que colaboran o corroboran para reforzar la conclusión general.
Una de las preguntas con las que tuvimos que lidiar fueron las grandes cifras de los hospitales: ¿es una forma de arrogancia competitiva? Yo diría que no, porque en primer lugar, hay demasiadas de ellas que provienen de diferentes hospitales. Y en segundo lugar, no son sólo las cifras, sino una confluencia de diferentes fuentes –las camas, los informes de investigación, los boletines informativos– que nos lleva a la misma conclusión, hospital tras hospital.
Así que tengo mucha más confianza en lo que estamos haciendo ahora, respecto a lo que hacíamos antes con las estadísticas del gobierno chino. Pero en definitiva no depende de nosotros, es decir, no es nuestra tarea tener que decirle al gobierno chino de dónde está consiguiendo los órganos para los trasplantes. Es su responsabilidad. No es sólo mi opinión, sino una perspectiva de política internacional y de derechos humanos, de que le corresponde al gobierno chino rendir cuentas sobre la fuente de los órganos. Y uno puede notar en este informe, incluso más que en nuestros trabajos anteriores, que ellos no lo han hecho.
LGE: ¿Cuál es la diferencia?
DM: En primer lugar, sus propias fuentes, al igual que todo lo que ellos producen, es sospechoso o no es genuino. En general, para el gobierno chino, las estadísticas son otra forma de hacer política. No producen estadísticas con el fin de que sean un reflejo de los datos reales, sino que las elaboran con un motivación política. Y la motivación política que han tenido con los trasplantes, al menos inicialmente, es parecer que ellos están muy avanzados tecnológicamente.
Por supuesto, el gobierno chino se encuentra con obstáculos, ya que la gente le hace preguntas: ¿De dónde provienen las cifras? Representa un problema para ellos, por eso tienen defender las cifras que publicaron, y entonces empiezan a generar fuentes.
Cuando comenzamos nuestra investigación inicial, la primera declaración fue que la fuente eran las donaciones. Pero no había ningún sistema de donación ni de distribución. Luego cambiaron a que eran de prisioneros condenados a muerte. Pero ellos no publicaban estadísticas respecto a la pena de muerte, y aún no lo hacen. Sin embargo, estas estadísticas están obviamente disponibles, ya que la pena de muerte se implementa a nivel nacional.
Pero entonces, por supuesto, incluso el suministro de órganos a partir de prisioneros condenados a muerte es una violación de la ética internacional. Entonces vuelven a su postura inicial y dicen que son todas donaciones. Y establecieron un sistema de donación.
Uno de los aspectos del informe es que hicimos que nuestros investigadores llamaran a diferentes clínicas de donación y consultaran cuántas personas estaban donando; estas clínicas estaban cerradas o nadie estaba donando. Entonces lo que declaran no es realmente una fuente plausible.
«Las estadísticas del gobierno chino, al igual que todo lo que ellos producen, es sospechoso o no es genuino».
El gobierno chino produce estadísticas cuando no hay ninguna forma independiente de verificar lo que están haciendo. En cuanto al sistema hospitalario, al menos existe algún tipo de verificación.
Las respuestas oficiales de China tienen dos caras. Una es que inventan cosas; la segunda es que ocultan cosas. Ya llevo con este tema cerca de 10 años, y mi experiencia es que siempre que hacemos referencia o citamos algo que pueda ser accesible dentro de China, desaparece. Y eso es lo que hemos estado viendo ocurrir incluso mientras hacíamos esta investigación de hospital por hospital. El material desaparece a medida que vamos trabajando, o sospecho que va a desaparecer cuando se publique el informe.
Así que es un problema en términos de encubrimiento, pero estás preguntando su explicación. Desde mi punto de vista, ellos no pueden explicarlo. Es un engaño.
LGE: ¿Hubo algo que lo haya sorprendido sobre estos descubrimientos?
DM: Vengo de una ciudad de tres cuartos de millón de personas y un país de 32 millones de personas, simplemente estoy sorprendido por la escala que tiene China.
Una de las cosas que hicieron nuestros investigadores fue conseguir imágenes de los hospitales que están haciendo estos trasplantes. El trasplante de órganos en China es una industria enorme, y es una industria relativamente nueva. Y no tienen fuentes obvias.
¿Por qué están invirtiendo este dinero para la construcción de todas estas instituciones de trasplantes cuando no tienen fuentes obvias de trasplantes? No son sólo para los trasplantes de órganos actuales, sino que deben tener la suficiente confianza de que van a continuar durante un futuro indefinido como para crear esta enorme infraestructura, construida teniendo en cuenta un suministro indefinido de órganos.
¿De donde provienen todos esos órganos humanos? Mi respuesta es: de los millones de practicantes de Falun Gong que fueron arbitrariamente detenidos y posteriormente desaparecidos. Estos hospitales chinos no tienen realmente otra respuesta plausible.
LGE: ¿Cómo sabe que el material que usted vio refleja la actividad real en China, y no es sólo propaganda, auto-promoción, etc? ¿Y cómo sabe que los edificios se están realmente utilizando, ya que mucho desarrollo de infraestructura en China podría ser un desperdicio, sólo para elevar las cifras del PIB del gobierno local?
DM: Un edificio en sí no te dice nada. Es por eso que digo que estamos haciendo un montón de verificación cruzada.
Estos edificios tienen boletines informativos, tienen personal, y el personal realiza publicaciones, y el personal hace investigaciones. Una gran cantidad de investigaciones chinas no han sido publicadas en las revistas científicas habituales porque no son investigaciones éticas. Entonces crean estas publicaciones vanidosas que básicamente investigan sin pasar por un proceso de revisión; pero podemos ver estas cosas. Y estas personas obtienen títulos académicos.
«Las respuestas oficiales de China tienen dos caras. Una es que inventan cosas; la segunda es que ocultan cosas»
Ellos pueden construir edificios vacíos, pero es poco probable que contraten personal para estos edificios vacíos para que no hagan nada durante todo el día, y produzcan investigaciones falsas. Pero hay muchos hechos que lo corroboran y en conjunto muestran que este es un gran negocio que se encuentra en funcionamiento.
También podemos ver en los planes comunistas quinquenales que estos hospitales son una prioridad. Es poco probable que el gobierno chino los ponga como prioritarios y luego no haga nada al respecto. Hay una gran cantidad de datos que corroboran y conducen a esa misma conclusión.
LGE: Mirando hacia atrás a hace 10 años, ¿cómo describiría el progreso que se ha hecho en cuanto a conocimiento?
DM: Este es el cuarto informe de envergadura en el que he trabajado sobre este tema. Y Ethan Gutmann se ha involucrado mucho. Yo diría que hay una acumulación de interés y entendimiento.
Recientemente recibí un correo electrónico de alguien que leyó «La Matanza» [El libro de Gutmann], y me hizo algunas preguntas sobre el libro. Recibo cosas así todos los días.
La ventaja de trabajar en un archivo tanto tiempo es que a medida que más personas saben al respecto, estas no desaparecen y no lo dejan de saber. Entonces, se vuelve un proceso acumulativo de concientización y de presión.
Ahora tenemos una resolución del Parlamento Europeo. Tenemos una resolución del Congreso [de EEUU].
En la dirección opuesta hemos visto al gobierno chino cambiando su partitura, cambiando su vocabulario, haciendo de todo con el fin de aparentar que dicen las cosas correctas pero sin hacer las cosas correctas. Algunas personas, sin embargo, son engañadas de ese modo. Y es mucho más difícil convencer a gente que no quiere ser convencida cuando los chinos dicen lo que los interlocutores extranjeros quieren oír.
LGE: Hay una buena cantidad de personas que están indecisas sobre este tema. Si todo esto es cierto, entonces tiene que ser uno de los mayores crímenes de lesa humanidad del siglo XXI. Y sin embargo, si eso es así, ¿por qué las principales organizaciones de derechos humanos y las autoridades de trasplantes no hacen nada al respecto, ni siquiera reconocen que está ocurriendo?
DM: Creo que las respuestas son diferentes para la profesión médica y para las principales organizaciones de derechos humanos.
Para la profesión médica, no están acostumbrados a tratar con asuntos de derechos humanos. Es decir, ellos saben de trasplantes. Y pueden actuar rápido. En un momento dado, les mostré una página web que hacía publicidad de trasplantes en China, la página web de Omar Health Care, y eso los motivó a escribirle una carta a Xi Jinping. Era una carta aceptable, y el sitio web fue eliminado.
Y en lo que respecta a algunas personas en la Sociedad de Trasplantes, ahí terminó el problema, cuando es obvio que no. De hecho, estuve en un panel con Delmonico [Dr. Francis L. Delmonico, el ex presidente de la Sociedad de Trasplantes] en Roma el mes pasado, y Delmonico estaba hablando de cómo había ido a China y se había reunido con algunos médicos, y había dio a algunos hospitales y todo parecía ser correcto. Dijeron las cosas correctas, y lo que él vio no parecía ser un problema.
Así que en ese panel me preguntaron: ¿Qué le parece que el sistema de trasplante debería hacer en China para que ocurran cambios? Y mi respuesta es: no se puede esperar que haya derechos humanos y Estado de derecho en una isla de trasplantes en China estando en medio de un mar embravecido de tiranía.
La única manera en que vamos a conseguir un sistema de trasplantes adecuado en China es tener un país con Estado de derecho, un sistema judicial independiente, libertad de prensa y respeto por los derechos humanos. Y para la profesión de trasplantes, ellos no están acostumbrados a tratar con situaciones como estas, así que esto es algo que supera del algún modo lo que ellos pueden manejar.
Yo diría que en general, porque trabajo mucho con los derechos humanos, hay dos tipos de respuestas de los violadores de derechos humanos cuando se los confronta con esas violaciones de derechos humanos. Una es: vete de aquí, no es asunto suyo. Este es un asunto interno. Son valores extranjeros. Y de alguna manera te menosprecian. Esa fue la respuesta inicial de China respecto a este asunto cuando comenzamos.
La segunda respuesta, que también es muy típica de los abusadores, es: tienes razón. Danos tiempo. Estamos tratando de cambiar las cosas. Aún no estamos plenamente desarrollados. Dinos cómo hacerlo. Ayúdanos. Y esa ha sido más o menos la respuesta actual. El resultado es el mismo. Las violaciones a los derechos humanos continúan. Es sólo que el vocabulario es diferente.
«No se puede esperar que haya derechos humanos y Estado de derecho en la isla de trasplantes de China, en medio de un mar embravecido de tiranía»
Pero para los profesionales del trasplante, ellos son fácilmente engañados por este tipo de cambio en el vocabulario, porque no están acostumbrados a lidiar con este tipo de situaciones en varios países y con muchas violaciones de derechos humanos. Ellos sólo lo ven una vez en este contexto. Sabes, hay un dicho: si me engañas una vez, la culpa es tuya, si me engañas dos veces, la culpa es mía. Los profesionales del trasplante están siendo engañados sólo una vez, por eso tienen dificultades para avanzar más.
Creo que para las principales organizaciones de derechos humanos, la respuesta es diferente. Y esto es un problema constante. La semana pasada fui a una reunión con Amnistía Internacional en Winnipeg donde trajeron a un orador que ha tenido un rol activo en el movimiento internacionalmente, y él dijo algo que yo he oído una y otra vez en estas grandes organizaciones: Nos preocupa la eficacia, y la eficacia significa lograr visibilidad, conseguir financiación.
He hablado con Amnistía Internacional en particular acerca de China y Falun Gong. A ellos les preocupa la pena de muerte, y hay cambios con la pena de muerte. Han disminuido los delitos vinculados a la pena de muerte, la estructura es diferente, se trasladó de los tribunales regionales a la corte suprema. Pero no pueden lograr un impacto con el tema de Falun Gong o los trasplantes de órganos porque una vez que se empieza a hablar con China sobre Falun Gong, la conversación se termina. Entonces ellos están cediendo. Su actitud es, vamos a trabajar en los temas con los que podamos tener algún tipo de interacción –que en el contexto chino son la pena de muerte y algunos otros– y evitaremos los temas que cortan la conversación.
Yo me aparto de ellos en ese punto porque mi actitud es que el objetivo primordial del diálogo de derechos humanos deben ser las víctimas, no los abusadores. Y allí donde peor sea la victimización, es donde tienes que involucrarte primero.
Amnistía tiene un imperativo institucional: el hecho de que sean grandes significa que tienen una gran maquinaria que tienen que mantener andando. Y golpearse continuamente la cabeza contra el gobierno de China no les va a funcionar, entonces pasan a otras áreas donde pueden conseguir algo de movimiento.
LGE: ¿Es igual para Human Rights Watch?
DM: Con Human Rights Watch fue un caso interesante, porque ellos inicialmente sacaron un enorme informe en un momento en que China estaba diciendo que todo provenía de donaciones.
Amnistía Internacional y Human Rights Watch son diferentes en el sentido de que Amnistía Internacional es una organización con membresía y Human Rights Watch, no. Así que con Human Rights Watch, ellos sacaron un informe muy grande sobre la fuente de los condenados a muerte en un momento en que China estaba diciendo que la fuente eran donaciones. Y esto fue a fines de los ’80, creo.
Luego sale nuestro informe y, en lo que a mí respecta, metodológicamente es más fuerte que el de ellos porque ellos usaron fuentes que nosotros no usamos, como fuentes secundarias que no fueron identificadas. Parte del problema con Human Rights Watch es que no son tan integrales como Amnistía Internacional, tienden a moverse de un lado a otro y elegir temas para investigar. Pienso que ellos creen que básicamente ya lo hicieron [el informe sobre la sustracción de órganos] con lo de la pena de muerte, así que simplemente pasaron a hacer otra cosa. También probablemente les preocupe, igual que a Amnistía, que esta investigación impida que ellos tengan efectividad en otros temas de China.
LGE: ¿Cómo entiende que es la situación actual de la sustracción de órganos a Falun Gong en China? ¿Está ocurriendo todavía?
DM: El volumen continúa. El misterio sobre las fuentes continúa. La única fuente obvia que puedo ver son los prisioneros de conciencia.
No sabemos cuáles son las cifras de la pena de muerte, pero están disminuyendo, por lo que puedo ver, debido a que pasaron de tribunales regionales a la corte suprema, y también por la disminución en el número de crímenes.
Parte del problema que enfrentamos es el creciente encubrimiento. No se relaciona completamente con la presión externa. Una de las cosas que hizo el gobierno chino en respuesta a la preocupación mundial por la fuente de los órganos fue establecer un sistema de registro. Antes de que establecieran este sistema de registro, había unos mil hospitales haciendo trasplantes, y luego lo recortaron a 164 hospitales registrados. Dicen que tienes que registrarte para hacer trasplantes.
Los trasplantes eran y son una enorme máquina de hacer dinero en China. Es la principal fuente de ingresos para el sistema de salud, hasta donde yo sé. El gobierno quitó dinero al sistema de salud cuando cambió de socialismo a capitalismo, y muchos de los hospitales necesitaban este dinero para mantener sus puertas abiertas. Los hospitales se metieron en el negocio de los trasplantes por la puerta grande, y luego el gobierno, en parte en respuesta a la presión exterior, dice que va a establecer algún tipo de regulación sobre todo el sistema. Entonces establecen este sistema de registro, pero los otros quizás 700 hospitales no dejaron de hacer trasplantes. Intentaron esconder los trasplantes que estaban haciendo, no solo ante el mundo exterior, sino también ante Beijing.
Hasta donde sabemos, este fenómeno continúa, y es mucho más difícil conseguir cifras sobre lo que ocurre cuando hay todo este enorme encubrimiento. Tenemos a estos hospitales alardeando de los muchos trasplantes que hacen por año, y juntas unos pocos y ya tienes más que el total que dice el gobierno. Pero no podemos llegar a un total verdadero.
LGE: ¿Cuál es su número de sustracciones?
DM: Hay varias estimaciones en base a varios suposiciones. Hicimos especulaciones de alcance. Si esta cantidad de camas son utilizadas para esta tasa de rotación, etc. Eso es sólo para dar una idea de lo que es posible en el sistema actual con la infraestructura actual. Pero no es un número concreto.
LGE: Esa es una aproximación, ¿pero tienen un número concreto?
DM: No vamos a dar un número o a decir que debe haberlo. Pienso que lo único que podemos decir con seguridad es que es mucho mayor a los 10.000 [trasplantes] por año que el gobierno chino publicó. Las cifras que publicamos en el pasado, que son estimaciones del número de prisioneros de conciencia asesinados por sus órganos, el número de Falun Gong asesinados por sus órganos, son muy bajas. Pero cuál es el número exacto, no podemos decirlo, porque hay demasiadas variables.
«El volumen de trasplantes continúa. El misterio sobre las fuentes continúa. La única fuente obvia que puedo ver son los prisioneros de conciencia»
Tomemos algo simple como las camas. Hay un montón de hospitales de los que conocemos el número de camas. Y algunos de estos hospitales tienen secciones dedicadas únicamente a los trasplantes. Y dentro de estas unidades de trasplante tienen unidades de terapia intensiva. Entonces si estás tratando con camas para trasplantes en unidades de terapia intensiva, probablemente puedas descubrir, con la capacidad, cuán frecuente es la rotación, porque los pacientes son mantenidos en terapia intensiva por un periodo relativamente predecible. Pero cuando se trata de otras camas, incluso las camas para trasplantes, hay una variación importante: cuánto antes de la operación ingresa el paciente al hospital, cuánto tiempo después de la operación permanece en el hospital. Entonces no se puede realmente saber cuál es el volumen de trasplantes a partir de las camas, incluso si están operando a su máxima capacidad, porque no se sabe cuán larga es la estadía. Enfrentamos este tipo de problemas.
LGE: Este informe es el que más se acerca a demostrar, sugerir o al menos a dejar abierta la posibilidad de que la sustracción de órganos haya sido el principal método del Partido Comunista para eliminar a Falun Gong, al utilizar a los cuerpos de los practicantes de Falun Gong como una mercancía en su programa centralizado de erradicación. Por supuesto, el informe no demuestra esto, tampoco lo discute. ¿Cree usted que este es el caso? ¿O cree que es más probable la explicación “empresarial” u “orgánica”, en la que los hospitales de todo el país simplemente fueron a las cárceles y campos de trabajo forzado locales y usaron a cualquier persona disponible?
DM: Yo diría que los gobiernos en general raramente actúan por un solo motivo, porque los gobiernos implican a muchas personas diferentes actuando por muchos motivos diferentes. Algunos de ellos se basan en el dinero; algunos están muy politizados; algunos simplemente cumplen órdenes; y algunos son víctimas de la propaganda contra Falun Gong. Eso lo sabemos porque he entrevistado a muchos practicantes de Falun Gong que han salido de las prisiones de China. No es solo el dinero, porque los Falun Gong son deshumanizados y muy maltratados. Tampoco es solo una cuestión política, porque para muchas de estas personas, es su carrera, su ingreso, sus familias, lo que sea. Hacen la vista gorda porque se están beneficiando de ello.
Para muchos de ellos, es una cegera voluntaria porque les sirve para sus intereses personales y políticos. Muchos funcionarios en contacto con los profesionales internacionales del trasplante, incluyendo a Huang Jiefu [el ex ministro de salud], dicen poco y nada sobre Falun Gong, y sólo dicen que no saben de dónde vienen los órganos porque hacen las inserciones. No hacen las extirpaciones.
Así que no pienso que uno tenga que elegir entre estas explicaciones. Pienso que hay una confluencia de explicaciones que produce este resultado.
LGE: ¿Qué espera que cambie después de la publicación de este informe?
DM: Aumentará la base de datos de información sobre lo que ocurre en China. Aportará, espero, a la fuerza para que China rinda cuentas.
La profesión del trasplante ha sido vacilante. Tienen estos congresos internacionales y no rechazan los papers de China. Y en mi opinión eso es un problema porque los papers son también problemáticos. No identifican sus fuentes. Yo diría que hay varios profesionales del trasplante que son fácilmente engañados por la propaganda china.
Yo pienso que la presión de los colegas es importante, y en el pasado ha sido efectiva, al menos para provocar cierto movimiento dentro de China. También espero que los profesionales del trasplante de todo el mundo tengan más agallas sobre este tema. Y por supuesto, me alegra ver lo que ocurrió en el Parlamento Europeo y lo que ocurrió en el Congreso de EE. UU., y me gustaría ver más de eso en diferentes legislaturas de todo el mundo.
También pienso que en lo que se refiere a la profesión del trasplante, no es sólo la Sociedad de Trasplantes, que es la internacional, sino que también están las nacionales. Si más sociedades nacionales de trasplante tienen una postura firme sobre el tema de la sustracción de órganos, esto tendría un impacto en la profesión. Hay otras cosas que ocurrirían, como controles de inmigración, o la publicación o no de los artículos, capacitación o no capacitación de profesionales del trasplante en China, etc. Hay que pensar en las diversas formas en las se puede tener impacto sobre esto desde el extranjero e intentarlas todas, y con suerte esos esfuerzos aumentarán como resultado de lo que estamos haciendo.
«Estamos diciendo que hay un enorme volumen de trasplantes, de fuentes sin explicación, y la evidencia apunta a que la fuente son prisioneros de conciencia, principalmente Falun Gong»
LGE: Si la gente solo tuviera 30 minutos para leer el informe y evaluar el asunto, ¿en qué sugeriría que se enfocaran al leer este nuevo informe? ¿Qué capítulos, qué temas?
DM: Hasta cierto grado, la longitud del informe fue intencional. Obviamente, podríamos haber producido un informe más corto, pero aquí estamos lidiando con encubrimiento y negación por parte del lado chino. Y dejar esto simplemente en un debate de “él dijo, ella dijo” no nos va a llevar muy lejos porque parece una especie de pelea, y es difícil elegir un bando.
La impresión que yo querría que tenga la gente al leer el informe es que la evidencia es apabullante de nuestro lado de la ecuación. Si hay alguna duda, pueden leerlo, palabra por palabra, página tras página, cientos de páginas tras cientos de páginas. Pero si no quieren hacerlo, entonces no deberían discutirnos que no hay evidencias.
LGE: Usted está documentando crímenes enormes y perturbadores. ¿Le preocupa que la respuesta del público no se corresponda con la gravedad de lo que documentaron?
DM: Seguro, es decir, siempre ocurre con las violaciones masivas de derechos humanos, hay un montón de gente a la que no les importa. Les preocupa más si su vecino corta el césped y no que millones de personas estén siendo asesinadas en el extranjero. Hasta cierto grado, esa es la naturaleza humana. Tenemos que asumirlo.
LGE: ¿Y con respecto a la gente influyente –profesionales de los derechos humanos, periodistas, etc? Incluso ellos quizás no leen todo el informe. ¿Cómo resumiría el informe?
DM: Estamos diciendo que hay un enorme volumen de trasplantes, de fuentes sin explicación, y la evidencia apunta a que la fuente son prisioneros de conciencia, principalmente Falun Gong.
Eso es lo que estamos diciendo en resumen, y si tienen alguna duda sobre ello, hay un montón de evidencia para demostrarlo, más de la que probablemente quieran ver.
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