Como líder de China, Xi Jinping, habló en New York el 27 de septiembre en una conferencia de las Naciones Unidas sobre los derechos de la mujer; los activistas no pueden dejar de notar las propias violaciones de China en el área que Xi prometió una suma inicial de 10 millones de dólares.
«Debemos fomentar un entorno global favorable para el desarrollo de las mujeres», dijo Xi al comienzo de la reunión. En los próximos cinco años, China establecerá 100 proyectos orientados a la salud y acogerá a 30.000 mujeres de países en desarrollo en programas de formación chinos.
Las declaraciones de Xi vienen dos días después del aniversario 35 de la severa política del hijo único que según las autoridades chinas evitó 400 millones de nacimientos. Y fresco en la memoria está el 8 de marzo de este año, Dia Internacional de la Mujer, cuando la policía china arrestó a cinco mujeres por hacer campaña contra el acoso sexual.
Reggie Littlejohn, presidente de Derechos de la Mujer Sin Fronteras, escribió en una carta abierta a Xi Jinping, que la política de un solo hijo «es la guerra de China contra las mujeres», una política que «provoca más violencia contra las mujeres y las niñas» que cualquier otra en el mundo.
Derechos de la Mujer Sin Fronteras, que se centra en el aborto forzado o el infanticidio de niñas en China, documenta la brutalidad de las medidas adoptadas por las autoridades chinas para hacer cumplir los controles de la población dictadas por el Partido Comunista.
«Cualquier discusión sobre los derechos de las mujeres, o los derechos humanos, sería una farsa si el aborto forzado en China no está en el centro», escribió Littlejohn.
Mientras que la política del hijo único, que junto con una preferencia cultural por los hijos varones es un factor importante detrás del creciente desequilibrio de género en China (en la actualidad hay unos 40 millones de hombres «de más» en China), fueron los arrestos de marzo de los cinco activistas que centraron la atención de los activistas de derechos de las mujeres en Beijing.
Rosa Lizarde, directora global del Feminist Task Force (Grupo de Trabajo Feminista), dijo a La Gran Época que su organización ha estado comprometida con los cinco activistas chinos desde su encarcelamiento, que duró alrededor de un mes.
Lizarde dijo que el Grupo de Trabajo Feminista ve una «contradicción» en el apoyo expresado por Xi en «la declaración de derechos humanos de la ONU a través de la conferencia sobre los derechos de las mujeres».
Hace veinte años, China fue sede de la conferencia en 1995 de la ONU sobre los derechos de las mujeres en Beijing, un aniversario que Xi Jinping parece deseoso de aprovechar.
Sin embargo, como dijo Lizarde, «veinte años después, vemos los derechos de las mujeres y su derecho a la libertad para poder protestar en peligro».
El presidente estadounidense, Barack Obama, no asistió a la conferencia de la ONU.
Wang Yu, el abogado de derechos chino que representa a los cinco activistas feministas en la corte, más tarde fue detenido violentamente por las autoridades.
A pesar de la ideología nominalmente igualitaria del Partido Comunista Chino, Chai Ling, directora de All Girls Allowed, un movimiento para abolir la política del hijo único, le dijo a La Gran Época en una entrevista telefónica que en vez de traer igualdad de oportunidades, el régimen chino bajo el Presidente Mao intentó convertir a las mujeres en hombres como parte de su visión totalitaria.
El totalitarismo continúa con la política de un solo hijo, dijo Reggie Littlejohn. Aun cuando la política es responsable de un inminente declive demográfico mientras envejece la población de China debido a su artificial tasa baja en fertilidad, solo 1,5 hijos por mujer, que sirve como un instrumento conveniente de control sobre cientos de millones de chinos, hombres y mujeres por igual.
La política de un solo hijo emplea a más de un millón de personas en varias formas de vigilancia para descubrir a las mujeres que han quedado embarazadas sin la aprobación del estado y enviarlas a los hospitales a que se sometan a abortos forzados. Aparte de mantener la población baja, también mantiene una atmósfera de miedo, dice Littlejohn.
Otro factor de motivación es la corrupción. Con exigentes multas a las personas que hayan dado a luz en violación de la política, las autoridades del Partido amasan grandes sumas de dinero.
«Las mujeres de todo el mundo no son libres, porque una quinta parte de ellas están en China», dijo Littlejohn. Y agregó «Xi Jinping puede decir lo que quiera, pero siempre y cuando los abortos forzados continúen, nadie debería tomar sus palabras en serio».
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