Luego de candentes discusiones dentro y fuera del Congreso se llegó a un acuerdo sobre el contenido del acto legislativo para la paz, cuyo trámite se había frenado por diferencias de la plenaria del Senado con la propuesta que había presentado el Gobierno, al considerar que se estaba restringiendo la independencia del Legislativo. Se necesitó de una reunión de los ponentes con el presidente Juan Manuel Santos para destrabar el trámite en el segundo de ocho debates.
Las críticas fueron oídas y se convirtieron en modificaciones a la iniciativa de cuatro artículos. Por ejemplo, uno de los temas centrales es la comisión legislativa especial, encargada de discutir en corto tiempo las leyes necesarias para implementar los acuerdos de paz que se logren entre el Gobierno y las Farc en La Habana. La propuesta original daba vía libre para que el presidente Santos nombrara a dedo algunos miembros de esta comisión, aun si no eran parlamentarios. Ante la molestia generada por el hecho de que personas que no han sido elegidas en las urnas pudieran legislar, la propuesta fue retirada.
Esta comisión especial también había sido calificada como un “congresito” sin autonomía frente al Gobierno. Aunque se reconoció que era el mejor mecanismo para aprobar rápidamente las reformas, se mantendrá la composición con participación de los senadores y representantes de las comisiones primeras de Senado y Cámara, y los doce miembros restantes se escogerán de forma equitativa de acuerdo con la representación de los partidos en el Congreso, garantizando participación de mujeres y minorías.
Al respecto, la senadora Claudia López explicó que “la idea es mantener la comisión legislativa especial con una participación plural de todas las comisiones del Congreso, pero que sea una comisión que se especialice en los temas de paz”. La parlamentaria agregó que sobre este tema no hay un acuerdo total y por tal razón se buscará consenso en los debates que vienen.
La senadora liberal Viviane Morales señaló que “se trata de que sea rápida la implementación y aprobación de los acuerdos de paz, porque, si no se reduce el número de debates, cada punto de los acuerdos se demoraría por lo menos un año en implementarse. Con el trámite reducido podríamos estar sacando en tres meses o menos reformas a la Constitución y a las leyes”.
Otro factor que producía molestia en el Congreso era que no se permitía plantear ninguna modificación en las plenarias. Para solucionar esa inconformidad, explicó la senadora Morales, “se les devuelve a las plenarias la posibilidad que tienen de discutir, presentar modificaciones y de aprobar o rechazar, es decir, no quedan disminuidas, como se pretendía inicialmente en el acto legislativo”. Además, las plenarias de Senado y Cámara discutirán de forma independiente lo que haya aprobado en primera instancia la comisión legislativa especial.
La propuesta negada de un plumazo fue la del senador Antonio Navarro, quien argumentaba que era necesario dar vía libre a la participación en política a miembros de las Farc, “siempre y cuando la organización haya dejado las armas como consecuencia de la firma de un acuerdo final que haya sido refrendado popularmente y los individuos se hayan reintegrado a la vida civil y hayan cumplido las condiciones del acuerdo”.
Luego del encuentro entre los ponentes y el presidente Santos se concluyó que, aunque la finalidad de la negociación de paz con las Farc es el tránsito de la lucha armada a la política, aún no están dadas las condiciones para abrir la puerta, por eso el artículo cuarto fue retirado, dejando claro que puede abordarse en debates posteriores. No obstante, esa decisión dependerá más de La Habana que del Congreso.
La propuesta que pasó el filtro de la comisión de ponentes y el encuentro con el presidente Santos fue el plan de inversión plurianual planteado por Claudia López, el cual incluía una partida específica para la paz en el Plan Nacional de Desarrollo.
Se trata de la aprobación en segundo debate y aunque la comisión legislativa especial, uno de los temas principales de la reforma, se mantiene en el articulado, el ambiente no es favorable. Se habla de sustitución de la Constitución y del Congreso, el Centro Democrático la rechaza al igual que el Polo Democrático y hay voces del Partido Liberal que no la ven con buenos ojos. Incluso el senador del Partido Conservador Hernán Andrade manifestó que podría buscarse otra alternativa. En síntesis, la comisión especial se mantiene viva, pero no hay garantía de que sobreviva a los debates que vienen.
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