La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, dijo este martes en Ginebra que el «rápido deterioro de la situación de los derechos humanos en Venezuela» obliga a una rápida intervención del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en ese país, y advirtió que de no hacerlo, Estados Unidos se podría retirar de ese organismo.
En un discurso ante la 35 sesión del Consejo, Haley remarcó las preocupaciones estadounidenses sobre la efectividad de ese cuerpo conformado por 47 países que ya había expresado en un artículo editorial publicado bajo su firma en el Washington Post durante el fin de semana, diciendo que Estados Unidos «observa cuidadosamente el Consejo y nuestra participación en el mismo».
La diplomática se refirió en su artículo de opinión a países miembros del Consejo como Venezuela, Cuba y Rusia, con “abismales” historiales humanitarios.
En el artículo Haley señala que mientras el gobierno del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dispara a los manifestantes que demandan elecciones, agradece a la comunidad internacional por “su voto universal de confianza” en el compromiso venezolano a los derechos humanos.
De igual manera dice que “el viceministro de Exteriores de Cuba, cuyo gobierno encarcela a miles de oponentes políticos, alguna vez dijo que Cuba tiene un histórico prestigio ‘en la promoción y protección de todos los derechos humanos’ ”.
Las críticas de Haley a Venezuela y Cuba fueron retomadas también por el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad al Hussein, en su discurso inaugural de la sesión del Consejo en Ginebra.
Al Hussein recordó en su intervención que Venezuela tiene pendientes diez solicitudes de relatores de la organización especializados en distintas áreas de derechos humanos para visitar el país y analizar su situación, y lamentó que Cuba, a la que describió como “un miembro tan activo del Consejo de Derechos Humanos”, se comprometa “de forma tan limitada» con sus mecanismos.
El relator urgió nuevamente al gobierno de Maduro a aceptar la petición de su oficina para el envío de una misión de trabajo a Venezuela.
De acuerdo a Haley, el mes pasado, una subcomisión del Senado estadounidense consideró la posibilidad de que Estados Unidos se retire del Consejo, bajo el temor que expresa ella y otros críticos, de que el organismo de derechos humanos de la ONU pueda haberse convertido en un “mero escaparate para las dictaduras que usan su membresía para lavar su brutalidad”.
“Demasiado frecuentemente, las víctimas de las más grandes violaciones de los derechos humanos son ignoradas por la misma organización que se supone debe protegerlas”, escribió Haley en su artículo.
“Venezuela es un miembro del Consejo a pesar de la destrucción sistemática de la sociedad por parte del gobierno de Nicolás Maduro a través de las detenciones arbitrarias, la tortura y las abiertas violaciones a la libertad de prensa y expresión”, señala la diplomática estadounidense, mientras en Cuba, donde “los presos políticos que se cuentan en miles”, resulta que la isla “nunca sido condenada por el Consejo, del que también es miembro”.
Haley concluye que “la presencia de múltiples países violadores de los derechos humanos en el Consejo de Derechos Humanos ha dañado tanto la reputación del Consejo como la causa de los derechos humanos”. Y por tanto, dice, “es responsabilidad de las Naciones Unidas recuperar la visión y restaurar la legitimidad de los derechos humanos universales”.
En su discurso de este martes, Haley también dijo que es «esencial que el consejo atienda su «crónica parcialidad anti-Israel si es que aspira a tener credibilidad».
De igual manera hizo un llamado para que el Consejo adopte resoluciones más fuertes sobre «las críticas situaciones de los derechos humanos en Siria, la República Democrática de el Congo, Eritrea, Bielorrusia y Ucrania».
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