Esta semana, la República Islámica de Irán informó que lanzó con éxito un satélite militar usando las mismas tecnologías avanzadas que guían los misiles balísticos intercontinentales (ICBM). El Vicepresidente del Estado Mayor Conjunto, el General John Hyten, no calificó el lanzamiento como exitoso pero confirmó que el misil «viajó un largo camino». Sin embargo, un prominente servicio de rastreo de satélites actualmente muestra el «Nour 1» en órbita, lo que debería ser de gran preocupación para Estados Unidos.
El tipo de tecnología de misiles balísticos utilizada para lanzar este satélite podría lanzar armas nucleares, químicas o incluso biológicas capaces de «borrar a Israel del mapa», atacar las bases de Estados Unidos y sus aliados en la región, e incluso las instalaciones de Estados Unidos y la OTAN en lugares tan lejanos como Europa occidental.
Una preocupación particular acerca de que Irán tenga armas nucleares y misiles balísticos de largo alcance es que cree un paraguas disuasorio bajo el cual el régimen yihadista tendría vía libre para continuar e incluso intensificar el patrocinio y apoyo directo al terrorismo en todo el mundo. Los países con esa disuasión están menos preocupados por los ataques punitivos o de represalia debido a esa capacidad.
Si bien los funcionarios de Washington no están de acuerdo con el alcance de la capacidad de armas nucleares de Irán, acreditados expertos han advertido que debemos operar bajo el supuesto de que los iraníes ya poseen al menos cierto nivel de capacidad de armas nucleares.
Además, la constitución de Irán establece una postura explícitamente ofensiva, declarando que su ejército es «responsable no solo de vigilar y preservar las fronteras del país, sino también de cumplir la misión ideológica de la yihad a la manera de Dios; es decir, de extender la soberanía de la ley de Dios por todo el mundo». Los líderes iraníes ven a Estados Unidos como su principal obstáculo para cumplir con esta obligación ideológica.
De modo que si los iraníes poseen armas nucleares y si el lanzamiento del satélite fue realmente exitoso, habrán demostrado la capacidad de atacar incluso a Estados Unidos, al que el régimen considera «El Gran Satán» y su principal adversario. Podrían hacerlo mediante un ataque de pulso electromagnético de gran altitud (EMP).
Pulso Electromagnético
La Comisión EMP del Congreso ha advertido desde hace tiempo que una sola arma nuclear detonada a gran altitud derribaría la red eléctrica de EE. UU. y todas nuestras infraestructuras críticas con ella. De manera similar, el 28 de marzo de 2017, el Comité del Senado de Estados Unidos sobre Seguridad Nacional y Gubernamental informó al 114º Congreso lo siguiente:
«Un ataque exitoso de pulso electromagnético nuclear (EMP) contra Estados Unidos podría causar la muerte de aproximadamente el 90% de la población estadounidense».
El informe de la Comisión del Congreso sobre la AEM en 2017, titulado «Escenarios de ataque de la AEM nuclear y guerra cibernética con armas combinadas«, ofrece amplias pruebas de los escritos estratégicos iraníes sobre que el régimen de Teherán considera activamente la AEM como un método decisivo para derrotar a Estados Unidos. El informe señala una cita de un artículo de una revista político-militar iraní titulado «Electrónica para determinar el destino de las guerras futuras», en el que se afirmaba:
«Una vez que se confunde la red de comunicación del enemigo, también se puede interrumpir el trabajo del centro de mando y la toma de decisiones del enemigo. Peor aún, hoy en día cuando se desactiva el alto mando militar de un país a través de interrumpir sus comunicaciones, se interrumpen todos los asuntos de ese país (…) Si los países industrializados del mundo no logran diseñar formas eficaces de defenderse de los peligrosos ataques electrónicos, se desintegrarán en pocos años (…) Los soldados estadounidenses no podrán encontrar comida ni podrán disparar un solo tiro».
Dado que el 99% de las instalaciones militares estadounidenses dependen de una red eléctrica civil completamente desprotegida y de los sistemas de comunicaciones vulnerables a los EMP que sustentan esta infraestructura vital, no se trata solo de una hipérbole iraní.
Además, los iraníes no tienen que preocuparse por la precisión de un ICBM o la eficacia de la reentrada de la ojiva en la atmósfera para llevar a cabo un ataque EMP. Si está armado con un arma nuclear, un satélite en órbita alrededor de la tierra a una altitud de 425 kilómetros podría producir un campo EMP que cubriría todo Estados Unidos y la mayor parte de América del Norte. (Ver imagen de la portada).
El concepto de utilizar un satélite para llevar a cabo un ataque EMP sorpresa contra Estados Unidos fue promovido por los soviéticos en la década de los 60s en lo que se conoció durante la Guerra Fría como «Sistema de Bombardeo Orbital Fraccional», o «FOBS». El embajador Henry Cooper, exdirector de la Iniciativa de Defensa Estratégica, advirtió hace más de cuatro años:
«Hay que destacar que los satélites de Irán, como los de Corea del Norte, se lanzan al sur y se acercan a Estados Unidos desde las regiones polares del sur. Hasta donde sé, nuestros sistemas de defensa de misiles balísticos «nacionales» están diseñados para interceptar los ICBM que se acercan a Estados Unidos desde las regiones polares del norte.
Los iraníes no son los primeros en haber ensayado este método de atacar a Estados Unidos mediante el lanzamiento de un satélite. La Comisión EMP del Congreso ha advertido ampliamente sobre el KMS-3 (lanzado el 12 de diciembre de 2013) y el KMS-4 (lanzado el 7 de febrero de 2016) de Corea del Norte, que fueron puestos en órbita de la misma manera, descrita por la Comisión como «moviéndose de sur a norte en una trayectoria polar que evade los radares de alerta temprana y las defensas nacionales de misiles de Estados Unidos, a una altitud y ubicación casi óptimas para colocar un campo EMP sobre los 48 Estados Unidos contiguos».
Protección
Afortunadamente es técnicamente posible y asequible proteger nuestras infraestructuras nacionales críticas contra la PEM y tanto el Presidente (mediante el Decreto 138652) como el Congreso (mediante los artículos 1720, 1740 y 1790 de la Ley de Autorización de la Defensa Nacional de 2020) han ordenado que esto suceda.
Un acontecimiento positivo de esta semana fue la publicación de un estudio de la Fundación para las Sociedades Resistentes, titulado «Protección de las comunicaciones de la red eléctrica de EE. UU. contra el pulso electromagnético«, que proporciona a la industria de servicios públicos muchas de las herramientas intelectuales que necesita para comenzar este importante trabajo, junto con sugerencias útiles sobre dónde se puede buscar financiación.
Dado que la red eléctrica es el aspecto más crítico para mantener la salud pública, el Presidente y el Congreso deben considerar que la próxima «Fase 4 del paquete de estímulo del COVID-19», que se supone que apunta a las inversiones en infraestructura, se dirija en primer lugar a asegurar nuestra red eléctrica contra todos los peligros, incluyendo el catastrófico PEM que puede ser producido por Rusia, China, Corea del Norte y ahora posiblemente Irán.
Tommy Waller es Director de Protección de Infraestructura del Centro de Política de Seguridad. Antes de unirse al Centro, Waller trabajó como Teniente Coronel en el Cuerpo de Marines de Estados Unidos en las especialidades de infantería y reconocimiento, con servicio de combate en el extranjero en numerosos escenarios y servicio tanto en el servicio activo como en las reservas. Waller actualmente dirige la Coalición para Asegurar la Red Eléctrica, un grupo de legisladores, profesionales de la defensa y activistas que trabajan diligentemente para asegurar la infraestructura más importante de Estados Unidos: la red eléctrica de Estados Unidos. Obtenga más información en SecureTheGrid.com
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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