La persistencia de las malas condiciones atmosféricas en el Valle de México, donde se asienta la capital del país, ha expuesto la insuficiencia de las medidas previstas para este tipo de eventos, así como una falta de armonía entre las autoridades involucradas.
El propio presidente Enrique Peña Nieto pidió hoy a la Secretaría de Medio Ambiente «nuevos estándares e instrumentos que permitan reducir, de manera sostenida, los índices de contaminación atmosférica«.
En una reunión en la residencia oficial de Los Pinos, Peña Nieto destacó la importancia de tomar medidas que permitan no solo hacer frente a la actual contingencia, sino mejorar la calidad del aire y proteger la salud de los más de 20 millones de habitantes del Valle de México.
Por ello, dio instrucciones «para que a la brevedad posible se establezca una norma emergente de verificación vehicular» que contemple el uso de las mejores tecnologías disponibles a nivel mundial para garantizar bajas emisiones contaminantes de los autos en circulación.
El mandatario también pidió impulsar los acuerdos necesarios al interior de la Comisión Ambiental de la Megalópolis (Came) para actualizar el Programa de Contingencias, de tal forma que, bajo cualquier condición meteorológica, la calidad del aire no ponga en riesgo la salud de la población.
La Came activó la tarde del lunes la primera fase de la contingencia en el Valle de México tras registrarse «una intensa radiación solar» y condiciones del aire «extremadamente malas» en algunas zonas, una medida que no se tomaba desde 2002.
Dicho organismo, integrado por el Gobierno federal, la Ciudad de México y los estados de México, Hidalgo, Morelos, Puebla y Tlaxcala, adoptó diversas medidas extraordinarias, entre ellas una veda a la circulación de vehículos con determinadas terminaciones de placa.
A su vez, el Gobierno de la Ciudad de México decidió mantener por segundo día consecutivo la gratuidad de los servicios de transporte público que controla, como el metro, el metrobús, autobuses, trolebuses y tren ligero.
De acuerdo con las autoridades, los vehículos automotores que circulan en el Valle de México aportan más de 87 % de la emisión de óxidos de nitrógeno y 32 % de compuestos orgánicos volátiles (HC), ambos precursores de ozono.
En medio de la emergencia, la secretaria general de Gobierno de la Ciudad de México, Patricia Mercado, dijo el martes que los estados vecinos no han tomado las medidas ambientales que se han adoptado en la capital.
Por ejemplo, dijo que en la Ciudad de México los centros de verificación de emisiones automotrices «están muy vigilados», lo que no pasa en el Estado de México. «No es la misma rigurosidad», lamentó.
Poco después el secretario del Medio Ambiente del Estado de México, Miguel Ángel Contreras, anunció que a partir de este miércoles la entidad no permitiría la entrada de las 8.000 toneladas diarias de basura procedentes de la capital que son depositados en cuatro basureros.
Dichos desperdicios generan 10.000 toneladas de bióxido de carbono y 464 toneladas de metano al año, señaló Contreras, quien llamó a las entidades a hacerse responsables de sus «pasivos ambientales», si bien abogó por buscar soluciones en el marco de la Came.
Patricia Mercado dijo hoy que el intercambio de acusaciones y señalamientos les «llevará a buenos acuerdos, a buenas soluciones y a mejores soluciones dentro del marco de la Came».
Peña Nieto reconoció la disposición de los Gobiernos de la capital y del Estado de México para lograr acuerdos que disminuyan la contaminación, pero consideró que se deben tomar medidas más allá de la coyuntura actual.
«Tenemos que ir más allá, ser más audaces y, sobre todo, más determinantes», aseguró.
Al respecto, el secretario de Medio Ambiente, Rafael Pacchiano, señaló que ya se trabaja en el diseño de un programa para restringir la circulación de vehículos «a nivel nacional».
«Esta contaminación se da por un incremento del parque vehicular de toda la megalópolis», estimado en más de seis millones, aseveró Pacchiano.
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