Un día, una rana que vivía en el fondo de un pozo poco profundo se dirigió pletórica a una tortuga del Mar del Este.
“¡Mi vida en el pozo es verdaderamente una alegría! Cuando salto fuera de él, me subo al pasamano exterior. Cuando vuelvo, descanso en una grieta dentro del pozo.
“Mientras nado, el agua del pozo cubre mis axilas pero mi cabeza permanece en la superficie. Jugando en el lodo, entierro mis pies en él. Mira a los berberechos, cangrejos y sapos que viven a mi alrededor tan felices como lo estoy yo. Además, este pozo es mi territorio, para mi disfrute. Qué vida tan maravillosa es esta. ¿Por qué no vienes y lo ves por ti mismo?”
Al escuchar la invitación de la rana, la tortuga se preparó para entrar al pozo. Pero antes de que pudiera mover su pata izquierda, el pasamano del pozo le bloqueó la pata derecha. Se retiró a un lado del pozo y empezó a explicarle a la rana cómo era el mar.
“¿Cuán grande es el mar? Incluso 1.600 Km no describiría su amplitud; 3.000 metros no podrían describir su profundidad. Durante la época del Gran Yu, de la dinastía Xia, en 10 años hubo 9 años de inundaciones, aunque el nivel no pareció aumentar. Durante la época de Tang, de la Dinastía Shang, en 8 años hubo 7 años de sequía, pero la orilla del mar no pareció retroceder. No se ve afectado por el paso del tiempo ni por las oscilaciones de la marea, por lo tanto es la gran alegría de vivir en el Mar del Este”.
Al escuchar hablar sobre el mar, la rana se quedó estupefacta. Empezó a sentir la insignificancia de su vida en el pozo.
Ampliando horizontes
Esta es la historia del dicho chino, “La rana en el fondo de un pozo” (井底之蛙, pronunciado jǐng dǐ zhī wā), que describe a una persona que es de mentalidad estrecha o posee un entendimiento superficial.
La historia es originaria de un pasaje en un capítulo titulado Aguas de otoño (秋水) en el libro Zhuang Zi (莊子).
En el pasaje, el Espíritu del Mar del Norte se refería a la rana en el fondo de un pozo cuando hablaba con He Bo, el Espíritu del Río Amarillo, que pensaba que no había nada igual al río donde vivía hasta que contempló la inmensidad del gran mar.
El Espíritu del Mar del Norte dijo: “No hay manera de discutir sobre el océano con una rana en el fondo de un pozo, debido a las limitaciones de su ambiente de vida… No hay manera de explicar el frío a los insectos de verano, los cuales solo conocen las condiciones de su estación”.
“No hay forma de hablar del Dao (道) a aquellos con puntos de vista limitados que están restringidos por las enseñanzas que han recibido… Hoy en día, solo cuando hayas contemplado el gran mar serás capaz de reconocer tu ignorancia e insignificancia. Por eso es posible hablar contigo sobre los grandes principios”.
Los ambientes prácticos de la gente limitan sus pensamientos y entendimientos y a menudo la prepotencia y la soberbia son el resultado de cerrazón mental e ignorancia.
Esta historia advierte a la gente que solo al ampliar sus horizontes y deshacerse de sus nociones preconcebidas puede liberar sus mentes para aceptar y entender los principios más elevados.
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