Un desertor norcoreano de alto nivel arrojó luz sobre la brutalidad del régimen de Kim Jong Un y sus fallidas políticas económicas.
En su primera aparición pública en Estados Unidos desde que abandonó Corea del Norte en 2014, el ex alto funcionario económico norcoreano Ri Jong Ho señaló que el disenso está creciendo dentro de los rangos más altos del liderazgo de Corea del Norte.
Ri dijo que él y su familia desertaron a Corea del Sur después de la creciente desilusión con el régimen comunista.
Agregó que los dirigentes norcoreanos estaban preocupados por las purgas y las ejecuciones violentas del régimen de Kim.
“En ese momento, el gobierno dijo que ni siquiera van a ser enterrados. Les disparaban en tantos lugares que no quedaba mucho cuerpo después del tiroteo”, indicó Ri en un evento organizado por la Asia Society.
Miles de funcionarios norcoreanos fueron asesinados en los últimos años.
Ri remarcó que muchos de los dirigentes de la cúpula de Corea del Norte, que eran leales al ex dictador Kim Jong Il, se sintieron defraudados por el gobierno de su hijo, Kim Jong Un.
“Tenemos que encontrar esperanza en otro lugar, tenemos que encontrar un futuro, por eso mi familia y yo decidimos desertar”, expresó.
Al mismo tiempo, el acceso de Kim Jong Un a las divisas extranjeras es extremadamente limitado bajo las nuevas sanciones internacionales. Kim confía en el dinero para mantener satisfechos a los altos mandos.
Como parte de su trabajo en Corea del Norte, Ri fue enviado a China como jefe de la Corporación de Comercio Daehung de Corea, que es administrada por la llamada Oficina 39, una organización clandestina bajo el control directo de la familia Kim.
Esto le dio a Ri una visión única del funcionamiento interno de la economía norcoreana.
“Estuve en el centro de la escena en Corea del Norte durante 30 años y puedo ver la economía de Corea del Norte en la palma de mi mano”, informó Ri.
Según Ri, la economía de Corea del Norte ya se había derrumbado en los años ´90 y está de mal en peor.
“Las fábricas de acero y metal se detuvieron, no funcionan. Todos los productos que requieren acero también se detuvieron”, señaló Ri.
En la actualidad, apenas hay producción de energía eléctrica en Corea del Norte, dejando las fábricas sin electricidad y los hogares norcoreanos luchando por sobrevivir.
“Los dirigentes norcoreanos no deberían poner su dinero en pruebas nucleares o misiles, sino utilizarlo para desarrollar la economía”, agregó Ri. “La gente también siente lo mismo, están desesperados por la generación de electricidad, para poder usarla para la agricultura”.
La situación empeoró debido al deterioro de las relaciones entre Pyngyang y Beijing. Corea del Norte depende de China hasta en un 90 por ciento de su comercio.
Bajo la presión del presidente estadounidense Donald Trump, China intensificó su presión sobre Corea del Norte. El mes pasado, el régimen chino votó a favor de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que imponía nuevas sanciones al gobierno de Kim en respuesta a una sexta prueba nuclear subterránea.
Beijing también impuso sanciones adicionales, ordenando a los bancos chinos que dejen de proporcionar financiación a Corea del Norte y ordenando el cierre de las empresas norcoreanas que operan en China en un plazo de 120 días.
“No sé si Corea del Norte sobrevivirá un año (bajo) estas sanciones”, añadió Ri.
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